Al cierre de marzo, los precios de los alimentos anotaron su segunda semana de calma y marcaron una desaceleración con respecto a las semanas anteriores. Sin embargo, el IPC del tercer mes del año volverá a estar en las dos cifras, entre el 10% y 13%, debido a la estacionalidad del regreso a clases y al incremento en prendas de vestir, mientras que la postergación en los aumentos de tarifas de luz y gas moderarán el salto en el índice. Por su parte, el Gobierno señaló que el 13,2% de febrero, "no fue de un dígito a causa de las promociones". Para analistas la retracción en la inflación responde más a la recesión que a un plan de estabilización. En abril presionarán los incrementos en Aysa, naftas y colegios privados. 

La consultora LCG difundió que los aumentos en los alimentos estuvieron en el orden del 0,7% durante la tercera semana de marzo y del 0,8% durante la cuarta, los porcentajes más bajos alcanzados desde la tercera semana de octubre del año pasado. La suba en el rubro promedió 10,2% en las últimas 4 semanas y 8,6% punta a punta en el mismo período, según el informe. 

EcoGo también marcó una desaceleración. En la tercera semana del mes, los alimentos aumentaron un 1,6%, una retracción de 1,2 puntos respecto de los siete días anteriores. La consultora calculó que la inflación de marzo de ubicará en el 13,1%, a penas por debajo del 13,2% de febrero.

En esa línea, el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) registró al 25 de marzo un incremento en los productos de supermarcado (alimentos, perfumería, limpieza, hogar, etc.) del 1,6% semanal y del 7,2% mensual. 

A pesar de la baja en los alimentos, el índice será nuevamente de dos cifras. Estará traccionado por la estacionalidad del regreso a clases y las subas en prendas de vestir, mientras que la decisión del Gobierno de postergar, al menos hasta junio, los nuevos aumentos en tarifas de luz y gas no provocarán mayores saltos en la medición del Indec. 

A nivel general, el rubro de alimentos y bebidas viene desacelerando desde la segunda semana de diciembre cuando la devaluación disparó los precios al 11% semanal, el porcentaje más alto registrado. Durante ese mes, ese capítulo trepó al 29,7% y el IPC llegó al 25,5%. 

La economista de EcoGo Rocío Bisang señaló a BAE Negocios: "En los próximos meses esperamos que el aumento de regulados continúe presionando al alza la inflación, al contrario del resto de los precios, donde la caída en el consumo impone un ritmo mayor a la desaceleración del índice". 

Al respecto, LCG alertó que "la baja de la inflación responde a una recesión más aguda que la esperada inicialmente". "El Gobierno parece decidido a concentrar sus fuerzas en intentar una reducción más drástica en el corto plazo, tomando la decisión de postergar aumentos de tarifas y aumento de boletos. En este caso, dejar pendiente la corrección total de precios relativos puede atentar contra la estabilización futura", concluyó.

Por su parte, el presidente Javier Milei hizo hincapié en que "la verdadera inflación de febrero fue del 7%" y que desde el Gobierno "están limpiando el arrastre estadístico". "Estamos metiendo a la tasa de inflación adentro de un dígito, aun cuando se pudiera capturar de alguna manera, el tema de las promociones. En la tercera semana, de marzo se frenó la suba de precios, es decir que estamos caminando por el lado correcto, en materia de política antiinflacionaria", destacó el presidente en el marco del International Economic Forum (IEFA) Latam. 

Según el jefe de economía de Libertad y Progreso, Eugenio Marí, estimó: "En marzo, por una cuestión de precios regulados y de la propia inercia que estamos manejando, vamos a tener un IPC de dos dígitos mensuales, pero en abril mayo ya se abre la puerta a un IPC de dígito y a consolidar un proceso de desaceleración inflacionaria que se empezará a notar en los bolsillos de la gente".