Economía circular y sostenibilidad: qué es y en qué consiste

Economía circular y sostenibilidad: qué es y en qué consiste

De acuerdo con el Informe de Brecha de Circularidad 2022, elaborado por la organización global Circle Economy, solo el 8,6% de la economía global es circular.

Durante los últimos años, la tecnología se ha puesto al servicio del planeta y representa una herramienta imprescindible para impulsar la transición hacia una economía circular y sostenibilidad en la que el desarrollo productivo y económico no dependa exclusivamente del uso intensivo de recursos naturales y la generación de residuos. 

¿En qué consiste la economía circular?  

Se trata de un modelo de producción y consumo que remplaza el ciclo tradicional de fabricación, utilización y disposición, por uno que prioriza el reciclaje y la reutilización de los productos, alargando significativamente su ciclo de vida y minimizando el gasto de recursos.  

Es clave para la sostenibilidad ambiental porque, al priorizar el reciclaje y reutilización, elimina de la actividad productiva y de consumo el gasto desmesurado de recursos naturales. Algo imprescindible si se tiene en cuenta que la Tierra tarda casi año y medio en regenerar lo que consumimos anualmente. 

¿En qué consiste la sostenibilidad? 

Este concepto empezó a tomar fuerza después del Informe de la Comisión Brundtland de la ONU 1987, que definió el desarrollo sostenible como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. 

Se trata de conciliar el desarrollo económico con la protección del equilibrio social y el medio ambiente. De ahí que sea cada vez más popular a la hora de hablar de cómo cuidar el planeta sin comprometer las economías y procurando la equidad social.  

¿Cómo ayuda la tecnología al desarrollo de la economía circular y sostenibilidad? 

Los problemas ambientales relacionados con las actividades económicas pueden ser prevenidos mediante la implementación de procesos eficientes, limpios, seguros y amigables con el planeta. Eso es posible gracias a diferentes tecnologías, como sistemas digitales de análisis, inteligencia artificial, Internet de las Cosas (IoT), blockchain y big data. 

La digitalización de procesos y, también, la recopilación y análisis de información asociada a ellos y a las dinámicas de consumo, tiene un enorme potencial para optimizar la circularidad de la cadena de suministro y del diseño, fabricación, reutilización y reparación de los productos. 

Por ejemplo, el IoT en el mundo rural permite planificar las actividades con base a datos y reducir el consumo de agua e insumos, haciendo que los cultivos agrícolas produzcan más con menos recursos. Algo de impacto significativo al pensar en cómo cuidar el planeta, ya que la agricultura ocupa el 70% del agua extraída en el mundo y cuando se realiza de forma intensiva puede derivar en la degradación de los suelos, la pérdida de biodiversidad, deforestación y desfragmentación de hábitats.  

Tecnología: clave en la optimización de la gestión de recursos y residuos 

Nada como ayudar a conservar el medio ambiente y consolidar una economía circular mediante la tecnología e innovación aplicada a la gestión de los recursos y los residuos, eliminación de desechos y la contaminación en las cadenas de valor. 

Entre las diferentes tecnologías aplicadas en este campo destacan los sensores, inteligencia artificial y big data en los de procesos de identificación, clasificación, tratamiento y definición de la calidad de los residuos. 

Algunos ejemplos al respecto son:  

Smart agro para una agricultura amigable con el ambiente: la agricultura inteligente tiene como objetivo principal monitorizar y visualizar de forma georreferenciada los datos que se relacionan con los activos del campo por medio de tecnologías digitales. Esta sencilla base se traduce en que un control mucho más eficaz del cultivo y también facilita la toma de acciones correctivas en caso de producirse eventos cuyos resultados puedan tener un impacto negativo en el medioambiente (por ejemplo, una mala gestión de los recursos). Las principales tecnologías involucradas son sensores, plataformas digitales, big data y en ciertos casos el uso de drones. 

Upcycling (reciclaje de alimentos): esta tendencia ha sido clasificada por John Ruff, director de ciencia y tecnología del Instituto de Tecnólogos de Alimentos (IFT), entre las tres principales tecnologías escalables para combatir la inseguridad alimentaria y reducir la pobreza. En la feria Anuga FoodTec de 2021, se presentaron expositores con diferentes tecnologías y procesos innovadores para la obtención de materias primas de calidad partiendo de subproductos, como la separación por membranas y ultrafiltración para crear productos proteicos. 

Industria 4.0 a la gestión de residuos: la International Solid Waste Association (ISWA), presentó el informe How Industry 4.0 transforms the waste sector, en el que describe la interacción entre innovaciones tecnológicas, economía circular, contaminación por residuos sólidos y cambio climático. Sistemas robóticos de clasificación pueden trabajar 24/7 en la recolección y ordenamiento sistemático de los residuos, mientras que los drones tienen la posibilidad, por ejemplo, de controlar el volumen de materias desechadas y las posibles fugas de lixiviados y gases. 

Captura y almacenamiento de carbono en los procesos productivos: uno de los residuos que más impacto ha generado en el medioambiente no es de hecho tan sólido o palpable como la idea general que nos da la palabra “residuo”. Nos referimos al carbono. Las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono buscan evitar que este llegue a la atmósfera, por medio de altas tecnologías, e incluso con la posibilidad de ser utilizado en procesos de recuperación de hidrocarburos. Aunque en un principio estas tecnologías eran puramente mecánicas y termodinámicas, hoy es clave el uso de medidores digitales para optimizar el almacenamiento del carbono, comúnmente bajo tierra. 

De ahí la importancia de que las empresas empiecen a evaluar cómo ayudar a conservar el medio ambiente mediante la implementación de tecnologías que propicien la circularidad y el desarrollo sostenible.  

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