Tras el discurso de la presidenta en el que anunció que pedirá la aplicación de la ley antiterrorista con la empresa Donnelley, la casa matriz de la industria gráfica le contestó a Cristina. Afirmaron que la filial en Argentina "no es solvente" y se desligó de cualquier vínculo con fondos buitre, como dijo la primera mandataria.

Según consigna la agencia DyN, la casa matriz de Donnelley, una de las empresas gráficas más importantes a nivel mundial, consideró a través de un comunicado: "En la toma de esta decisión ni RRDA (la filial argentina) ni RRD (Donnelley & Sons Co) involucraron a tercera parte alguna: ninguna otra empresa, accionista o persona física ajena a RRD participó. No tenemos ninguna relación con la actual situación generada con los acreedores de la Argentina".

De esta forma, Donnelley niega que entre sus accionistas figure el ya tristemente célebre administrador del fondo buitre NML, Paul Singer.

En otro párrafo, la multinacional dio su versión de la quiebra de su filial local: "la industria gráfica hace tiempo ha dejado de ser un negocio rentable y la perspectiva de ventas futuras no es positiva; el negocio de RRDA no es solvente; RRDA ha experimentado una reducción constante y considerable de sus ventas y no prevé un cambio de tendencia en el futuro".

También responsabilizó en parte de la situación a la comisión gremial de sus trabajadores, ya que sentenció que "la Comisión Interna se negó a firmarlo (en referencia al Programa de Recuperación Productiva, o REPRO), evitando que RRDA pudiera tomar decisiones que permitieran torcer el rumbo de la situación de la empresa y empeorando aún más la situación económica y financiera".

Por último, informó que su "plan preventivo de crisis" para salvar a la compañía "preveía la reducción de personal para que la empresa recupere su rentabilidad, pero ninguna de esas soluciones fue aceptada por los sindicatos".