Desafío para La Pampa: 500 mil ha. de maíz de cosecha

Desafío para La Pampa: 500 mil ha. de maíz de cosecha

La provincia de la Pampa en una región de producción agropecuaria definitivamente mixta, es decir, que tanto la ganadería como la agricultura ocuparán un lugar preponderante e ineludible en la economía provincial por dos aspectos fundamentales.

Por un lado todo el oeste pampeano es una fuente de generación de terneros y terneras de calidad, los cuales sería deseable que se engordarán en un ciento por ciento localmente, ya sea en origen o en los campos del este, los cuales tienen mayor potencialidad para proveer pasturas de calidad para invernar, y además porque de la mano de la tecnología (siembra directa, agricultura de precisión y biotecnología) se están gestando verdaderas transformaciones de algunas cadenas de valor, lo que sin duda se llamará próximamente la segunda revolución verde, similar a lo que aconteció hace unos años con la irrupción en el mercado de las variedades de trigo con el gen de enanismo que catapultó los rendimientos y las seguridad alimentaria de la población mundial.

En este sentido, es de resaltar lo que ha acontecido los últimos cinco años en el negocio del maíz. Gracias a la inversión de empresas multinacionales, y a la adopción por parte del amigo productor de la nueva tecnología lanzada al mercado, ésta gramínea fundamental para la sustentabilidad de los suelos se está transformando en el cultivo más seguro y sencillo de plantar, incluso mucho más que la mismísima soja.

Actualmente en nuestra provincia se siembran alrededor de 300.000 hectáreas de maíz con destino a cosecha, si consideramos el maíz de pastoreo el área sube mucho mas. La superficie nacional espera duplicarse para el año 2020 si el contexto domestico e internacional continúa siendo favorable para la producción de comodities, y todo parece indicar que así será.

Incluso si la ingeniería genética sigue apilado genes en los híbridos comerciales, como lo son la resistencia a herbicidas y lepidópteras, y en un futuro no muy lejano prometen proveernos de genes de resistencia a stress hídrico y salinidad, la frontera agrícola se seguirá ensanchando y con ello la creación de valor, con la consiguiente entrada de dólares para que se derrame en la economía nacional para el bienestar general.

Ahora bien si tuviéramos la suerte y la capacidad de genera en La Provincia de La Pampa semejante cantidad de semilla de maíz, no solo la agricultura se vería favorecida, sino la producción pecuaria toda en su conjunto. Sin embargo para llegar a ese objetivo debemos sortear un obstáculo no menor que significa la comercialización y el agregado de valor a semejante volumen de grano. No cabe duda que un producto de tan bajo valor por unidad de peso, sumado a la lejanía de La Pampa de los puertos, pensar en destinarlo a la xportación tan cual sale de los campos es poco interesante, pues tenemos no menos de un treinta por ciento del valor de cereal en gasto de flete, y es una relación de costo insumo/servicio relativamente constante. Sin embargo la solución no es demasiado complicada, solo hace falta un poco de planificación, conocimiento y ganas de trabajar.

La necesidad de biocombustibles para el blend (mezcla) del combustible fósil, como una manera de revertir los daños que se le hace al planeta a través de la emisión de gases (calentamiento global), hacen de la soja una herramienta vital para la producción de biodiesel (para cortar gas oil), y del maíz y la caña de azúcar (producción que no se puede aumentar mucho más de lo que hay se está plantando), para producir bioetanol (que permite cortar las naftas). Está claro que la soja no hace falta incentivar su industrialización ya que la Argentina tiene la molienda de soja más avanzada del mundo. Pero en maíz hay mucho por hacer, y los pampeanos dependemos de nosotros mismos.

Sin duda la provincia de La Pampa debe contar en el cortísimo plazo con una fábrica de bio etanol, similares a las que hay en San Luis y Córdoba, y en esto debe tomar la iniciativa la empresa energética local estatal, ya que requiere de un capital que ningún empresario pampeano puede afrontar con alguna posibilidad de éxito razonable. Algunos inexpertos en el tema dicen que una etanolera da poco trabajo, nada más alejado de la realidad. Una plata de etanol es capaz de proveer no menos de 100 puestos de trabajos directos. A esos hay que agregarles los indirectos claro está, el numero de estos últimos dependerá de cuanto sub producto se use localmente, pero podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que al menos será de el doble de los puestos fijos.

Lo ideal sería ir hacia una empresa mixta con una conducción profesional, no política de la misma. Una fábrica de etanol permitiría un enorme agregado de valor, un aporte al medio ambiente y la generación de una inmensa masa de subproducto de la industria para la explosión de la producción ganadera.

De la molienda y destilación del maíz para obtener biodiesel se genera tres subproductos de enorme valor:

1.Vapor de agua para la generación de energía eléctrica que hace a la fábrica autosustentable y ambientalmente amigable.

2.Dióxido de carbono que se puede captar para embotellamiento de bebidas gasificadas, evitando el efecto invernadero.

3.DDGS (grano seco de destilería con soluble) y WDGS (grano húmedo de destilería con solubles) excelentes para la nutrición de bovinos, porcinos e incluso aves.

Con esto vemos que la supuesta lucha entre los granos para alimento o energía en una falacia, pues se pueden generar ambas cosas. Los subproductos con destino a nutrición animal tienen una concentración proteica de alrededor de tres veces más que el grano original de maíz, con energía aportada por fibra de alta digestibilidad, grasas y restos de hidratos de carbono. La inclusión en dietas de bovinos mejora el consumo voluntario, el acostumbramiento a la ración, a la vez que maximiza la respuesta animal (ganancia diaria de peso vivo), y por lo tanto la eficiencia de conversión de grano a carne.

La DDGS se emplea en cerdos desde un siete a un quince por ciento, según etapa de desarrollo, en feed lots hasta un cuarenta por ciento, en tambos hasta alrededor del veinticinco por ciento, y en aves alrededor de un ocho por ciento. También es factible de ser exportado. En el caso de la WDGS como es materia húmeda debe consumirse localmente, pero se puede almacenar en silo bolsas para evitar las podredumbres por presencia de oxigeno, es decir es plausible de ser ensilada y conservada.

En resumen, si La Pampa no logra una inversión sería para la industrialización del maíz seguiremos severamente atrasados en el contexto nacional, y quien no crea que estamos atrasados, que se de una vuelta por San Luis, una provincia ecológicamente menos apta que la nuestra para la agricultura, que no ha sacado años de ventaja en la industria de molienda seca y húmeda de maíz, generando etanol, glucosa y subproductos varios, que debería sonrojarnos.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - mfava@cpenet.com.ar

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