Militantes ambientalistas, organizaciones gremiales y políticas y vecinos en general se movilizaron en las ciudades de Río Negro y otras provincias del país para manifestarse en contra de la instalación de una central nuclear en la costa atlántica. 

En Bariloche, un numeroso grupo de personas se concentró en el Centro Cívico con grandes pancartas que pedían "no a la energía nuclear". También se sumó a la movilización el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado. 

En Viedma, un nutrido grupo de representantes de las comunidades que rodean el Golfo San Matías (Sierra Grande, Playas Doradas, San Antonio Oeste, Puerto del Este, Las Grutas y Puerto Pirámides) llegó a la capital de la provincia para reclamar un crecimiento económico que no ponga en riesgo la biodiversidad ni represente una amenaza para la vida de las generaciones futuras.

"Hace dos meses cuando formamos la asamblea no nuclear sabíamos que el camino iba a ser difícil y seguramente el camino va a ser muy largo" expresó Andrés Di Leo en el exterior de la Catedral de Viedma, donde asiduamente se reúnen para organizarse contra la central.

"Creemos que hoy es un día histórico no solamente acá en Viedma con esta gente que hemos logrado reunir, sino para la provincia y el país" dijo informando que 40 localidades se sumaron a la movilización nacional. "Realmente la movida nacional ha sido muy convocante" sostuvo.

Muchos de los mensajes que se expresaron en la movilización fueron dirigidos al gobernador Alberto Weretilneck a quien le exigieron “que nos mire, nos escuche y abandone ya esta locura”.

“Conocemos nuestras leyes y derechos, demandamos que respete la ley” planteó un comunicado firmado por vecinos de San Antonio y Las Grutas en el que cuestionaron duramente “esta decisión inconsulta, oscura en sus formas de comunicación, cargada de falacias, que va a contramarcha del mundo”.

“Sabemos que mienten cuando quieren vendernos la energía nuclear como limpia. Los residuos nucleares son peligrosos y contaminantes y representan un riesgo para todos los seres vivos por decenas de miles de años. La Patagonia no será basurero nuclear”, expresa el texto.

Además de la amenaza ambiental que representa la actividad nuclear, otros de los temas que sobrevolaron la marcha fueron el impacto que sufriría la matriz productiva del turismo y la pesca, y la preocupación por la actual crisis de desempleo de los habitantes de Sierra Grande.

“Exigimos que se respete el modelo productivo que venimos sosteniendo históricamente. La marca Patagonia se impuso en el mundo con mucho esfuerzo de los patagónicos generando con el turismo miles de puestos de trabajo sustentables” analizaron para convocar a pensar “alternativas para generar trabajo genuino y sostenible en el tiempo para que no nos aprieten jugando de manera perversa con la necesidad”.

La 5° Central Nuclear proyectada en el Plan Nuclear Argentino implicaría una inversión de 8.000 millones de dólares y permitiría generar 1150 megavoltios de energía. En ese marco, también se proyecta un prototipo un poco más chico que estaría ubicado en la provincia de Buenos Aires.

El anuncio oficial se realizó en el mes de mayo de este año, al margen de la ley de Residuos Peligrosos de Río Negro que prohíbe el tránsito, el almacenamiento y la manipulación de materiales y desechos radioactivos.