La justicia reabrió la investigación por la muerte de Lourdes Di Natale

La justicia reabrió la investigación por la muerte de Lourdes Di Natale

La ex secretaria de Emir Yoma, cuñado de Carlos Menem, murió hace nueve años en un confuso episodio. La Sala Cuarta de la Cámara del Crimen revocó el archivo de la causa. Expectativa por el testimonio que brindará la hija.

La justicia reabrió la causa por la muerte de Lourdes Di Natale, la ex secretaria del asesor y cuñado del ex presidente Carlos Menem, Emir Yoma, ocurrida hace más de nueve años en un confuso episodio que se investigó inicialmente como accidente o suicidio y con el correr del tiempo viró la hipótesis delictiva a un homicidio. La Sala Cuarta de la Cámara del Crimen revocó el archivo de la investigación que había dispuesto el juez de instrucción Ricardo Farías y dispuso, entre las medidas de prueba pendientes, la declaración testimonial de la hija de la víctima, Agustina Sol, hoy mayor de edad. La joven es fruto del romance de Di Natale con el abogado Mariano Cúneo Libarona, quien era defensor de Yoma en la investigación por el presunto contrabando ilegal de armas a Ecuador y Croacia, en el que finalmente terminó absuelto por un tribunal oral.

El cadáver de Di Natale fue hallado en el patio interno de un edificio de la calle Mansilla, en esta Capital, por el sereno del lugar, Yaroslaw Mocinczuk, un paraguayo domiciliado en la localidad bonaerense de Adrogué, a las 20:30 del 1 de marzo de 2003. Según la versión inicial, corroborada durante años en la causa por el propio juez y por el fiscal Carlos Donoso Castex, la mujer que supo estar en el círculo íntimo de Menem había caído desde un noveno piso cuando intentaba cortar un coaxil de televisión por cable y perdió el equilibrio. Los padres de Di Natale nunca creyeron en esa teoría y encomendaron a la abogada Nilda Formoso una suerte de investigación paralela que recopiló sorprendentes datos contradictorios. Entre ellos, que Di Natale jamás habría podido acceder al cable porque ni siquiera conseguía divisarlo desde la ventana desde la que cayó. La autopsia arrojó una concentración de alcohol en sangre seis veces superior a lo permitido para un conductor de vehículos, pero en el charco de sangre en que quedó estampado su cuerpo no se percibía olor a alcohol. Tampoco fueron halladas botellas de bebidas alcohólicas en el departamento, pese a que el consumo debía haber sido reciente. Y una pericia médica indicó que Di Natale debió haber estado al borde del coma alcohólico, sin posibilidades de siquiera mantenerse en pie. Sin embargo, semidesnuda (sólo vestía una bombacha), arrimó una silla a la ventana, se trepó a ella de espaldas al aire y luz y con un cuchillo Tramontina para cortar pan intentó extender sus brazos un metro y medio y girarlo sobre una medianera a 90 grados para cortar un cable.

Los padres y el hermano de Di Natale siempre sospecharon que había sido asesinada. Por aquellos tiempos, había concedido una entrevista a la revista Noticias en la que detallaba episodios de supuesta corrupción del gobierno de Menem y aparecía a menudo en los medios como “la arrepentida del menemismo”.

Las sospechas de un asesinato se agigantaron cuando el 15 de marzo de 2006, tres años y 14 días después de la muerte, la jueza subrogante Fabiana Palmaghini realizó una reconstrucción de los hechos con un muñeco de similar talla y peso. Fueron tres intentos: en los dos primeros el muñeco fue liberado en caída libre, pero nunca cayó en la posición en que fue hallado el cadáver, y el cuchillo –que aparecía a dos metros en la escena original de la muerte– terminó en el patio de un edificio vecino. En el tercer intento, a instancias del perito de parte de Di Natale, Alberto Brailovsky (le dijo a los oficiales que asistían a la reconstrucción que tomaran el muñeco por piernas y brazos y lo arrojaran por la ventana), el simulacro coincidió exactamente con la posición en que fue hallado el cuerpo.

Los jueces Alberto Seijas y Carlos Alberto González, al reabrir la causa, compartieron con la abogada Formoso que restan “medidas de prueba por producir”, entre ellas “el testimonio de Agustina Sol Di Natale, que actualmente es mayor de edad”. Para los jueces, “la convocatoria a declarar de la descendiente de la occisa, como fuera requerido, resulta atendible. No es posible descartar que cuente con datos útiles para el esclarecimiento del suceso.”

El tribunal ordenó investigar, también, varios llamados telefónicos que recibió Di Natale en los días previos, e incluso momentos antes de morir. Uno de ellos es el que ingresó a su celular el 27 de febrero de 2003 a las 20:10:14. El origen de esa comunicación, según se desprende de la causa, fue María Gloria Marolda, la esposa de Cúneo Libarona. “Deberá ahondarse la investigación”, insistieron los camaristas. <

La clave

Testimonio. Los jueces Alberto Seijas y Carlos Alberto González advirtieron que restan “medidas de prueba por producir”, entre ellas el testimonio de Agustina Sol Di Natale, la hija que Lourdes tuvo con el abogado Mariano Cúneo Libarona.

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