El célebre edificio de Westminster, sede del Parlamento británico, se está cayendo a pedazos, con ratas en sus pasillos, baños que pierden agua, y ascensores que suben y bajan sin control.
Un nuevo proyecto para realizar obras en el histórico edificio londinense puede cerrarlo por cinco años, según escribió el Sunday Times. Si el proyecto se concreta, será la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que el edificio a orillas del Támesis se evacua, escribió ese medio.
El programa que se está analizando atentamente prevé trasladar la sala de los Comunes a otra "clonada" bajo el Big Ben mientras se renuevan la red hidráulica y la planta eléctrica. Ese proceso incluye limpiar el amianto de las viejas salas del Palacio del Parlamento.
Este proyecto no es el más extremo, ya que otras propuestas evalúan el abandono total de Westminster, la venta del edificio y la construcción de un parlamento nuevo. Otros se inclinan por no hacer nada en profundidad y proseguir con la actual política de reparaciones de emergencia durante la pausa de verano de las labores parlamentarias.
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