Las mentiras de Clarín salpicaron la protesta ambiental de Gualeguaychú

Las mentiras de Clarín salpicaron la protesta ambiental de Gualeguaychú
Desde la defensa de una multinacional que genera riqueza a partir de los recursos naturales latinoamericanos, pasando por la tergiversación de datos, hasta llamar piqueteros a una Asamblea Ciudadana Ambiental, todo es viable para el multimedio Clarín, si se trata de pegarle al gobierno.

En la edición de ayer, Clarín publicó una editorial titulada “Un canciller peleado con la razón”. El multimedio enfrentado al gobierno nacional por intereses económicos, toma como rehén a la lucha ambiental de Gualeguaychú. Una protesta que ya lleva diez años en vigencia y que hasta el momento no ha llegado a su fin.

En la columna editorial, Clarín pinta al Presidente uruguayo, José Mujica, como un viejo bonachón que nunca se enoja, y que sólo “la soberbia de Timerman” lo pudo sacar de sus cabales.

Mujica, tan sencillo: afeitándose en el patio y plantando zapallos en el patio, le da la derecha a una empresa finlandesa que contamina los recursos naturales de Latinoamérica. Mientras tanto, Clarín los aplaude, los justifica y hasta llega a atacar injustificadamente a Gualeguaychú.

¿Folklóricamente uruguayo?

Así describe Clarín a Mujica cuando declaró: “Genera más fósforo el tajamar de mi chacra que la planta de UPM”. Más que folklóricamente uruguayo, en Gualeguaychú la declaración fue tomada como una frase que no está a la altura de un conflicto ambiental internacional y que además, toma con liviandad la violación sistemática de los tratados internacionales celebrados entre ambos países.

Si violar el Tratado del Río Uruguay, firmado en 1973 y además, olvidar lo sancionado por la Corte Internacional de La Haya, que expresó que UPM Botnia puede producir hasta un millón de toneladas por año es folklóricamente uruguayo, entonces ese no es el folklore que nos gusta bailar.

Clarín pinta a Mujica como un hombre bonachón y de buenas intenciones, mientras omite informar que las pasteras que utilizan la misma tecnología que UPM Botnia, fueron prohibidas en Chile por ocasionar un ecocidio; también en Pontevedra, España, donde se detectaron innumerables casos de cáncer de mama y mal formaciones en bebés.

También la pastera fue prohibida en la misma Finlandia… justamente “el país de los lagos”; es decir, agua para producir celulosa no les falta.

“Otros tantos científicos argentinos”

En cuanto al monitoreo de la planta UPM, que fue determinado por La Haya de “manera continua”, la columna de Clarín asegura que “es mensual y según un modelo preciso: dos científicos uruguayos y otros tantos argentinos toman de la ex Botnia muestras de los efluentes antes de ser volcados al río”.

En este punto hay dos cuestiones para aclarar: Por un lado, desde el conocimiento del fallo de La Haya, el Comité Científico Binacional ingresó 28 veces a la pastera y nunca se conocieron los resultados. Además, los científicos debían avisarles a los empresarios con diez días de anterioridad que iban a realizar la inspección.

Y además, no son DOS científicos uruguayos y OTROS TANTOS ARGENTINOS: Son dos científicos argentinos y dos uruguayos, es decir, cuatro científicos en total. Esta manipulación del lenguaje intenta persuadir al lector acerca de una disparidad a favor de Argentina, a la hora de controlar a la planta finlandesa. Otra mentira de Clarín.

Los resultados

Clarín dice que “las dos muestras se envían a un laboratorio canadiense, una autoridad imparcial admitida por ambas partes. En paralelo, Uruguay hace su propio análisis que sube a la web de la Dirección de Medio Ambiente (DINAMA). En cambio, la Argentina, hace mutis por el foro: no publica ningún resultado. Y es otro misterio impenetrable lo que dicen los informes sobre Gualeguaychú”.

La Dinama pertenece a Uruguay: ¿Es parcial ese resultado? ¿Es lo acordado en La Haya la publicación de los resultados en una web?

Además, se basan en parámetros que fueron cambiados en medio de la disputa y por supuesto, de manera unilateral. En este sentido, se aumentó la temperatura permitida del agua y demás niveles de contaminación. Clarín lo ignora o lo omite.

En tanto, los resultados del monitoreo deben pasar además por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) que está conformada tanto por una delegación argentina como por una uruguaya.

Si Argentina hizo “mutis por el foro” como dice Clarín, es porque ambos Comités Científicos debían acordar la firma del informe. Si una de las partes no estaba conforme, los resultados no serían publicados. Recién esta semana, comenzaron a conocerse los primeros resultados que fueron comunicados por el canciller, Héctor Timerman.

En cuanto a los resultados “impenetrables de Gualeguaychú”, Clarín debe aclarar que en la disputa con Uruguay llevada a la Corte Internacional de Justicia, nada se dice acerca de monitorear nuestro río.

Es más, en una negociación entre ambos países, el gobierno argentino cedió a que se controle el río Gualeguaychú como un gesto de diálogo y buena voluntad, pero no era obligación permitir este estudio. Otra vez, manipulan los datos, omiten, tergiversan, mienten, manipulan la información.

Además, califican de “piqueteros” a los asambleístas de Gualeguaychú que jamás cubrieron sus rostros ni ocultaron su identidad para protestar por la instalación ilegal de una planta que en Europa es basura, pero en Uruguay… en Uruguay es Gardel y para Clarín, un aliado más.

Cristina cede ante Uruguay

“Cristina dio muestras a su colega oriental de que estaba a dispuesta a ceder”, tituló Clarín. Al otro día, Argentina declaraba que era impensado aceptar una ampliación en la producción y que recurriría nuevamente a La Haya. No hace falta el mínimo análisis.

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