El sector tuvo un buen mayo en materia de liquidación y aportó USD3.054 millones, número que no se veía desde mayo del 2023. Sin embargo, las reservas cayeron USD1.307 millones durante el mes pasado. El Gobierno decidió no aprovechar la estacionalidad favorable y la incógnita es qué pasará cuando esa misma estacionalidad pase a ser negativa
Por Mariano Cuparo Ortiz
El agro liquidó USD3.054 millones en mayo, lo que implicó una mejora del 21% mensual y del 16,9% interanual. Se trató de hecho del mejor mes desde mayo del 2023, en un contexto que colocó a lo que va del 2025 como la tercera mejor liquidación de los últimos 22 años. Sin embargo, pese a estar en el mejor momento del año para acumular dólares, las reservas brutas cayeron USD1.307 millones en mayo, al comparar los niveles que tenían el 29 de abril, ya que los últimos días de mes los movimientos de los bancos para cumplir los requerimientos de tenencia en moneda dura ensucian el número, contra los del 2 de junio. Esa alta oferta de dólares tampoco tuvo mayor impacto la cotización del dólar, que se alejó la semana pasada del piso de las bandas y se acercó a los $1.200.
Las reservas brutas dieron un gran salto entre el 15 de abril y el 28 de abril, cuando gracias a la mejora en las cotizaciones de los activos en los que están nominadas, más el ingreso de los desembolsos del FMI, por USD12.300 millones, y de otros organismos, pasaron desde los USD24.305 millones a superar los USD39.000 M. El 29 de abril estaban en USD39.098 millones. El 30 de abril se redujeron fuerte, lo que suele explicarse a fin de mes por los movimientos que generan los bancos, que un día más tarde se recuperan. Pero al comparar ese nivel contra el de este lunes, la baja fue de USD1.307 millones, con las reservas brutas llegando a los USD37.791.
Es decir, aunque siguen altas y apuntaladas por divisas que son nueva deuda con el FMI, el problema es que caen pese a que se trata del momento del año en el que deberían subir por el ingreso genuino que genera la exportación del sector agroindustrial, que está operando por encima del promedio de los últimos diez años. Luego, en el segundo semestre, comenzarán a jugar en contra la estacionalidad electoral, con impacto en la fuga, que se despertó en abril, tras la salida parcial del cepo, con una compra de USD2.000 M para atesoramiento. A eso se le suma en julio la del turismo por las vacaciones de inverno y en octubre por las compras adelantadas de viajes. La dificultad de sumar reservas podrá tener impacto en un riesgo país que se resiste a bajar de 650 puntos.
Lo especificó la consultora Vectorial: “No puede dejar de considerarse el momento ideal en términos de estacionalidad: el complejo agroexportador está liquidando la cosecha gruesa (con peores perspectivas para la cosecha fina debido a las inundaciones), la demanda de turismo es relativamente menor en estos meses, y las elecciones de octubre aún se encuentran lejos para ver un fenómeno de dolarización de carteras”
Desde LCG destacaron que un problema análogo se observa en los análisis de qué podrá ocurrir con la cotización del dólar. Paradójicamente, el BCRA no compró divisas para apuntalar las reservas y reducir el riesgo país para no sumarle demanda a la divisa, lo que le pondría un piso más alto a la cotización. Sin embargo, hubo demanda de privados, por más importaciones, un turismo al exterior elevado, pagos de deuda y una fuga de dólares que en abril se disparó tras la salida parcial del cepo y llegó a USD2.000 M. Así, el dólar A3500, la referencia del BCRA, cerró este lunes en $1.181, lejos del piso de la banda y más bien en el centro.
La consultora dijo: “La estacionalidad de la cosecha sigue jugando a favor y, desde un piso alto, lo mismo aplica para la demanda de divisas por turismo, por lo que entendemos que la suba de la semana pasada responde principalmente a rebotes y cierre de posiciones por fin de mes. Pero teniendo en cuenta lo primero, cuesta pensar que el dólar vaya a moverse sistemáticamente hacia la banda inferior (como espera el gobierno) si no lo hizo hasta ahora. Quedará ver el impacto real del plan Dólares del colchón al aumentar la oferta en el MULC y de la reanudación del crédito en dólares, pero difícilmente consigan compensar menores liquidaciones del agro en la segunda mitad del año y el aumento de la demanda para atesoramiento propia de los meses previos a las elecciones”.
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