Hillary toma impulso en los sondeos tras el debate

Hillary toma impulso en los sondeos tras el debate

La carrera a la Casa Blanca. La demócrata supera ahora en 11 puntos a Trump, cinco más que en las últimas encuestas. El republicano quedó muy golpeado por la difusión de un video donde denigra a las mujeres.

Por Paula Lugones

Hillary Clinton no brilló pero ganó con sobriedad el debate de ayer domingo y despeja cada vez más su camino hacia la Casa Blanca: hoy se supo que amplió la ventaja sobre su rival Donald Trump y ya lo supera por 11 puntos a nivel nacional, tras la difusión de un video donde el magnate se jactaba de manosear a las mujeres. Además, el republicano se liberó de sus ataduras y volvió a ser él mismo, con un estilo agresivo y demoledor, que puede encantar a sus bases pero que puede espantar a los independientes y los líderes de su propio partido.

Según una encuesta de NBC y The Wall Street Journal divulgada hoy, la candidata demócrata tiene el 46% de intención de voto en todo el país frente a un 35% de Trump. Los otros aspirantes a la presidencia, Gary Johnson, del Partido Libertario, y Jill Stein, del Partido Verde, recibieron entre el 9 y el 2% de respaldo, respectivamente.

El sondeo fue hecho el sábado y el domingo, horas después de la difusión del video de 2005, donde el magnate se jacta de hacer “lo que quiere” con las mujeres, incluso meterles la mano en la entrepierna, porque él es “una estrella”. Antes de este episodio, que desató un escándalo nacional, Hillary le llevaba casi 5 puntos de ventaja, o sea que el video le hizo sumar 6. Un 52% consideró que el video debe ser un tema de campaña, mientras que un 41% estimó que las declaraciones de Trump en la grabación son “completamente inaceptables” En el debate del domingo ganó Hillary para la mayoría de los sondeos. El de la CNN, por ejemplo, la dio victoriosa por 57% a 34%. Sin embargo, Trump estuvo mucho más a la ofensiva que en el primer encuentro, y así al menos intentó dejar contentas a las bases de su partido que odian a la candidata demócrata. En el segundo cara a cara, el republicano Donald fue Donald sin ataduras: agresivo, atacó a Hillary por el escándalo de sus mails (algo que había evitado en el primer encuentro), incluso llegó a decirle en su rostro que si él llega a la Casa Blanca la va a meter presa, algo que reclaman los “trumpistas” más fervorosos. La polémica sobre esa frase alcanzó ayer tal vuelo (es la justicia la que decide quién va a la cárcel, no el presidente) que la campaña llegó a decir que había sido “una broma” del candidato.

El magnate fue más lejos en su estrategia de guerra: sentó en el auditorio del debate a tres mujeres que habían acusado al ex presidente Bill Clinton por abuso sexual –algo que no se comprobó– y a una mujer que denunció a un hombre por violación, que fue defendido por Hillary cuando era abogada. Es más, se supo que quiso sentarlas en el palco junto a su familia (a pasos de Bill y casi cara a cara con Hillary), pero los organizadores se lo impidieron.

Con el debate del domingo, Trump al menos logró complacer a las bases republicanas que buscan que un “outsider” peleador, un empresario “exitoso” que promete luchar contra las elites de Washington y crear empleos para la clase media –aunque no explique claramente cómo– llegue a la Casa Blanca. Si bien la sangría de dirigentes que abandonaban el partido desde el sábado se frenó, la estrategia agresiva del magnante no logra convencer aún a todos. De hecho, el máximo líder republicano, Paul Ryan dijo ayer que ya no defenderá a Trump y que su interés ahora es impedir que los demócratas recuperen el control del Congreso.

Sin embargo, Trump logró un punto importante tras el debate: cosechó el apoyo declarado de su compañero de fórmula, el gobernador de Indiana, Mike Pence, quien en los últimos días se había mostrado un tanto frío y alejado. “¡Felicitaciones a mi compañero de fórmula @realDonaldTrump por una gran victoria en el debate! Estoy orgulloso de estar junto a vos mientras hacemos un gran Estados Unidos”, escribió Pence en Twitter, despejando los rumores de que el vice podría renunciar y dejar solo a Trump.

Para Michael Cornfield, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad George Washington, “la brecha se expone desde principios de este año entre los republicanos leales a Trump y los que ya no pueden disimular o refinar su oposición a Trump”, dijo a Clarín. “En los próximos años, todos los candidatos del partido republicano serán juzgados sobre qué lado estuvieron, especialmente a partir de estas cuatro semanas que quedan para la votación. Tienen que elegir y vivir con las consecuencias políticas y tal vez personales que les plantea tomar partido o no. ¿Con Trump o sin Trump? Esta es la gran historia”.

Consultado por Clarín, Bruce Cain, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford, dijo que “para los estándares de la compostura y los argumentos lógicos, Hillary Clinton ganó el debate y así lo indican las encuestas. Pero Trump logró algo muy importante: le dejó en claro a los funcionarios republicanos que ninguno conduce y expresa la ira del republicano de base cómo él”, señaló. “Es poco probable que crezca en las encuestas, pero Trump está todavía vivo y tiene un mes por delante: es posible que siga a la ofensiva el resto de su campaña”.

Trump volvió entonces a su estado puro. En privado llama “traidores” a los dirigentes que lo abandonan y promete venganza contra ellos si llega a la presidencia. Incluso advierte que les boicoteará las elecciones para el Congreso. Pero con el odio enceguecido no alcanza. Puede enfervorizar a sus bases conservadoras, a los hombres blancos, trabajadores de clase media, su principal bastión. Pero con eso solo no gana: necesita al menos parte del electorado femenino, de los latinos y de los afroamericanos. Y con esa actitud agresiva espanta a los moderados.

El Partido Republicano es el gran perdedor del debate y de estas elecciones, gane quien gane. Deberá analizar a futuro qué es lo que hicieron para que haya tantos partidarios frustrados y que se haya engendrado un fenómeno como Donald Trump. Deberán pensar porqué espantaron a las minorías, a los moderados y cómo plantarse frente al futuro. Es un tema que va más allá del magnate y del 8 de noviembre.

Comentá la nota