Aunque con una modalidad diferente a los supermercados, en las farmacias de Salta rigen los “precios cuidados”. Algunos medicamentos que habían subido más de un 25% tuvieron que retrotraer sus valores a diciembre y solo se autorizó un incremento del 4%, de acuerdo al “arreglo” entre el Gobierno nacional y los grandes laboratorios. Fue una buena noticia para los consumidores.

Sin embargo, los propietarios de farmacias aseguran que la rentabilidad sigue en caída libre. Con menores precios, la ganancia es mínima y la inflación los deja en jaque, sobre todo porque deben esperar hasta 90 días para que las obras sociales les paguen por los medicamentos que compraron sus afiliados.

“El sector está en crisis”, definió Francisco Puló, presidente de la Cámara de Propietarios de Farmacia. Reiteró que los costos se elevan, pero los ingresos son magros.

“En cierta medida el acuerdo de "precios cuidados' nos perjudicó. Desde la época de Guillermo Moreno (el exsecretario de Comercio de la Nación) ya había cierto control de los valores de los medicamentos. Veníamos con un atraso y ahora algunos tuvieron que bajar más”, expuso Puló.

Por otra parte, remarcó que entre enero y diciembre, cuando se registró la última suba de los productos, los farmaceúticos tuvieron que absorber esas alzas. Puló sostuvo que “el dinero de las compras lo perdimos. Ahora tenemos que vender más barato. Nosotros no somos formadores de precios. No lo pudimos recuperar ni siquiera a través de notas de crédito”.

Carlos Escándar, de la Farmacia 12 de Octubre, sostuvo que hay maniobras “usureras” por parte de las obras sociales. “Una persona adquiere un fármaco y paga el 40% del total. El resto hay que cobrarle a la mutual pero te imponen bonificaciones que llegan al 12%”, describió.

“La rentabilidad es muy baja. Hay que tener en cuenta toda la infraestructura necesaria para funcionar: pagar el posnet, Internet, gastos administrativos, aportar a la Cámara más los costos fiscales”, dijo Escándar.

Lo mínimo

Los farmacéuticos que dialogaron con El Tribuno precisaron que solo obtienen utilidades que van de un 2 a un 5%. La propietaria de una farmacia céntrica, que pidió no dar su nombre, señaló: “Compramos medicamentos caros y no podemos venderlos al precio anterior. Nuestra legislación prohibe que haya diferencias de precios entre farmacias. Así vayas a La Quiaca, el valor de una tableta de Bayaspirina tiene que ser igual”, indicó.

“Estamos de mal en peor. Las obras sociales no cumplen con los plazos y las droguerías no contemplan eso. Hay que pagar un día determinado y son montos que parten desde los $15.000. Los depósitos los tenés que hacer si o si, ya que podés quedarte sin stock”. Remarcó que “para poder mantener una farmacia, hay que tener espalda”.

En los locales de farmacia no hay carteles con el precio cuidado de cada producto, como en los supermercados. Es que a los locales llegan las listas de valores desde los laboratorios.