La canasta básica alimentaria trepó 5,2%, por debajo del 6% del IPC. La canasta básica total subió 6,7% y marcó desaceleración respecto al mes previo. Las proyecciones de pobreza apuntan arriba del 40% para el primer semestre
Por Juan Marcos Pollio
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), utilizada para estimar la línea de indigencia, subió a un ritmo menor al de los precios de junio, anotando un incremento mensual de 5,2%, mismo número que mayo. Mientras, la Canasta Básica Total (CBT), que sirve para medir la línea de pobreza, desaceleró en comparación a mayo y anotó una suba del 6,7%, por encima del 6% de la inflación. La desaceleración de los alimentos y bebidas fue clave. Por la baja de la actividad motorizada por la sequía y la inflación todavía alta, las proyecciones de pobreza para el primer semestre apuntan al 43%. Los precios se mantienen estables en julio, pero para los próximos meses se espera una nueva aceleración.
Efectivamente, el factor que jugó a favor en junio fueron los alimentos y bebidas, debido a que el cálculo que realiza el Indec para la CBA es" fundamentalmente un promedio ponderado de la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas y de bebidas alcohólicas y tabaco de la región de Gran Buenos Aires (GBA)", explicó el economista de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Martín Rozada. Además, detalló: "Como la ponderación depende del gasto en esos rubros y los hogares de menores ingresos gastan más, relativamente a los hogares de mayores ingresos, en esos rubros las ponderaciones son mayores". Y agregó: "En el IPC GBA esas dos divisiones aumentaron 3,6% y 4,5%, respectivamente así que se esperaba una suba mayor en la CBA, que finalmente dio una inflación de 5,2%".
La CBA trepó 124% contra junio del año pasado. A su vez, la CBT creció 123% interanual. De esa forma, tal como mostraron los datos publicados por el Indec, mbas se ubicaron por encima de la inflación general interanual, que fue de 117% en el GBA. Esta tendencia también se repitió en las subas acumuladas en lo que va del año: el IPC arrastra un incremento del 51,2% en el GBA, pero la canasta total subió 52,4% y la canasta alimentaria 55,1%. Todos esos números dan cuenta de que hubo un impacto regresivo en la dinámica de precios.
De esa forma, un adulto necesitó ganar más $75.219 para no caer debajo de la línea de la pobreza y más de $33.731 para no ser considerado indigente. Esos datos hicieron subir aún más las mediciones privadas de pobreza para el primer semestre, que apuntaron a trepar al 43% en el primer semestre, de acuerdo a las proyecciones que realiza la UTDT a través del Nowcast de Pobreza. El investigador del Cedlas Leopoldo Tornarolli remarcó que el impactó de la sequía sobre la actividad en el segundo trimestre impactará negativamente en ese sentido. Su proyección de pobreza para el primer trimestre apuntaba a un 40,1% y el dato del semestre irá por arriba, según indició.
Respecto a la inflación para los próximos meses, los privados proyectaron que los regulados y los acuerdos de precios empujarán hacia abajo el IPC de julio, de manera similar a cómo sucedió en junio. Sin embargo, "hacia adelante, partiendo de una inercia que se ha ido consolidando en pisos más altos, el proceso inflacionario seguirá siendo inestable frente a la ausencia de anclas, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre propia de la transición electoral", planteó Ecolatina.
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