El Gobierno busca desinflar el paro con la promesa de cambios en Ganancias

 Fuentes oficiales lo hicieron trascender horas antes de la quinta huelga general que realizarán este martes los gremios del transporte, en rechazo al "techo" salarial y los descuentos impositivos. Así el Ejecutuvio intenta quitarle argumentos a los sindicatos y ganar apoyo antes de las elecciones

Justo cuando el sindicalismo opositor se encamina a realizar el quinto paro contra Cristina Kirchner, el Gobierno dejó trascender este lunes que podría bajar nuevamente el Impuesto a las Ganancias antes de las elecciones presidenciales de octubre.

Así lo trasmitieron a Reuters una fuente oficial y otra cercana al Gobierno, en medio deencendidos reclamos gremiales en contra de los topes oficiales a las paritarias y del gravamen que, pese a los últimos retoques, sigue afectando a los salarios.

A pocos meses de las elecciones presidenciales de octubre, a las que la mandataria no podrá presentarse por una restricción constitucional, la promesa de una baja del impuesto aparece como un modo de evitar conflictos laborales.

Asimismo, el Ejecutivo busca ganarse el apoyo para el peronismo oficialista, que estará representado por el gobernador Daniel Scioli o el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

"Probablemente se haga un nuevo retoque sobre (el Impuesto a las) Ganancias, que afecte al mínimo no imponible, antes de las elecciones. Se haría si hay margen, porque la expansión de gastos debe ser con recursos genuinos, a partir de la recaudación", señaló a Reuters una fuente del Gobierno.

El martes, las principales centrales sindicales opositoras realizarán una huelga general que se prevé que paralizará la actividad debido a la amplia adhesión de los gremios del transporte, en reclamo de alzas salariales que compensen la alta inflación y de una reducción del Impuesto a las Ganancias.

La gestión de la presidenta ya aplicó este año cambios en el gravamen, aunque la mayoría delos sindicatos consideró insuficiente la modificación de un impuesto que explica el 24 por ciento de la recaudación.

Si bien el Gobierno consideró en reiteradas ocasiones que el actual diseño del Impuesto a las Ganancias resulta injusto para muchos argentinos, también destacó que es necesario para solventar los gastos sociales en momentos en que la economía se encuentra estancada y las erogaciones del Estado crecen.

Dos proyectos

Una fuente que habitualmente trabaja con el Ministerio de Economía dijo a Reuters que la cartera está analizando dos proyectos de ley para introducir cambios en el impuesto.

Según una copia de las iniciativas a la que accedió Reuters, una de las propuestas impulsa una "reforma semiestructural del impuesto, cambiando y actualizando escalas, eliminando exenciones y otros mecanismos".

El costo fiscal de este proyecto sería de $11.000 millones (1.220 millones de dólares), ya que sumaría 1 millón de nuevos contribuyentes pero reduciría la tasa que paga la clase media.

La otra iniciativa "consiste en una reforma estructural más profunda del impuesto, para hacerlo más progresivo".

En este caso, el costo para el fisco sería de $14.000 millones, debido a que el 87 por ciento de los actuales contribuyentes se vería beneficiado. Por otro lado, habría 70.000 nuevos contribuyentes que pagarían sólo entre 11 y 130 pesos mensuales.

No está claro si los proyectos bajo análisis prevén un ajuste anual por inflación en el Impuesto a las Ganancias, tal como demandan muchos expertos y economistas de la oposición.

Al mantenerse fija la escala de sueldos gravada, los ajustes salariales anuales que reciben los trabajadores por la inflación -que estaría cerca del 25 por ciento en 2015- hacen que cada vez más empleados deban pagar una alícuota mayor del impuesto, pese a que su poder de compra no ha crecido.

En mayo, la recaudación por el gravamen creció un 53,6 por ciento en la comparación interanual para alcanzar los 44.919 millones de pesos. La recaudación tributaria total creció un 31,5 por ciento en el mismo mes, para llegar a 138.139 millones de pesos.

