De poco sirvió que Alberto Fernández dijera que más que un cambio de Gabinete, está pensando en “cambiar pañales”, por el nacimiento de su hijo Francisco. La interminable interna dentro del Frente de Todos, y el preocupante dato del aumento de la inflación en marzo en 6,7%, volvió a poner el tema en carpeta: hay fuertes rumores de un cambio de Gabinete para después de la Semana Santa.

Los debates sobre los nombres en el Gabinete son una constante en el Gobierno, al menos desde la derrota electoral en las PASO y la crisis política que le siguió. Aunque Alberto, en principio se había negado, ahí mismo tuvo que cambiar algunos jugadores por presión K. Aunque de eso pasó un largo tiempo, la inestabilidad continúa. 

Luego de varias operaciones mediáticas, el nombre de Martín Guzmán, ministro de Economía, se presintió su salida en la última semana, cuando se sabía que estaba por salir un índice de inflación alarmante. Luego de una reunión que mantuvo el fin de semana con el Presidente, la opción de que se vaya está descartada. “Entregarlo a él es entregar el Gobierno”, dicen desde la Casa Rosada.

En cambio, lo que sí podría haber, admiten desde esos pasillos, son cambios cosméticos, no sobre los ministros sino sobre secretarios. En esa línea, el que ocupa el primer lugar para irse es Roberto Feletti, el secretario de Comercio, que viene manteniendo una disputa pública con Guzmán y con el ministro de Producción Matías Kulfas.

Podrían no ser las únicas novedades. El estratega Sergio Massa y el catalán Antoní Gutiérrez Rubí, preguntaron en sus encuestas sobre sus clientes y las respuestas son contundentes: 60% de los consultados dicen que desean que el tigrense “tenga más protagonismo en la toma de decisiones de este Gobierno”. En el entorno del Frente Renovador varios se ilusionan con sumar más protagonismo en el Gabinete, o incluso el ya tan mencionado superministerio para esta tribu del Gobierno, que podría incluir ministerios de corte productivo.