Llaryora va por el fin del co-gobierno con los gremios

Llaryora va por el fin del co-gobierno con los gremios

El PJ revocó el viernes los interinatos de más de un centenar de municipales que ocupaban jefaturas sin haberlas concursado. También avanza en un empoderamiento del Esop que mengüe el poder de las Áreas Operativas. La gestión empieza la conquista de los mandos medios.

En sus filípicas contra la gestión de Martín Llaryora, en las que prometió que Córdoba iba a “arder”, Beatriz Biolatto soltó otra frase casi tan destemplada como la anterior, “no van a poder gestionar estos cuatro años. O lo hacen con los trabajadores y trabajadoras, o no van a gobernar esta ciudad”.

Sin embargo esta segunda amenaza, que no hizo más que poner en palabras francas el habitual mecanismo extorsivo del Suoem, no parece haber causado la menor vacilación entre las filas del PJ. Por el contrario, estos exabruptos lejos de servir a los intereses del sindicato lo exponen a un repudio social creciente, justifican nuevas avanzadas del Ejecutivo y son la manifestación más palmaria de la crisis de representación de una conducción que no para de perder.

Al día siguiente de pronunciado el discurso de guerra del Biolatto, el PJ decidió caducar 300 chapas de inspectoría (que conceden bonificaciones del 30 por ciento del salario básico a sus portadores) y dar de baja a más de un centenar de interinatos, a saber, jefaturas ocupadas por municipales que no accedieron a ellas por concurso, sino por disposición del ex intendente Ramón Mestre.

Fue sólo la primera etapa. Faltan cientos de chapas por revisar, y cientos de interinatos por redefinir. El peronismo se apresta para terminar de tomar el control de todos los puestos de mando dentro del municipio. O, en otras palabras, para terminar de desalojar al sindicato de estos lugares, en los que había quedado enquistado. Apenas 24 horas después de las palabras de Biolatto llegó la refutación más categórica posible: acciones. El PJ no cogobierna. El artículo 12 de la ordenanza 13.033 tuvo finalmente su estreno.

Lo mismo que de manera absolutamente lineal cabe inferir de estos nuevos avances de la gestión en las estructuras del municipio puede inferirse de otro episodio. El Ejecutivo dispuso la compra de una gran cantidad de equipamiento para el Esop. Y no se trata de camiones de barrido para atender a las tareas que Lusa y Cotreco devolvieron al municipio durante la pasada gestión. Se trata de la adquisición de camiones que serán equipados como desobstructores, de retroexcavadoras, hidroelevadoras y demás equipos que apuntan permitir al ente municipal, ahora rebautizado como “Córdoba Obras y Servicios”, absorber tareas que hasta ahora estaban a cargo de las Áreas Operativas del municipio.

El león herbívoro en el que se ha convertido el Surrbac a partir de las peripecias judiciales de sus líderes se encargará, en buena medida, de absorber las funciones que los municipales no quieran prestar mientras mantengan su reclamo por cogobernar una ciudad que, lejos de apoyarlos, a duras penas los soporta.

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