Economistas privados consultados por Reuters señalaron que el Gobierno cuenta con la capacidad para absorber una merma en la recaudación cercana a los 15.000 millones de pesos anuales.

Quinto paro

En tanto, el titular de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández,  confirmó que el martes habrá paro de transporte en todo el país.

"Lamentablemente no fuimos escuchados por la Presidenta ni designó a nadie para que hable con los trabajadores. El paro se va a realizar. Los reclamos siguen pendientes, no hay soluciones. Y bueno, vamos a medida de fuerza. Esto lo tiene que decidir el Gobierno y parece que le gusta que hagamos un paro", dijo a Radio Mitre el dirigente gremial.

La medida anunciada por las CGT que conducen Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, también es apoyada por la CTA que dirige Pablo Micheli y numerosas agrupaciones de izquierda. 

El eje del reclamo son las paritarias libres, el Impuesto a las Ganancias, un aumento de emergencia a los jubilados, la deuda del Gobierno con las obras sociales, el trabajo en negro y medidas contra la inflación y la inseguridad.

En ese marco, Fernández confirmó que "desde las cero de hoy hasta las 24 horas de mañanase va a realizar el paro en todo el transporte, en Capital Federal, Gran Buenos Aires, todo el interior, larga distancia, corta, combis y subterráneos".

"Las paritarias son libres. El Gobierno tiene que controlar y no meterse en ningún lado, porque hay gremios a los que el 27% que propone el Gobierno no le alcanza para tener un sueldo digno", aseguró Fernández.

Mucho ruido...

La modificación aplicada al impuesto en mayo pasado dejó intacto el piso a partir del cual se paga el tributo, conocido como mínimo no imponible, que podría ser parte de un cambio más amplio que actualmente es evaluado por las autoridades.

La mejora de entre 3% y 6% que recibirán aquellos alcanzados por Ganancias que se encuentran en la franja salarial de entre $15.000 y $25.000 tiene "gusto a poco", teniendo en cuenta la gran expectativa que se había generado.

Pero, como dice la frase popular, es lo que hay. Hasta los gobiernos que han hecho de la demanda interna y del estímulo al consumo una religión deben empezar a moderarse y dar cada vez mayores dosis de "relato" pero menos de dinero.

La anterior modificación de este controvertido impuesto data de agosto de 2013, lo cual implica mucho tiempo transcurrido para un país que desde hace años tiene una inflación superior al 25 por ciento.

Como dato clave, cabe recordar que el déficit fiscal que se proyecta para este año es de casi el doble del 3,7% que se había registrado en aquel entonces.

Ganancias no es un impuesto cualquiera: cumple con la extraña condición de ser el único que crece en términos reales incluso cuando la economía está en recesión.

Al no depender de la actividad real de la economía, sino sólo de los aumentos nominales de salarios (que a su vez son motorizados por la alta inflación), entonces es un tributo que crece siempre, algo que queda en evidencia cuando se analiza la "torta" de la recaudación de la AFIP.

En la actualidad, este gravamen ya explica casi uno de cada cuatro pesos que ingresa al fisco. Y ha tenido un crecimiento por demás acelerado, si se tiene presente que en 2009 representaba "apenas" un 18 por ciento.

Pero eso no es todo. Tal como diera cuenta iProfesional, cuando se analiza su evolución se llega a otra conclusión más inquietante: la proporción que corresponde al aporte de los asalariados está creciendo en importancia respecto de lo que pagan las empresas.

En 2007, cuando Cristina Kirchner asumió la presidencia, el rubro de la cuarta categoría (es decir, la parte abonada por personas físicas) representaba un 30% del total de lo que recaudaba este gravamen.

Hoy esa cifra subió hasta significar un 45 por ciento. Los números fríos llevan a una conclusión inevitable: el Gobierno no puede prescindir del Impuesto a las Ganancias. 

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