Donación de órganos y cuestiones pendientes

Luego de la salida del doctor Carlos Zamora como gestor de un equipo para la realización de ablación de órganos, en dependencia de la sede provincial del Incucai, no se incorporó un nuevo referente que coordine el trabajo en la zona norte.
Sin embargo, el centro pampeano Cucai que trabaja en pos de la donación siguió funcionando y ha implementado algunos cambios en torno a capacitaciones y la certificación del Banco de Córneas. Un trascendido indicó que la figura de Zamora, como médico respetado por la sociedad y con experiencia, no ha sido olvidada y por eso algunos organismos oficiales tendrían la esperanza de gestionar su regreso.

La oficina del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante sigue funcionando de manera normal en Santa Rosa, incluso han generado varias procesos de donación en lo que va del año, pero la salida de Zamora fue una situación notoria. El médico, que tiene residencia en General Pico, se alejó de estas funciones en diciembre 2011 con el argumento de que faltaba apoyo gubernamental y cansado de los "conflictos burocráticos". El profesional renunció luego de colaborar con el Centro Único Coordinador de Ablación e Implante (Cucai) pampeano desde el 2008.

Tiempo de cambios.

Por otro lado, después de diciembre, asumieron nuevas autoridades y la Dirección de Zonas Sanitarias y Area Programática se ha propuesto nuevas metas con respecto a desarrollar la labor del Cucai. El funcionario a cargo de esa dirección, Jorge Jorja, explicó que entre los cambios implementados se ha incorporado la formación de los residentes en cuanto a donación de tejidos, se logró certificar el Banco de Córneas en La Pampa y están gestionando más capacitaciones para especializar a los profesionales.

En cuanto a la zona norte, que tiene como punto de referencia a General Pico, Jorja confirmó que el grupo médico sigue activo pero no hay un referente que esté cumpliendo la función que hasta fines del año pasado llevó a cabo Zamora.

El funcionario indicó que siempre la meta prioritaria en "dar respuesta a la población", y todas las mejoras o áreas que se puedan desarrollar serán consideradas. Además, destacó que a nivel país el Cucai local está logrando el desempeño esperado.

A pesar de que no se logró ninguna confirmación oficial sobre el retorno de Zamora, una fuente cercana a Salud Pública, afirmó sin dar demasiadas precisiones, que la labor del profesional piquense tenía un gran valor para los pampeanos, y que no ha habido un reemplazante para la función que el médico y su equipo llevaban a cabo. También se resaltó el trabajo de la esposa del profesional, Natalia Toro, que estaba a cargo de las tareas de difusión. Pero a pesar de ese reconocimiento informal, no se ha conocido ningún tipo de acercamiento oficial desde el gobierno que permita reincorporar al ex coordinador o si Zamora estaría dispuesto a retomar esa responsabilidad.

Incumbencia provincial.

El trabajo a nivel provincia es fundamental en lo que respecta a la donación porque el Incucai es el organismo que impulsa, normaliza, coordina y fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos, tejidos y células en nuestro país y aunque depende del Ministerio de Salud de la Nación, su acción en las provincias se organiza en forma conjunta con cada centro Cucai que dependen de los gobiernos estatales. Entonces las decisiones en cuanto al trabajo local dependerán de lo que dispongan las autoridades pampeanas.

Según los datos del Incucai difundidos a nivel nacional, La Pampa tiene una lista de espera de 72 personas para transplantes renales, cardíacos, hepáticos, pulmonares y reno-pancreáticos. En lo que respecta a tejidos hay una lista con 80 pampeanos que aguardan por córneas. En este caso la mayoría de las ablaciones que se realizan quedan dentro del territorio provincial, por resolución oficial, a menos que haya un caso de emergencia nacional.

Hasta el momento 13 pampeanos recibieron órganos por transplante durante el 2012. Y esta provincia sólo produjo un donante renal y de válvula cardiaca, es que el número de ablaciones que se concretan es reducido porque no depende de la cantidad de personas que fallecen sino de otras condiciones que son necesarias para poder realizar el proceso. Incucai considera que de cada 1000 muertes sólo cinco significan un donante potencial.

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