López, alterado y deprimido fue derivado al hospital de la cárcel

López, alterado y deprimido fue derivado al hospital de la cárcel

Lo dispuso la psicóloga que lo atiende dentro del penal. Cada vez recibe menos visitas. Se siente abandonado por el kirchnerismo. Pasará en soledad las fiestas de Navidad.

 

Nadie puede predecir cómo será el futuro, pero José López jamás imaginó la travesía de acontecimientos que en 2016 lo dejaron en la cárcel. Quizá por eso, en este fin de año, época de balances, el ex responsable de la obra pública en la era kirchnerista comenzó a mostrarse extraño, deprimido, cabizbajo y desganado, a la hora de cumplir con su rutina en el penal de Ezeiza, adonde se vio forzado a vivir desde que el 14 de junio pasado lo atraparon con casi 9 millones de dólares en el convento de General Rodríguez.

A López ya no van a visitarlo sus familiares, como lo hacían apenas cayó preso.

A su esposa, María Amalia Díaz, le confirmaron el procesamiento por encubrimiento en el enriquecimiento ilícito.

Los bienes de su suegra también están bajo la lupa. Y esta semana, la Cámara Federal ordenó investigar las propiedades de sus hijas.

Abandonado. La ausencia de sus otrora amigos del gobierno también le pesa. Siente que lo dejaron solo.

En las últimas semanas, López se enteró de que esta Navidad no iría nadie a visitarlo al penal donde pasa los días, según pudo saber PERFIL.

En ese contexto, su ánimo comenzó a registrar una serie de alteraciones que llamaron la atención de la psicóloga que lo atiende dentro del penal. Fue por eso que la profesional recomendó a las autoridades penitenciarias su derivación al Hospital Penitenciario Central, que funciona dentro de la cárcel de Ezeiza, para mantenerlo en observación.

Fuentes del caso confirmaron a PERFIL que la derivación a ese sector de la cárcel es “preventiva”. No obstante, rechazaron la idea de que el ex funcionario hubiera tenido un brote psicótico, como había trascendido en algunos medios periodísticos, y aclararon que su cuadro “en nada” se parece a cuando llegó al penal.

En aquel momento, apenas lo arrestaron, López había entrado en estado de pánico, “sentía voces y deliraba”.

Incluso llegó a pedir cocaína a los guardias que los custodiaban en la DDI de Moreno en sus dos primeras noches tras las rejas, según contaron testigos del hecho.

Con el correr de las semanas, se recuperó, bajó varios kilos y llevó adelante su estrategia de defensa en las causas en donde se le atribuyen irregularidades en la concesión de la obra pública. Llegar a los tribunales de Comodoro Py se convirtió en su contacto con el exterior.

A su vez, la Cámara Federal ordenó al juez Daniel Rafecas profundizar la investigación en torno al edificio de la avenida Las Heras 2032, de Palermo. Allí, la familia del ex secretario de Obras Públicas había llegado a ocupar varios departamentos. De ahí el interés por ahondar en la relación entre su patrimonio y la propiedad.

De esa forma, mientras se define su situación procesal en esas causas y marcha a juicio por enriquecimiento ilícito, José López pasará la Navidad solo, tras las rejas. Y se deprime.n

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