Feroz interna republicana por la candidatura de Trump

Feroz interna republicana por la candidatura de Trump

La carrera a la Casa Blanca. La nominación casi segura del magnate aislacionista y xenófobo es considerada como un desastre electoral por líderes partidarios. Temen que facilite la victoria de Hillary Clinton. 

Por Paula Lugones

Lo que al principio parecía un disparate hoy es una realidad: el controvertido multimillonario Donald Trump será casi inevitablemente el candidato republicano a la Casa Blanca porque el único rival que le quedaba en la contienda, el gobernador John Kasich, abandonó hoy la carrera. Ante este panorama, ha estallado en el partido un debate feroz: un sector de la cúpula pide unir fuerzas en favor de Trump, pero otros líderes creen que su candidatura será una catástrofe para la agrupación y les impedirá retomar el poder en noviembre, tras 8 años en la oposición.

Luego de su arrasador triunfo en Indiana ayer martes, en el que venció por más de 15 puntos y le dio tal golpe a Ted Cruz que el senador no tuvo más remedio que renunciar a ser candidato, Trump dio un discurso de tono moderado en el que felicitó a su rival, le auguró un “gran futuro” y pidió la unidad del partido.

Unificar fuerzas será una tarea dura –quizás imposible– para el magnate, que ha recibido inéditas acusaciones desde las propias filas republicanas cuando su candidatura comenzó a crecer de tal forma que se volvió una amenaza para el establishment. Algunos, como el ex candidato presidencial Mitt Romney, lo han tildado de “estafador”, que cambia constantemente de posiciones y de “ignorante” en política internacional y otros temas de gobierno. Otros creen que no es un auténtico conservador y que si llega a la Casa Blanca podría avalar los “valores liberales de New York”, como la defensa del aborto y el matrimonio homosexual.

Hay quienes ya empiezan a hacerse a la idea de que van a tener que apoyar a Trump pese a que no les guste. Reince Priebus, el presidente del Comité Nacional Republicano, escribió el martes por la noche en Twitter: “Donald Trump será el probable nominado del Partido. Necesitamos unirnos todos y concentrarnos en derrotar a Hillary Clinton #NuncaClinton”, arengó.

Sin embargo, una ola de dirigentes no quiere saber nada. “Creo que Trump ha probado no ser equilibrado y no estar calificado para ser presidente. No lo voy a apoyar”, dijo Stuart Stevens, estratega de la campaña de Romney de 2012. “Todos deben hacer su elección. Creo que Trump es despreciable y que será un desastre para el partido. Pido a todos que sigan oponiéndose”, agregó.

“Si nominamos a Trump, seremos destruidos. Y lo mereceremos”, tuiteó el senador por Carolina del Sur y ex precandidato republicano Lindsey Graham. “No quiero felicitar a Hillary Clinton por ganar la presidencia esta noche, pero acaba de hacerlo”, tuiteó el martes Erick Erickson, un influyente activista republicano.

Algunos incluso alientan que se presente algún candidato independiente o –para terror de muchos dentro de la oposición– dicen que podrían votar por Hillary para que no gane Trump.

Más allá de las discutidas capacidades del magnate y su retórica machista y xenófoba, él ha logrado sintonizar con una mayoría de hombres blancos, trabajadores, de escasa educación, que no se sienten representados por las élites de Washington. Pero el empresario no conecta con sectores que son clave para ganar una elección general, como las mujeres, los hispanos y los afroamericanos. Tampoco lo hacía Cruz, a pesar de tener un origen cubano.

Hay una realidad demográfica que es incuestionable y que el Partido Republicano, con su mensaje ultraconservador, se niega a registrar, más allá de que sea Trump el candidato. Como explicaba David Wasserman en The Washington Post: “En 1980, Ronald Reagan ganó con el 56% de los votos ‘blancos’ en 44 estados. En 2012, Mitt Romney ganó el 59% del voto blanco pero perdió abrumadoramente contra Barack Obama. ¿Qué pasó? Los latinos, los afroestadounidenses, los asiáticos y otras minorías –que abrumadoramente votan por los demócratas– crecieron un 12% desde 1980 a un 28% en 2012”. Si los republicanos se siguen peleando con ese electorado, el partido está destinado a la autodestrucción.

Stephanie Martin, experta en campañas políticas y el movimiento conservador de la Universidad Metodista del Sur, dijo a Clarín que los republicanos se están “autodestruyendo”. “Tienen que reformularse, cambiar de rumbo, pero nadie se pone de acuerdo sobre cómo hacerlo. Yo creo que hoy hay que estar loco, si perteneces a una minoría o sos mujer, y votás a los republicanos”.

La experta hizo referencia a cuando Trump dijo que si Hillary fuera un hombre no tendría ni un 5% de los votos. “No importa cuánto odien a Hillary. Tenemos que empezar a no permitir que se hable de esa manera de las mujeres y de las líderes políticas. Yo doy clases en una universidad muy conservadora y mis estudiantes en general se identifican con los republicanos. Muchas de mis alumnas no van a permitir que se hable de esa forma”.

–¿Pero votarían por Hillary?

–Yo creo que sí, aunque mucho no les guste. Algunas van a votar por Hillary para frenar a Trump.

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