Emiliano Giri: “La cárcel de Batán es un negocio para mucha gente”

Emiliano Giri: “La cárcel de Batán es un negocio para mucha gente”

El dirigente político insiste con el traslado de la Unidad Penitenciaria de Batán y afirma tener más de 14 mil firmas juntadas que avalan su proyecto. “Hay que tener coraje para hacerlo y tener claro que se está planteando romper con intereses”, enfatizó.

Emiliano Giri no frena en su carrera por trasladar la Cárcel de Batán. Proyecto que defendió durante toda su campaña como candidato a concejal por el partido de General Pueyrredon, del cual no se bajó ni siquiera cuando perdió su oportunidad de ingresar al Recinto de Sesiones.

En medio de la continuidad de su campaña, de visita por “el Retrato…”, el también empresario marplatense afirmó que “el proyecto avanza muy bien” y que “estamos notando gran receptividad en los vecinos. Nos solicitan las planillas a través de las redes sociales o personalmente”.

-¿Cuántas firmas llevan juntadas?

-Más de 14.000 firmas. Estamos muy contentos por esta realidad. Pero más que nada porque el debate está instalado. Los vecinos tienen claro que esto no va a resolver la problemática total de General Pueyrredon a nivel seguridad, pero sí que va a descomprimir la situación que estamos viviendo.

En el transcurso de esta campaña estamos proponiendo algunas cuestiones para mejorar el día a día. Por eso presenté un proyecto para inhibir las señales para el uso de celulares en la cárcel de Batán. Somos consientes de que esta campaña lleva tiempo y que tenemos la fortuna de ser acompañados políticamente por el gobernador de la provincia, Daniel Scioli.

Sabemos que el traslado va a llevar tiempo. Mientras tanto, conocemos el sufrimiento diario de muchos vecinos que sufren llamadas amenazantes, secuestros virtuales, de las cuales gran parte se generan desde la unidad penitenciaria de Batán, porque hay un fallo de un juez de Necochea que le permite contar a los detenidos con celulares en sus celdas. Hay una normativa que los prohíbe pero un juez determinó eso, lo que provoca una laguna en el derecho y este es un error que la justicia tiene en el que nos convierte a los ciudadanos de bien en víctimas y pareciera que los que delinquen se convierten en victimarios.

Giri, de paso, amplió sobre su más reciente proyecto: afirmó que consta en “bloquear la señal”. En ese marco, acotó que “hay varias unidades penitenciarias en otros países que ya lo han hecho. Recientemente se realizó en Lima, Perú. Está claro que no se les deberían permitir ingresar celulares a las cárceles. En el último allanamiento que hizo la DDI de Mar del Plata por estos secuestros virtuales, se llevaron 50 teléfonos celulares desde donde se generaban esas llamadas. Entonces pretendemos instalar un aparato, una tecnología bastante sencilla, que no es cara. Estamos hablando de unos 50.000 pesos y de esta manera podríamos menguar esta situación que se está dando con los llamados".

-¿Qué hace falta para implementarlo?

-Decisión política. Si pensamos que de esta manera se mejora la seguridad, 50.000 pesos no deberían ser ningún motivo de bloqueo. Debería ser fácilmente realizable. Más cuando vemos que se gastan recursos en monumentos, o cosas que nada tiene que ver con la seguridad.

-Y para trasladar la cárcel, ¿nota voluntad política?

-Sí. Este proyecto tuvo y sigue teniendo acompañamiento de diferentes sectores políticos. Siempre le voy a agradecer a Cristian Azcona que me acompañó desde el Frente Renovador, el senador Juan Curuchet, la adhesión que envió Vilma Baragiola y Maximiliano Abad, la presencia de Cristina Coria, creo que eso demuestra que el arco político en su conjunto está acompañando el proyecto. Y el gobernador es una persona que me consta tiene afecto por Mar del Plata, y cuando vea que los marplatenses nos encolumnamos detrás de este proyecto, no creo que tenga ninguna duda acerca de llevarlo adelante.

