Invertirán u$s 80 millones para modernizar Salto Grande

Invertirán u$s 80 millones para modernizar Salto Grande

Con la presencia de autoridades argentinas y uruguayas, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande presentó su plan de obras para renovar la central hidroeléctrica binacional. La iniciativa cuenta con respaldo financiero del BID.

 

La Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTMSG) lanzó su propuesta de ‘Renovación y Modernización del Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande’ en el río Uruguay. En total, el emprendimiento está tasado en u$s 1.000 millones. No obstante, su etapa inicial demandará una inversión de u$s 80 millones a pagar en partes iguales por Uruguay y la Argentina.

El acto contó con la presencia de los ministros uruguayos de Relaciones Exteriores de la Nación, Rodolfo Nin Novoa; y de Industria, Energía y Minería, Guillermo Moncecchi; aparte del subsecretario de Economía y Finanzas del país vecino, Pablo Ferreri, y el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Morgan Doyle. Asistieron, además, los presidentes de las delegaciones de Uruguay y la Argentina, Gabriel Rodríguez y Roberto Domingo Niez, respectivamente. 

El plan estratégico apunta a modernizar y optimizar el equipamiento electromecánico y la infraestructura de Salto Grande en un período de 30 años. El BID aportará el financiamiento para la ejecución de la primera fase, que se extenderá hasta 2023.

La idea, según expresaron las autoridades de la CTMSG, es lograr una operativa más eficiente para ampliar la confiabilidad en la interconexión binacional. “Adicionalmente, mejorará la disponibilidad de generación y transmisión eléctrica, y se avanzará con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”, aseguraron.

Inaugurada en 1979, Salto Grande se localiza 15 kilómetros al norte de las ciudades de Salto, en suelo uruguayo, y Concordia, en la provincia argentina de Entre Ríos. Con una cota de coronación de 35 metros sobre el nivel del mar, la central dispone de 14 turbinas que le otorgan una potencia instalada de 1.890 megawatts (Mw). Dotado de una superficie de 783 kilómetros cuadrados (km²), el embalse posee una capacidad total de 5.000 hectómetros cúbicos (hm³).

Apuesta al futuro

A decir de Nin Novoa, el complejo es una pieza clave para la integración energética regional. “Aparte de proveernos de energía eléctrica mediante el aprovechamiento sustentable del río, colabora de manera activa con el desarrollo y la complementación de Uruguay y la Argentina”, señaló el funcionario. Su renovación, acotó, consolidará la relación bilateral como un símbolo de madurez y confianza mutua. “Las obras binacionales en los procesos de integración son fundamentales para el desarrollo de infraestructuras. Gestionarlas en forma conjunta, cuando los intereses son comunes, aporta una mejor perspectiva para el bienestar de sus pueblos”, manifestó.

Según sus palabras, la iniciativa constituye una verdadera apuesta al futuro. “Al estar proyectada a 30 años, traspasa gobiernos y personas”, completó.

Plan de reactivación

Más allá de impulsar la actualización de Salto Grande, el Gobierno nacional también quiere reactivar la construcción de otras centrales eléctricas binacionales en el río Uruguay: las de Garabí y Panambí. Compartidos con Brasil, ambos proyectos requerirán un nuevo informe de factibilidad. Debido a razones de impacto ambiental, la intención original de instalar 4.710 Mw de potencia fue modificada a la baja (hasta los 2.200 Mw). Sin embargo, los estudios se interrumpieron en 2015.

El plan estratégico apunta a modernizar y optimizar el equipamiento electromecánico y la infraestructura de Salto Grande en un período de 30 años. El BID financiará la primera fase, que se extenderá hasta 2023.

A la construcción de 96.967 hectáreas (Has) de embalse estaba previsto sumar la colocación de 15 turbinas Kaplan. El presupuesto, que seguramente ahora será revisado, alcanzaba los u$s 5.100 millones. Debe resaltarse que la Argentina y Brasil mantienen intercambios ocasionales de energía eléctrica ante casos de emergencia. Mientras que el mercado local –basado eminentemente en el gas natural– depende de que la demanda estacionaria no se dispare por cuestiones climáticas, el brasileño –más ligado a la generación hidroeléctrica– es propenso a sufrir frente a las sequías.

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