Lazard y Columbus se enfrentan por el concurso de Molino Cañuelas

Lazard y Columbus se enfrentan por el concurso de Molino Cañuelas

Columbus asesora a los bancos acreedores y recibe cuestionamientos porque no logra darle una salida al concurso.

 

La reestructuración privada más grande de la historia, esto podría ser el Grupo Molino Cañuelas (Molca). O bien un nuevo Vicentin, es decir, una quiebra de las más voluminosas del país, con más de 1.400 millones de dólares de capital luego de casi 30 meses de negociaciones. Columbus y Lazard, los asesores financieros de los acreedores y del deudor se enfrentan para cerrar un acuerdo.

Hace cinco meses, la deuda estaba a un paso de cerrarse, de acuerdo a fuentes allegadas a la empresa. Como la había estado también meses atrás. Y sin embargo, otra vez no se llega a un acuerdo privado entre todas las partes que evite que el concurso lo haga la justicia, el siguiente paso si esta instancia de negociaciones fracasa.

Molino Cañuelas, al borde de convertirse en el nuevo Vicentin

Por eso, a más de dos años de la suspensión de pagos en septiembre de 2018, ahora las partes cuestionan el rol del banco Columbus que es asesor de los dos comités de bancos acreedores, el de los de capital nacional y el de los bancos internacionales. De acuerdo a fuentes consultadas, la asesoría no trajo ideas a la negociación ni hizo aportes para acelerar el proceso que está trabado porque a ninguno de los acreedores le conviene la quiebra, pero por el lado del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), tampoco.

LPO se contactó con Columbus, quienes aseguraron que sus acuerdos de confidencialidad con los acreedores no les permitían hacer ningún tipo de declaración a la prensa, aunque tampoco se mostraron sorprendidos por las críticas. Al fin y al cabo, llevan más del doble de tiempo en destrabar esta pulseada que lo que le tomó a Guzmán llegar a un acuerdo por la deuda pública.

Con la cantidad de acreedores y la cantidad de deuda en juego, es más factible que hay descontentos que elogios, aunque no hubo el mismo grado de reproche a la actuación de los asesores de la deudora, Lazard y el estudio Alegría -el mismo que participó del concurso de Vicentin y de la presunta quiebra fraudulenta de Electrificadora del Valle-. Mientras que Columbus (parte de Columbus Zuma) también fue buscada por los acreedores de Vicentin para evitar la quiebra.

La empresa de la familia Navilli quedó debiendo a junio de 2018, más de 1.245 millones de dólares entre las deudas de Molino Cañuelas tanto en Argentina, Uruguay y Brasil, y las deudas de Molinos Florencia y las de la Compañía Argentina de Granos.

En enero de este año, la empresa ofreció el 80% de su capital a los acreedores por unos 760 millones de dólares a los bancos para poder vender el resto de la compañía y saldar sus deudas. Al fin y al cabo, la empresa tiene la mayor capacidad instalada de molienda de trigo del país con unos 3,2 millones de toneladas anuales e hizo una fuerte inversión en 2018 para incrementar el valor agregado de sus harinas al volcarse en profundidad al mercado de las premezclas.

Pero la oferta no tuvo eco de parte de la contraparte, entre los que se encuentran Rabobank con unos 77 millones de dólares e IFC con otros 67 millones de dólares, ING con 100 millones y entre los de capital nacional, el Banco Nación que le prestó a las empresas del grupo Navilli unos 112 millones de dólares.

La oferta se dio en medio del rumor del giro al exterior de unos 300 millones de dólares de parte de las compañías del grupo para consolidar un vaciamiento, algo que desde Molca negaron rotundamente. De hecho, este fue el desencadenante del pedido de quiebra que elevó a la justica el banco Macro a quien le debe unos 13 millones de dólares.

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