Falbo quiere echar al fiscal que investiga a Scioli

Falbo quiere echar al fiscal que investiga a Scioli

Es Jorge Paolini, que investiga compras fraudulentas en IOMA y las irregularidades en Lotería. El papel de Casal.

Antes de dejar su cargo, la procuradora general de la provincia de Buenos Aries, María del Carmen Falbo, quiere ejecutar una medida de alto impacto político: echar al fiscal Jorge Paolini, que investiga serias irregularidades durante la gestión de Daniel Scioli.

La procuradora, que está fuertemente enfrentada al gobierno de María Eugenia Vidal (que le achaca entre otras cosas su vínculo con Scioli) y la semana pasada hizo saber que comenzará los trámites para su jubilación, quiere desplazar a Paolini lo antes posible y la medida incluso se podría este martes.

 

Lo grave es que Paolini, titular de la Unidad de Investigaciones Complejas de La Plata, en este momento tiene en sus manos dos de las causas que más complican a Scioli y su entorno.

 

 

En una de ellas, el fiscal ordenó días atrás la detención de dos ex funcionarios del Ministerio de Salud sciolista por defraudación al Estado con venta de drogas oncológicas en IOMA y compra de insumos en la obra social del Estado bonaerense. 

El fiscal Paolini

Los apresados fueron Ana Beatriz Priolo, ex directora general de administración de la cartera sanitaria, y Hernán Azzari, integrante de la subsecretaría de Salud Mental y Atención a las Adicciones. Además, Paolini libró órdenes de captura para otros dos ex funcionarios sciolistas: el ex subsecretario de Salud Mental y Adicciones, Carlos Sanguinetti, y quien fuera su segunda, Viviana Callegui. Scioli se defendió diciendo que su propia administración fue la que hizo la denuncia por las maniobras irregulares en IOMA.

La otra causa sensible para el sciolismo que está en manos de Paolini es en la que se investiga la supuesta distribución irregular de pauta oficial en Lotería y Casinos, realizada por la actual gestión del organismo. Por esta investigación, el fiscal allanó en junio la sede de Loterías y encontró decenas de expedientes con inconsistencias y se sospecha que se habrían desviado por lo menos 20 millones de pesos. Además, procesó a la ex titular del organismo, esposa del ex secretario privado de Scioli.

El nombre de Paolini había saltado a la luz pública el año pasado, cuando en plena campaña electoral decidió no apelar el sobreseimiento de Scioli por presunto enriquecimiento ilícito, que había dictado en tiempo récord el juez Pablo Reale. Por esta razón, la oposición llegó a pedir el juicio político del magistrado y el fiscal.

Por aquella decisión, Paolini fue identificado con el sciolismo (hasta Elisa Carrió lo incluyó en su reciente denuncia contra el ex gobernador). En rigor, el fiscal era en ese momento y es ahora muy cercano al ex ministro de Justicia, Ricardo Casal, su principal respaldo político. Esa relación explicaría que Paolini no se haya molestado en apelar el sobreseimiento a Scioli.

Ricardo Casal

Pero también explicaría que ahora sea implacable con la anterior administración bonaerense. Es que la relación entre Casal y el ex candidato presidencial se rompió en los últimos meses después de fuertes discusiones. Aunque en el sciolismo cuentan que el diálogo se recuperó, admiten que Casal mantiene una interna muy fuerte con el ex jefe de gabinete Alberto Pérez.

En otras palabras, la sospecha es que el fiscal se dio vuelta con el cambio de gobierno (algo habitual en la Justicia, basta con ver lo que sucede históricamente en Comodoro Py) y lo adjudican a los movimientos siempre sinuosos de Casal.

Con ese trasfondo político de fondo, ahora Falbo parece dispuesta a aliviarle aunque sea transitoriamente los problemas judiciales a Scioli. Por eso en La Plata dicen que es el último gran servicio de la Procuradora al peronismo antes de dejar su cargo.

 

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