Expoagro reflejó el empuje del campo y también el clima de preocupación

Expoagro reflejó el empuje del campo y también el clima de preocupación
Por Matías Longoni.

Cerró la edición 2013 del mayor evento a cielo abierto del sector. Negocios, tecnología y cierta incertidumbre.

La Expoagro 2013 cerró sus puertas ayer en Baradero con buena presencia de público y expositores, pero sin la euforia de otros años. Hasta aquí el sector agrícola venía actuando como la locomotora que arrastraba un largo y pesado tren, con mayor o menor velocidad, en bajada o en subida. Pero esta vez algo parece haberse cruzado en las vías, deteniendo ese avance.

En la campaña agrícola 2006/07 la Argentina produjo 94 millones de toneladas de granos y cuatro años después vulneró el techo psicológico de las 100 millones de toneladas. Todo parecía dado para el gran despegue productivo e incluso el propio Gobierno hablaba de posibles 160 millones. Pero no. Dos años después la Argentina productiva volvió a retroceder, quedó estancada. Para este año, con suerte, la cosecha apenas podría superar las 95 millones de toneladas.

El gran problema de dicho estancamiento es que se produjo durante un periodo en el que los precios agrícolas fueron los más altos de toda la historia.

La soja que ahora cotiza a 530 dólares, seis años atrás valía menos de la mitad. Y otro tanto sucedió con el maíz, con el trigo; también con la carne y con la leche.

En el transcurso de esta Expoagro, el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, recordó que se alejó del Gobierno a fin de 2005 con una soja de 214 dólares. Y consideró que si se hubieran aplicado las políticas adecuadas, la cosecha debería ser hoy de al menos 120 millones de toneladas. Algo parecido surgió de un estudio de CRA: decía que aplicando las recetas de Brasil, donde se estimulan las agro-exportaciones, el país podría haber embolsado desde 2006 unos 40.000 millones de dólares adicionales.

Esa sensación de tiempo perdido, de enorme lucro cesante, se traduce en señales de agobio y frustración entre los productores. Al sector le encantaría avanzar mucho más rápido, tiene todas las condiciones tecnológicas para hacerlo. Pero debe contenerse porque hay algo sobre las vías que amenaza con hacerlo descarrilar. Por eso lo domina la prudencia. Y la locomotora frena su marcha.

“Son tiempos más de mirar que de comprar. Si hacés las cuentas del lado del productor, en la cosecha 2012 salvó la plata.

Y este año también va a ser peliagudo tener ganancias”, evaluó el diputado Felipe Solá, experto en estas cuestiones. Así sucedió en esta Expoagro: los productores concurrieron como siempre, para no quedar retrasados en materia tecnológica, pero no gastaron a cuenta..

Dos ejemplos. En la fabricante de tractores Pauny informaron ayer que habían recibido 120 consultas de productores interesados en actualizar uno de sus principales bienes de capital; con optimismo moderado, ahora iban a intentar concretar esas ventas.

Si las condiciones macroeconómicas no parecen ser las más positivas, menos convence a la comunidad agropecuaria la tozudez de un gobierno impermeable a críticas o sugerencias. El gobernador bonaerense Daniel Scioli fue el único integrante del oficialismo que visitó la exposición, aunque en tono casi protocolar. Ese vacío lo llenó la oposición. Sucede desde que estalló el conflicto cuyo principal capítulo fue el de la Resolución 125. Ayer, en un comunicado, la Sociedad Rural recordó que se cumplieron siete años de otro hito, fundacional de la pelea entre agro y kirchnerismo: el cierre de las exportaciones de carne en marzo de 2006.

Expoagro, en medio del campo y a cielo abierto, es fiel caja de resonancia de lo que sucede en el sector productivo. Hasta aquí, los altos precios de los granos parecían ser combustible suficiente para que el tren siga rodando. Ahora solo echa humo, pero no avanza.

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