El gobernador consolida la alianza con el establishment del agro al diseñar infraestructura portuaria y vial. El acuerdo con la Bolsa. El Gobierno, borrado.
“Vamos a hacer las inversiones que hacen falta y que ustedes necesitan y nos vienen pidiendo”, ofrendó el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, a la tribuna de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Lo escuchaban corredores, traders, cerealeras y productores. Una frase elocuente que le da forma y peso a la alianza estratégica con la agroexportación.
Pullaro se refiere a la ejecución de obras de infraestructura vial para logística de exportaciones que el Gobierno pretende dejar morir y que, junto al establishment, le encontraron una vuelta a su medida. Ambos tuvieron un primer acercamiento al cranear juntos la administración del puerto de Rosario. Siguen los éxitos o al menos se lo prometen.
La promesa de Maximiliano Pullaro
El año pasado cuando se acomodaban las candidaturas, la Bolsa de Comercio de Rosario y de Santa Fe plantearon como prioridad arreglar la detonada logística vial en zona de puertos y rutas aledañas por donde sale el 80% de las exportaciones del país.
Un pedido histórico que esta vez sí encontró eco del gobernador y contraprestación concreta de los privados: garantizar la captación del financiamiento con su mercado de valores. Más bien es prestación. Si ganaba Pullaro, se ocupaba de esas obras y ellos juntaban la plata para que se hicieran.
El empujón fue en enero cuando, ya electo gobernador, el radical les dijo que el gobierno provincial estaba en condiciones de utilizar la autorización de endeudamiento de la ley de Presupuesto. Desde ese momento se empezó a diseñar el bono con la Bolsa de Rosario para la emisión en el Mercado Argentino de Valores SA (perteneciente a la Bolsa) y el Mercado Argentino Electrónico de Buenos Aires.
Maximiliano Pullaro en el remate del primer lote de soja de la cosecha 2023/24
Esta semana se creó un programa de emisión de títulos de deuda por hasta 50 mil millones de pesos para ejecutar cuatro obras clave: la intersección de la ruta provincial N°91 con la nacional N°11, el Camino del Mozo; el Camino de la Cremería, y el tercer carril de la Autopista Santa Fe–Rosario. “La idea es que el ecosistema de la BCR sea co-colocador para captar buen financiamiento”, resumieron en el Ejecutivo santafesino.
La criatura se parió a toda velocidad. “Quiero agradecerle gobernador y ministro Gustavo Puccini (Producción) porque tomaron el tema de manera seria y rápida”, regaló el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Miguel Simeoni, en su discurso durante el acto de remate del primer lote de soja de la campaña 2023/24. Una sintonía fina que hacía tiempo no se veía entre el gobierno y la institución.
El masterplan
Por otro lado, hay una propuesta para armar un esquema de zona única y mantenimiento de todos los accesos portuarios cercanos a Rosario, tanto rutas nacionales como provinciales. “Un nuevo proyecto de trabajo conjunto, un esquema de concesión y mantenimiento”, sostiene sin especificar la gacetilla oficial del ministerio provincial de Obra Pública.
¿Se armará una nueva figura administrativa ahora que la Nación parece no querer poner el cuerpo y mucho menos plata? En el sector agroexportador hay quienes reconocen el movimiento del gobierno provincial, pero señalan que faltan algunas concreciones de gestión y de tipo burocráticas. Quizás sea la oportunidad.
En primer lugar se debe analizar justamente qué pone el gobierno de Milei si es que lo hace. Por ahora, ni ruido ni nueces. “Hay que trabajar los proyectos de mejoras viales como si fueran uno solo y ver cómo se financiarán: con peaje, con acceso a puertos de camiones o cómo”, explican en el gobierno local, aún sin diseño de ese proyecto.
Hay un punto clave: los municipios son los que recaudan esa tasa vial que cobran los puertos como agentes de retención. No la soltarán fácil. La semana pasada se movieron los intendentes de localidades portuarias donde está el grueso de las cerealeras y quienes más padecen la cosecha, ya que ven pasar hasta 7.000 camiones diarios en el pico de la temporada. Leonardo Raimundo, de San Lorenzo, y Antonio Fiorenza, de Timbúes, se reunieron con el ministro del Interior, Guillermo Francos, para al menos poner en alerta la situación. Los intendentes juegan su partido local.
El romance
Todos los actores coinciden en que el sistema está detonado. La provincia reclama que desde estos puertos salen los agrodólares que llenan las reservas del Banco Central, por lo tanto la Nación debería invertir. Puertos y cerealeras reclaman que tienen que recibir la mercadería dignamente, aunque no está claro qué pueden aportar. Las localidades reclaman que sus calles y vecinos se perjudican con esos camiones y no reciben una recompensa proporcional.
“Cuando Miguel (Simeoni) habla de la necesidad de inversiones que tenemos que llevar adelante, la provincia por supuesto las va a llevar adelante con la agenda que comparte con la Bolsa. Ya estamos haciendo inversiones para concretar alguna de ellas. Vamos a incorporar al Mercado de Valores y hacer esas inversiones que hacen falta y que ustedes necesitan y nos vienen pidiendo”, concedió el gobernador.
En rigor, la puesta en marcha de ese tipo de proyectos para la agroexportación y la población portuaria es un primer gesto del radical para empezar un proceso de aglutinación de actores que siempre estuvieron sueltos: puertos, Bolsa, Estado. Un triángulo estratégico que el gobernador no dudó en armar y que, de perdurar, le servirá para posicionar a Santa Fe y también su figura a nivel nacional.
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