Menos fábricas, más pobres: la histórica relación entre producción y desigualdad se repite hoy

Menos fábricas, más pobres: la histórica relación entre producción y desigualdad se repite hoy

Mientras el sector fabril se hunde al peor nivel de al menos los últimos cuatro años, especialistas advierten que sin empleo industrial no habrá mejoras duraderas en la vida de la población.

Por

Eugenia Rodríguez

 

El derrotero de las principales actividades industriales las ubica en el peor nivel de, al menos, los últimos 4 años. En lo que va del 2025 se confirmó la tendencia contractiva de un sector que ya acumula un retroceso promedio del 10% frente al 2023 y al 2022. Las consecuencias no son menores: la pérdida de fuentes laborales industriales se vincula directamente con un empeoramiento de las condiciones de vida de la población al punto de que el único momento en el que coincidió una baja de la pobreza con una caída de la industria fue en la salida de la hiperinflación.

De esta manera, mientras la industria argentina fue en 2024 la que más cayó en todo el mundo, la ausencia de herramientas que modifiquen la estructura productiva en la actualidad pone en riesgo la supervivencia de actividades clave que enfrentan la desregulación de importaciones, la volatilidad cambiaria y falta de competitividad y la ausencia de políticas sectoriales. Todo esto pone en duda que cualquier intención de sostener un recorrido a la baja de la pobreza sea factible sin condiciones para impulsar la industria que, en estos meses, reportó una caída del 24% en la dotación de personal, esto es el nivel más alto de la serie.

En este marco, referentes del sector expresan expectativas poco optimistas: cada vez menos empresas prevén mejoras en su situación económica, en su sector de actividad y en el país en general. Así, se ratifica la persistencia de un escenario industrial marcado por la fuerte contracción de la demanda y un horizonte de recuperación totalmente incierto.

 

Menos industria, más pobreza 

En el primer semestre de este año, la pobreza se ubicó en 31,6% y la indigencia en 6,9%. Esto implica una baja respecto al primer semestre de 2024 (inicios de la actual gestión nacional y pico histórico) y frente al mismo semestre del 2023. Concretamente, el Indec mide este indicador partir de los ingresos de la población por lo que la desaceleración de la inflación desde el segundo semestre del año pasado y especialmente de las canastas básicas (total y alimentaria) combinado con una parcial recuperación salarial terminaron por favorecer un mejor resultado. 

Sin embargo, sin cuestionar la tendencia bajista, diferentes mediciones privadas ponen el ojo en la magnitud de la caída que estaría “sobredimensionada” principalmente por motivos metodológicos. Sobre esto, se remarca la necesidad de actualizar las canastas para que tengan mayor representatividad de los consumos y gastos fijos actuales de la población (hoy se toma como referencia la encuesta de gastos de hogares del 2004) que, por ejemplo, resta peso a los servicios que son, por el contrario, lo que más aumentó en estos casi dos años de gestión libertaria (322,6% vs. bienes 193%).

 

Teniendo en cuenta lo anterior, un aspecto de relevancia pasa por el impacto en dicho indicador de la situación de los ingresos y las fuentes laborales que hacen posible la subsistencia cotidiana. Al respecto, los datos evidencian que industria, comercio y construcción son los sectores que más empleo generan, pero son los que más retrocedieron en este último tiempo. Puntualmente, una mirada histórica de la situación de la industria da cuenta de que se trata de un sector clave para la economía argentina, sin embargo, el efecto del modelo económico del gobierno de Javier Milei ya se siente en el sector: en 2022 representaba el 20% del PBI y hoy cayó al 17,4%, según estadísticas oficiales. De hecho, en 2024 y contramano del resto del mundo, Argentina fue el país con mayor caída industrial entre 79 economías relevadas por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial - ONUDI (–9,4% promedio)”. 

Considerando tal estado de situación, un centro de estudios analizó el vínculo entre la situación de la industria y sus fuentes de trabajo, con la evolución de la pobreza y concluyó que “la pobreza en términos estructurales ha tenido un recorrido relacionado con el al empleo industrial” al punto de que “el único momento en el que coincide una baja de la pobreza con una caída de la industria es a la salida de la hiperinflación”, según consigno un estudio del Instituto Argentino Grande (IAG). 

 

Esto se explica porque “la industria es, con el comercio, el sector que más trabajo privado registrado genera: el 19% de los asalariados registrados del sector privado se concentran en este sector". Pese a dicha importancia, se trata también, de una de las ramas que más trabajadores perdió en lo que va del cambio de gestión de La Libertad Avanza (LLA): "son 33.500 puestos menos en la industria manufacturera; este valor representa el 33,5% de los puestos registrados privados perdidos desde el cambio de gestión”, alertaron.

 

 

En base a ello, los especialistas consideraron que contrario a la situación actual, “para registrar mejoras más sostenidas en el tiempo, se requieren algunas condiciones macro y políticas como un flujo de dólares acorde y ciertas protecciones o promociones que modifiquen la estructura productiva”. Esto lleva al interrogante sobre cuán sostenible en el tiempo es un recorrido a la baja de la pobreza si no se generan las condiciones para mejorar y profundizar el desarrollo de la industria nacional. Las causas principales del retroceso tienen que ver con la fuerte caída de la demanda interna; pérdida del salario real; y contracción de sectores ligados especialmente la construcción.

