Miramar, tiempos de austeridad

Miramar, tiempos de austeridad

Por Julián Fragueiro

La administración comunal de General Alvarado, cuya ciudad cabecera es Miramar, no pasa por sus mejores momentos. 

ATE mantiene reclamos, paros y tomas de edificios, pidiendo por la reincorporación de una enfermera que cometió la irregularidad de dejar entrar a sindicalistas de ATE a inspeccionar la terapia intensiva del hospital municipal, para denunciar falta de insumos. Ese hecho ocasionó su apartamiento, y fue el comienzo de las marchas. Para el gremio la medida es excesiva e injusta, para la comuna, una enfermera no le puede abrir la puerta a cualquiera para que entre a un sector tan delicado de una clínica.

Una fuente local indica que "Germán Di Cesare está haciendo una gestión ordenada, organizada y extremadamente austera. Tampoco le queda otra opción, ya que la provincia no nos manda absolutamente nada. Nos deben las partidas de los comedores, coparticipación, fondos para obras, insumos para hospitales y escuelas. Scioli sigue castigando a Miramar", aseguraba el informante.

Tomás Hogan dejó a su hijo Patricio. Pato Hogan siguió los caminos del padre, llegó a la legislatura bonaerense y dejó a su amigo, pariente y hombre de extrema confianza: Germán Di Cesare. Algo de experiencia trabajando en la provincia, en el área de turismo con Ignacio Crotto, hasta que rompieron lanzas con el Sciolismo y el poder K y se fueron con Massa.

Los problemas no terminan ahí. Poco a poco, sigue creciendo en Miramar la figura de Alejandra Carli, cuadro del kirchnerismo que aguantó los trapos y repudio el traspaso a los huestes del tigrense. Desde organismos como PAMI y ANSES, bajan fondos de manera discrecional para ayudas, subsidios, en todo General Alvarado. Plata directa de Nación, para esmerilar el proyecto del Frente Renovador en Miramar, la ciudad de los niños.

Di Cesare además tiene que afrontar tormentas con algunos frentes internos. En los próximos días habría cambios de funcionarios, un tanto díscolos con la gestión. Una gestión complicada, debilitada, con asfixia financiera desde la provincia, con fondos nacionales que no pasan por la comuna, y con algunos problemas dentro de la propia tropa massista. Atrás quedaron esos buenos tiempos de votos y sonrisas desde los afiches. Ahora, por más que quieran, ni Massa ni el surfista levantan el caudal de votos. Largo amesetamiento desde hace meses...

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