El Frente de Todos apunta a pelear el voto peronista y tensa el discurso

El Frente de Todos apunta a pelear el voto peronista y tensa el discurso

Martín Gill, candidato a diputado por el Frente de Todos y secretario de Obras de la Nación, lanzó duras críticas a quienes no fueron por la unidad del peronismo en Córdoba. En el tramo final, la apuesta es captar a justicialistas.

En el acto que el viernes pasado hizo el Frente de Todos en Río Cuarto se vio a un Martín Gill, usualmente medido y sereno, enfático y confrontativo. Pero no sorprendió que confrontara con Juntos por el Cambio, sino que lo hiciera con el peronismo cordobés. El candidato a diputado reprochó airadamente a los intendentes que se asientan en el gobierno nacional cuando van por la reelección pero después se diferencian en las elecciones nacionales.

El dardo tenía como destino el Palacio de Mójica. La recriminación de Gill era porque Juan Manuel Llamosas fue en un armado de unidad en Río Cuarto y ahora apoya la separación de los dos peronismos a nivel provincial.

¿Qué pasó?¿Fue un exabrupto de Gill?En realidad, no. Desde hace una semana, el comando de campaña del Frente de Todos de Córdoba recibió la directiva de endurecer el discurso con el peronismo cordobés. Y ese hecho está relacionado con la estrategia electoral:el oficialismo nacional busca disputarle el voto peronista al schiarettismo. Consideran que hay justicialistas desencantados con la decisión de Schiaretti de evitar una alianza y con su discurso esperan captarlos.

“Después de las Paso la estrategia va a cambiar, pero por ahora tenemos que buscar seducir al votante peronista”, señaló un dirigente kirchnerista. El Frente de Todos comparte una porción menor de los votos de Schiaretti -el gobernador posee un electorado que mayoritariamente en las nacionales elige a la oposición- y la postura de tensar el discurso apunta a ese sector específico.

Desde Hacemos por Córdoba también entendieron el discurso de Gill como un intento por peronizar el discurso y evitar que haya fugas. “Hay militantes muy desencantados con lo que está pasando en el gobierno nacional y con la marcha de la campaña. También puede haber votantes que compartan ese sentimiento. Y cada punto que crecemos nosotros es probable que sea una pérdida para el Frente de Todos”, manifestaron ayer en el comando de campaña de Hacemos por Córdoba.

En el gobierno municipal consideran que las palabras de Gill, o al menos eso esperan, no tengan después impacto en los programas de obras que el gobierno municipal tiene acordados con la gestión de Alberto Fernández.

Es que el villamariense, además de ser candidato, es secretario de Obras Públicas de la Nación y es, por lo tanto, quien decide el destino de los recursos para obras de infraestructura.

Gill remarca siempre en sus discursos que el capítulo de la confrontación con Córdoba se ha terminado, que se dio vuelta la página y que desde Buenos Aires llegan recursos tanto para obras como, por ejemplo, para la Caja de Jubilaciones.

Sin embargo, el endurecimiento del discurso puede generar interrogantes e incertidumbre con respecto a esa definición. En el Municipio consideran que nada cambiará y que las obras que se anunciaron están garantizadas.

En parte, esa expectativa podrá concretarse de acuerdo, principalmente, con lo que ocurra entre los dos gobiernos centrales, el nacional y el provincial, después de las elecciones no tanto de este domingo sino fundamentalmente las de noviembre.

Si las dos gestiones llegan a una situación de convivencia y evitan el enfrentamiento, se supone que Río Cuarto quedará enmarcada dentro de ese contexto de relacionamiento.

En el Frente de Todos ya hay quienes plantean que debe volver a sondearse la posibilidad de un acuerdo con el schiarettismo de cara a 2023.

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