En relación, un factor de clara incidencia es la situación que atraviesa la inversión pública en infraestructura que acumuló, en términos reales, una caída del 82,6% en los primeros ocho meses de 2025 sobre el mismo período de 2023. “La obra pública es dinamizadora de la industria. El impacto en materia industrial de esta baja es evidente en todo el país, ya que los distintos eslabones industriales vinculados se han dañado”, mencionaron desde el IAG y agregaron que “sin obras públicas la industria es menos competitiva, una apertura al mundo sin obras que favorezcan la producción y la productividad no tiene resultados sociales positivos”. Desde noviembre de 2023 a mayo de 2025 se registró una pérdida de 15.564 empresas, de las cuales 1.480 son industriales.

 

 

La situación estaría lejos de mejorar en los próximos meses. Tras la contracción de la producción industrial en jul/25  (-2,3% mensual y -1,1% interanual), datos anticipados para agosto (la cifra oficial se conocerá recién el próximo 8 de octubre) indican que se prevé una baja en torno al 3% en términos interanuales y un estancamiento mensual. De esa manera, “el sector ya acumula una merma promedio del 10% en lo que va del año comparado contra 2022 y 2023”, advirtió el Centro de Estudios (CEU) de la Unión Industrial Argentina (UIA).  Es decir que, más allá del bajo nivel de comparación del 2024, el sector se encuentra por debajo de, al menos, los últimos 4 años.

 

En detalle, entre los sectores que dan cuenta de una baja mensual -sin estacionalidad- se ubican los vinculados a la construcción (despachos de cemento -9%; índice construya -8,6%), siendo uno de los más afectados en su nivel productivo, con bajas por encima del 20% respecto a 2022 y 2023, con una mayor afectación en el mes por la suba de la tasa de interés. Asimismo, cayó el patentamiento de maquinaria industrial (-13%), la producción de metalmecánica (-2,3%), y la producción de autos (-7%), en gran medida debido a una desaceleración de las exportaciones. 

 

 

Asimismo, las principales variables continuaron con señales negativas: más empresas reportaron caídas en producción, ventas y empleo. La contracción de ventas (43,5% con caída) fue más marcada que la de la producción (36,3%), y, en materia laboral, el 24,4% redujo su dotación de personal, alcanzando el nivel más alto de la serieTambién, la baja de la demanda interna se consolidó como la principal preocupación (40,1%), con un peso destacado de la demanda proveniente de otras industrias (22,5%). 

Una de las actividades más afectadas es la metalúrgica que en agosto registró una caída tanto mensual (-2,3%) como interanual (-6,1%), acumulando un crecimiento de sólo 1,6% durante el año. "De esta manera, la producción muestra signos de estancamiento y se estaciona en niveles muy bajos: 17% por debajo de sus máximos históricos", señaló el informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra). El documento advirtió que la utilización de la capacidad instalada (UCI) registró una caída de 3,2 puntos porcentuales con respecto al mismo mes del año previo, por lo que se encuentra en uno de los valores más bajos en términos históricos llegando a 44,8% similares a marzo-junio de 2020 en pandemia. En cuanto al nivel de empleo, se observa una caída en términos interanuales de -2,9%. 

 

 

Los sectores de Maquinaria Agrícola (-1,9%) y Carrocerías y Remolques (6,8%), que venían liderando el crecimiento desde comienzos de año, evidenciaron una desaceleración significativa. En el primer caso, el desempeño pasó por primera vez a terreno negativo en 2025, interrumpiendo la tendencia de recuperación, mientras que Carrocerías y Remolques, si bien se mantuvo en alza, lo hizo a un ritmo mucho más moderado que en meses anteriores. En contraposición, los sectores de Autopartes (-12,6%), Fundición (-14,4%) y Bienes de Capital (-8,1%) profundizaron sus caídas, consolidando un escenario complejo y sin señales claras de recuperación. Estos rubros continúan siendo los principales focos de debilidad dentro del entramado metalúrgico. 

Expectativas a la baja

En cuanto a las expectativas, desde la UIA dijeron que “se moderó el optimismo hacia el futuro”, con una menor proporción de empresas que prevé mejoras en su situación económica empresarial (48,6% vs 57,8% en el relevamiento anterior), en su sector de actividad (46,4% vs 52,2%) y a nivel país (53,1% vs 64,3%). 

Se suma que el 39,6% de las empresas tuvo necesidad de un crédito bancario, pero el 42,8% no accedió al monto requerido. “Esta restricción es mayor en las pequeñas y medianas empresas”, aclararon. En otras palabras, altas tasas de interés e incertidumbre macroeconómica fueron señaladas como los principales obstáculos.

Por último, desde Adimra reconocieron que las perspectivas para los próximos meses tampoco muestran señales alentadoras: el 74,4% de las empresas prevé que su nivel de producción se mantendrá sin cambios o disminuirá. Por otro lado, hay un creciente número de empresas que anticipan posibles ajustes en su dotación de personal: el 90,5% de las firmas no esperan modificaciones en su plantilla o esperan disminuirla.

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