-En su momento, este proyecto tuvo muchas críticas. Y todavía las debe tener…

-Nosotros intentamos explicar este proyecto. Desde los sectores que nos critican no recibimos ningún pedido para que se lo expliquemos. Nosotros estamos abiertos a hacerlo. Hace unos días, por ejemplo, me invitó el Rotary Club para que explicara de qué se trataba el proyecto, se abrió un debate y se plantearon dudas. A mí me gustaría escuchar, de algunos sectores, por qué quieren que la cárcel se quede en Mar del Plata. Nosotros planteamos las razones por las cuales creemos que la cárcel cumplió una etapa. Quisiera que nos expliquen qué piensan. El 40% de la población carcelaria no nació en General Pueyrredon, y eso lo saben propios y ajenos. Ahí tenemos una problemática que desconocemos y hay que vivirlo en persona. Cuando uno se toma el 715 o el 720 para ir a Batán un fin de semana, que son los días de visita de los familiares, la gente de Batán entiende de qué les estamos hablando. Porque lo padecen y lo sufren. Como padecen y sufren la usurpación de terrenos en los barrios aledaños, como El Colmenar. No es casual que en Batán, el 52% de los vecinos esté a favor del traslado y solo el 28% esté a favor de que siga funcionando. Hay una percepción de que la cárcel se ha convertido en un problema.

-Cuando se plantea la reconversión del espacio ¿los vecinos están de acuerdo?

-Sin duda. Estamos intentando complementar dos cuestiones. La cuestión de la seguridad y la cuestión social. Tenemos que tener en claro que si la sociedad no empieza a dar respuestas en materia de contención social real, lo que vamos a tener que seguir debatiendo dentro de unos años, es dónde hacemos las cárceles y no dónde las cerramos. Se necesita el debate que se está dando en Europa: qué hacer con las cárceles que se están vaciando. Nosotros proponemos reconvertirla en un Centro Universitario de Formación Profesional porque entendemos que hay más de 30.000 jóvenes sin respuesta, que están fuera del mercado laboral, expuestos a la droga y que se terminan convirtiendo en víctimas que ven en la droga la forma de evadirse. A nuestro entender reconvertir Batán en un centro de formación es necesario. Batán está asociado más a la cárcel que a la producción y eso no debería ser así. Nuestra esperanza es que se pueda llevar a cabo. Nos gustaría ser modelo de un proyecto que apunte a la reconversión de algo que era negativo en algo positivo y genera trabajo para quienes no lo tienen. Porque hay un dato que no es menor. Mar del Plata lidera estadísticas en cuanto a desocupación. Paradójicamente, cuando se requiere mano de obra calificada, no se encuentran ofertas. El mercado laboral está requiriendo de mano de obra específica que no estamos brindando. Algo pasa en el sistema que hace que no se capacite a esos jóvenes. Sumado a esto, la droga no es menor. Mientras los jóvenes crean que la venta de drogas mejorará su posición en el barrio, estamos entrando en un camino complejo de difícil resolución.

Sinceramente, plantear públicamente este tema te expone. Hay que tener coraje para hacerlo y tener claro que se está planteando romper con intereses. La cárcel es un negocio para mucha gente y nosotros estamos planteando cortar con ese negocio

-¿Quiénes intervienen en ese negocio?

-Hay de todo, como en todos lados. Como también, quiero dejar en claro, son mayoría las personas que con honestidad y esfuerzo cumplen sus funciones. Pero siempre es noticia aquel que se tuerce en el camino. La realidad es que hoy nos toca vivir lo que nos toca vivir. La cárcel dejó de cumplir el rol que debería cumplir. Está sobrepasada. Y nunca, a nuestro entender, tendríamos que haber permitido que se instalara una unidad penitenciaria en una ciudad como Mar del Plata que tiene más que ver con la producción, con el turismo, con ser una ventana al mundo donde mucha gente se refleja. Lo que pasa es que a veces es como el espejo de Blancanieves. No se refleja siempre que es la más linda. Mar del Plata se ha conurbanizado mucho y el municipio no da abasto. Si seguimos promoviendo este crecimiento indiscriminado del partido de General Pueyrredon, no vamos a tener los recursos suficientes para poder ordenar la ciudad. Y cuando se terminan desordenando es muy difícil volver para atrás.

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