Una lluvia de pesos le permitió al Gobierno financiarse a tasas menores a las fijadas por el BCRA

Una lluvia de pesos le permitió al Gobierno financiarse a tasas menores a las fijadas por el BCRA

El aluvión de ofertas de los bancos por la Lede derrumbó la tasa al 8,66%, en el comienzo del proceso de migración de pasivos monetarios hacia deuda del Tesoro

 

Javier Blanco

El proceso de migración de los millonarios y caros pasivos monetarios del Banco Central (BCRA) al Tesoro comenzó formalmente hoy al captar del mercado el Gobierno $2,96 billones en una licitación de deuda en la que les llovieron 12.828 pedidos de compra por poco más de $13 billones.

Dicho previsible aluvión de ofertas, muy mayoritariamente de bancos, y rechazadas en un 76,5%, le permitió colocar la primera Letra de Descuento (Lede) en pesos a tasa fija de la era Milei, el papel “estrella” de esta subasta a una tasa “pura” del 8,66%, medio punto inferior a la del 9,16% que pasó a rendir el plazo fijo tradicional luego del recorte de tasas dispuesto días atrás por el ente monetario, aunque algo por encima de la del 8,55% promedio mensual que reciben los bancos por sus inversiones en pases pasivos a un día al 100% nominal anual.

El resultado de la subasta confirma que una de las apuestas de la administración Milei pasa por salir de la borrachera monetaria de los últimos años licuando ahorros en pesos, ya que las tasas vigentes quedan muy rezagadas respecto de una inflación general que, avisan las mediciones privadas y admite el propio Gobierno, irá del 20 al 30% mensual.

“En una economía con aceleración inflacionaria, donde las estimaciones de diciembre están arriba del 30%, no hay instrumentos de renta fija (salvo plazo fijo UVA) que le gane a la inflación. Un riesgo que puede terminar con la calma en los dólares y la caída de la brecha”, advirtió al respecto el analista financiero Cristhian Buteler.

“No veo como este diferencial entre tasas e inflación puede ser virtuoso en el mediano plazo”, coincidió al respecto el economista Federico Moll.

En concreto, “habrá unos 10 billones de pesos buscando otros destinos mañana, interesante...”, reflexionó Alejandro Bianchi, ejecutivo de DeInversiones.com.

La muy elevada demanda que hubo por los papeles del Tesoro (la licitación incluyó la oferta de dos bonos ajustables por inflación (CER) pero por vencer en 420 y 1054 días y que cotizaban en la previa con rendimientos negativos del -18 y -6,7%, respectivamente, no sorprendió al mercado, que había empezado en las últimas horas a incorporar este escenario luego de que el BCRA terminara de allanar el camino para estimular la transferencia de pasivos monetarios a deuda del Tesoro.

Esa estrategia comenzó a quedar delineada con la baja dispuesta en las tasas de interés que el BCRA paga por los pases pasivos (del 126% al 100% nominal anual) y la posterior eliminación de las licitaciones para colocar las Letras de Liquidez (Leliqs), a 28 días muy mayoritariamente, y ofrecidas hasta entonces a una tasa del 133% anual (casi 11% mensual). Desde ese punto de vista, el costo de financiamiento del Estado versus el que pagaba hasta hace una semana el BCRA por esterilizar se redujo en más de 2 puntos mensuales, en promedio.

Dicho incentivo vía precios impulsó a los bancos a lanzarse masivamente a suscribir la Lede que hoy ofrecía a 27 días el Gobierno, aunque de la información divulgada por el Ministerio de Economía no surge aún cuánto de los 11,7 billones de ofertas fueron por ese papel, del que sólo adjudicó poco más de $2,1 billones (prorrateo del 39,38%). “Es el único recurso que les quedaba para mitigar la pérdida con colocaciones similares a la duration de esos depósitos”, explicaron desde la consultora Outlier.

Claro que a esa señal del BCRA había agregado, en las últimas horas, toda una reingeniería de normas para asegurar que ese incentivo funcione:

-con la Comunicación “A” 7921 removió el límite de financiamiento que los bancos podían darle al Sector Público Nacional (era 50% de la Responsabilidad Patrimonial Computable -RPC-) para cuando incorporen a sus carteras títulos vendidos por el Tesoro, pero con opciones de recompra (PUT) otorgados por BCRA.

-con la Comunicación “A” 7923 eliminó la exigencia de plazo mínimo que debían tener los títulos “elegibles” que los bancos podían usar para integrar encajes prudenciales lo que, a los efectos prácticos, les permitirá usar para ello las Letras de Descuento (Lede) llamadas a heredar a las Leliq.

-Y, con la Comunicación “B” 12692, anunció la licitación de los mencionados PUT para que los bancos puedan incorporar los títulos comprados al Gobierno en licitaciones primarias sin incumplir las reglas vinculadas al límite en relación a su RPC.

Al comunicar los resultados de la licitación, el Ministerio de Economía informó que con “los pesos resultantes de esta licitación procederá a realizar una oferta de recompra de la deuda del Tesoro Nacional en cartera del Banco Central de la República Argentina”, un proceso con el que intenta acelerar el proceso de saneamiento de su castigada hoja de balance.

Al respecto detalló que los montos y títulos por recomprar, a precio de cierre del día de hoy, son:

-BONOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA CON DESCUENTO EN PESOS 5,83% 2033 (DICP) – VALOR NOMINAL ACTUALIZADO (**) $950,4 mil millones

-BONO DE LA NACIÓN ARGENTINA EN MONEDA DUAL VENCIMIENTO 28 DE FEBRERO DE 2024 (TDF24) – VALOR NOMINAL ACTUALIZADO (**) $1.967,4 mil millones.

De esta manera se confirma que la estrategia oficial para sanear al BCRA tiene varias aristas, además de la mencionada licuación.

Al respecto vale recordar que la fuerte devaluación del peso dispuesta la semana pasada ya había reducido a más de la mitad el valor en dólares del stock de los pasivos remunerados del BCRA (pases más Leliq) de US$60.000 millones a unos US$27.800 millones.

La súbita despedida de las Leliqs

“Si la idea es sanear el balance del BCRA hubiera sido mejor que cancelen Adelantos Transitorios que se le licuan y no pagan nada. No los bonos indexados. Así le sacas títulos que le rinden y no se le licuan y que podría hasta usar para operar en el mercado”, juzgó respecto de esta decisión oficial el economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma.

 

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