Gobierno confía en lograr superávit comercial que ayude a negociar con FMI

Gobierno confía en lograr superávit comercial que ayude a negociar con FMI

Será una de las cartas a mostrar si se concreta en las próximas semanas una misión fiscalizadora del organismo.

El Gobierno confía en que este año logrará un récord en el nivel de superávit comercial. Al punto está entusiasmado el Gabinete Económico que, se asegura, será una de las principales cartas que se le presentarán a los eventuales visitantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), si se concreta durante junio la ejecución de una misión fiscalizadora bajo las estrictas condiciones del artículo IV del estatuto del organismo que maneja Kristalina Georgieva.

La proyección que hace el gobierno, es que el saldo de este año podría superar los 10.000 millones de dólares a favor entre exportaciones e importaciones, un nivel obviamente apalancado por las ventas de productos primarios con valores internacionales récord, comenzando por la soja. Según la información oficial proveniente del último informe del Saldo del Intercambio Comercial Argentino (ICA) elaborado por el INDEC, el acumulado en el primer cuatrimestre del año llegó a un resultado positivo de u$s4.000 millones.

Las primeras proyecciones para el primer semestre son aún más optimistas, y aventuran para mayo- junio, no menos de u$s 3000 millones más, dado que se trata de los meses de mayor liquidación sojera. Si el resultado se mantuviera en la mitad del trimestre abril- mayo y junio hasta fin de año, esos u$s 10.000 millones serían un piso. Si el esquema se complicada, podría se meta. Pero lo cierto es que el resultado final será muy positivo. Se considera que esta es la única fuente de dólares sanos y genuinos, en tiempos en los que además Argentina tiene cerrado y vedado cualquier intento de financiarse en el mercado internacional voluntario de deuda soberana en divisas.

Para defender la variable y sus resultados, el propio gobierno elaboró un informe en el que se ponderan los resultados del comercio exterior de la Argentina en los últimos tiempos. Según el gobierno, en el país no hay “cepo” para importaciones y exportaciones, al menos en lo que se trata a la producción local. Diferente es el caso de los bienes finales, especialmente de consumo masivo y selectivo, donde los dólares son más bien escasos.

El informe, al que tuvo acceso este diario, indica lo siguiente:

Las exportaciones están teniendo un gran repunte, mayormente por efecto de los precios y también de las menores presiones cambiarias. En el primer cuatrimestre del año fueron superiores a 21.000 millones de dólares, lo que es el mejor inicio de año desde 2013.

Las exportaciones son fundamentales para que la macroeconomía sea sostenible. Existen, sin embargo, tensiones estructurales que a veces afloran entre mercado interno y mercado externo. Se desplegaron políticas concretas que buscan apuntalar las exportaciones, como la baja de retenciones a gran parte de la industria (que se hizo en octubre 2020), a las economías regionales (que se hizo en diciembre), a las exportaciones incrementales automotrices (que se hizo en marzo 2021) y a las exportaciones pyme (hace unas semanas). A ello se suma la suba de reintegros a la exportación (que se hizo en octubre), y otro tipo de políticas que buscan apuntalar nuestro potencial exportador, como líneas de financiamiento específicas, asistencia técnica y capacitación para que pymes puedan salir a exportar.

Las importaciones también se han recompuesto en los últimos meses, de la mano de la recuperación económica. Particularmente, lo que más se recompusieron fueron los bienes intermedios y los de capital, que son los que más necesitamos para apuntalar nuestros procesos productivos. No hay “un cepo a las importaciones”: así lo indican los datos. En el primer cuatrimestre del año importamos 6,4% más que en el primero de 2019. En el último bimestre (marzo-abril), las importaciones fueron las más altas desde agosto-septiembre de 2018. La diferencia es que ahora las importaciones están destinándose mayormente a insumos y maquinarias para la industria, y no a sustituir producción local, como pasaba con Macri.

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