Un informe revela que aumenta la malnutrición de niños en barrios de La Plata

Un informe revela que aumenta la malnutrición de niños en barrios de La Plata

Fue hecho por el Movimiento Barrios de Pie sobre el universo de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad que concurren a merenderos y copas de leche. El 56% sufre algún tipo de malnutrición.

Un informe alimentario realizado por el Movimiento Barrios de Pie sobre un universo de niños y adolescentes que viven en barrios vulnerables de La Plata y que concurren en merenderos y copas de leche arroja que más de la mitad sufre algún tipo de malnutrición. El índice, de por sí alarmante, refleja además que la situación empeora, ya que en el primer informe los datos negativos eran menores.

Se trata del segundo informe semestral que presentó este miércoles el Movimiento en la sede de ATE provincia. En las consideraciones generales, se concluye que “los niñxs y adolescentes que asisten a las copas de leche, merenderos y comedores del Movimiento Barrios de Pie, continúan estando  presentes significativos valores de malnutrición en todos los grupos etarios; causa alta preocupación el 56% de malnutrición en 435 niñxs y adolescentes.

En el primer relevamiento, correspondiente al primer semestre de 2017, el porcentaje de niñxs y adolescentes con algún tipo de malnutrición era de 47%. En el informe del segundo semestre ese ítem trepó a 56%.

El informe fue hecho en conjunto con el Instituto de Investigación ISEPCI (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana), buscando construir la iniciativa territorial “Indicador barrial de situación nutricional”.

La síntesis del informe enviado a Infoplatense plantea 5 ítems principales:

1.- La información procesada y sistematizada a la fecha describe la situación nutricional de 836 niñxs y adolescentes de 0 a 19 años. Se trata de n/a que asisten a comedores y copas de leche, ubicados en barrios en situación de alta vulnerabilidad socio-sanitaria, cuyos padres en su mayoría son titulares de programas sociales con transferencia de ingresos.

2.- Sobre un total de  766 niñxs y adolescentes de 2 a 19 años, sin discriminar grupo etario, según el Índice de Masa Corporal, IMC, el 56%, 435 n/a, se encuentran en alguna de las variantes de malnutrición, destacando la preeminencia de los indicadores por exceso, sobrepeso 26% (201 n/a) y obesidad 29% (223n/a), que superan significativamente al indicador por déficit alimentario, ya que en bajo peso encontramos un 1% de lxs niñxs (11 n/a).  

3.- Para un total de 70  lactantes, de 0 a 2 años, el 46% (32 n), presentan malnutrición: por déficit 1% de bajo peso, mientras que los indicadores por exceso presentan un 16% de sobrepeso.  En relación al indicador talla/edad  aparece un 16%,  11 niñxs que presentan baja talla para su edad.

4.- La población ha sido organizada en 4 grupos etarios: lactantes de 0 a 2 años (70n),  primera infancia de 2 a 6 años (279n), segunda infancia de 6 a 10 (263n) y adolescencia de 10 a 19 años  (224a).

5.- Se construyeron tres indicadores antropométricos: Índice de Masa Corporal (IMC) para 766n/a de 2 a 19 años; Talla/Edad a todxs lxs n/a de 0 a 19 años, 836 n/a y Peso/edad, para 70 lactantes de 0 a 2 años.

CONCLUSIONES. El informe destaca que “se pone en evidencia” la preocupante vulnerabilidad nutricional en la que se encuentra un conjunto de niñxs y adolescentes que hoy estarían siendo afectados por “una alimentación inadecuada para su edad, la presencia de malnutrición con preeminencia de sobrepeso 26% y obesidad 29%, limitan su crecimiento y desarrollo integral tanto físico como psicosocial, deteriorando su calidad de vida, abriendo la puerta a enfermedades en la edad adulta.

La presencia de sobrepeso y obesidad, en todos los grupos etarios, exigen en forma prioritaria la aplicación de políticas preventivas y detección precoz para incidir en los factores modificables, no genéticos, que preserven la salud de los niños y eviten complicaciones futuras a corto plazo como problemas psicológicos, baja autoestima, diabetes tipo 1 y 2, asma, aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, deformaciones óseas, entre las principales.

La aparición de sobrepeso en los lactantes, 16%, es preocupante porque está comprobado que el aumento excesivo de masa grasa desde incluso los primeros meses de vida predisponen al sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia. Pero además, es un síntoma de las desigualdades socio-económicas: si analizamos las causas detrás del sobrepeso en los primeros años de vida, nos encontramos que los principales factores de riesgo son causas evitables del embarazo (bajo o alto peso del niño al nacer, ganancia de peso excesiva de la madre, diabetes durante el embarazo), causas prevenibles durante los primeros meses (consumo de alimentos con alto contenido calórico pero bajo valor nutricional, complementación inadecuada de la lactancia materna) o complementación de la lactancia materna con otras leches de manera temprana, en muchos casos por la imposibilidad de la madre de trabajar y amamantar al niño. La gran mayoría de estas causas son prevenibles si se realizan adecuados controles del embarazo y del niño, lo que nos habla de una baja accesibilidad al sistema sanitario.

Surge aquí una doble preocupación, en primer lugar la alimentación del grupo familiar en cantidad y calidad adecuada, ocupa un aspecto a resolver, ya que las dificultades para acceder a la canasta básica de alimentos, aparece en la cotidianeidad, como una cruda realidad, y según refieren las madres han visto disminuido significativamente el consumo de lácteos, frutas y carnes, debido al constante aumento de los precios. La dieta familiar está constituida principalmente por hidratos de carbono y grasas, en detrimento de las proteínas necesarias, lo que marca fundamentalmente la alimentación de niños ubicados en la lactancia y primera infancia, que comparten la misma alimentación que los adultos. Consultadas las madres de lxs niñxs relevados expresan con angustia que la carencia de ingresos suficientes las ha llevado a cocinar solo por la noche, suprimiendo el almuerzo, con comidas en calidad y cantidad menores, desapareciendo casi totalmente la alimentación especial para lxs niñxs de 2 a 6 años.

Ante esta situación resulta significativa la aplicación de políticas públicas que garanticen la implementación de comedores escolares, que brinden una adecuada alimentación, para prevenir las variantes de malnutrición, provocadas por una inadecuada ingesta de nutrientes, resultado de las condiciones socio-económicas que atraviesan las familias y los bajos ingresos para alcanzar a la canasta básica de alimentos.

También deberíamos analizar que la presencia de sobrepeso y obesidad, en lxs niñxs/adolescentes de 2 a 19 años, interpela sobre la repercusión de hábitos sedentarios y escasa actividad física, debiendo relevar cuál es la real oferta recreativa y deportiva en los barrios, siendo el sedentarismo uno de los factores de riesgo de mayor importancia que deben ser modificados con urgencia.

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