Un exministro de Vidal anuló condenas a empresarios y policías por delitos de Lesa Humanidad

Un exministro de Vidal anuló condenas a empresarios y policías por delitos de Lesa Humanidad

Se trata de Carlos Mahiques, ex ministro de Justicia, nombrado en medio de una polémica dentro de la Cámara Federal de Casación. Ayer, anuló un fallo contra un poderoso empresario salteño, condenado por la desaparició de trabajadores.

El fugaz ministro de Justicia Carlos Mahiques, nombrado por María Eugenia Vidal a su arribo al Gobierno y renunciado pocos meses después, anuló, junto a sus pares de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, un fallo que condenaba a un empresario y a varios policías por delitos de Lesa Humanidad cometidos en 1977.

El fallo benefició al poderoso empresario salteño Marcos Levin, dueño de la empresa de transporte La Veloz del Norte, quien había sido hallado culpable por instigar a la persecución, a la detención irregular y a las torturas a un trabajador de esa empresa que era delegado gremial.

El caso de Levín era histórico, por cuanto se trataba del primer empresario condenado por su complicidad con el terrorismo de Estado. Se lo acusaba de haber aportado listas de trabajadores y sus datos de filiación, y de haber accionado “psicológicamente” para propiciar la represión. En esa causa fueron condenados además dos policías retirados, que realizaron la detención de 20 trabajadores.

Mahíques llegó con polémicas a la Sala de Casación, a comienzos de mayo de este año. El Consejo de la Magistratura le otorgó el traslado para cubrir el cargo del juez Pedro David, a pesar de que había un concurso abierto, luego de que la Corte Suprema aprobara como límite constitucional los 75 años de edad para ejercer la función judicial, que, sin embargo, y extrañamente, no alcanza a todos los jueces.

El caso es análogo al del juez federal de La Plata, Juan Martín Culotta, designado en medio de maniobras por parte de la mayoría oficialista en la Magistratura. Ambos casos están judicializados y se entendieron como “nombramientos a dedo” por parte del Presidente.

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