Crisis en el sector pesquero: el impacto en la Patagonia

Crisis en el sector pesquero: el impacto en la Patagonia

Las empresas pesqueras decidieron no hacer la zafra de langostino por la crisis que atraviesa el sector. Piden una serie de requisitos para revertir la decisión. Qué implica y cómo impacta en la región donde la actividad es una de las principales fuentes de ingreso. La mirada de tres personas vinculadas a la industria al respecto.

Los altos costos de la producción y la baja de los precios internacionales generan una profunda crisis en la cual está sumergida el sector pesquero a nivel nacional desde hace varios meses, la cual impacta en muchas ciudades de la Patagonia de nuestro país que tienen un potencial importante en términos de explotación de materia prima proveniente del mar.

Hace algunos días, las empresas emitieron un comunicado a través del cual decidieron no hacer la zafra de langostino por la crisis que atraviesa el sector. Piden una serie de requisitos para revertir la decisión.

La Tecla Patagonia dialogó en este contexto con tres referentes de la industria pesquera para conocer más detalles acerca de cómo está el panorama en la región.

 

La palabra del presidente de la Cámara de Flota Amarilla de Chubut, Gustavo González; el subsecretario de Pesca de Santa Cruz, Fernando Marcos; y el empresario pesquero, Tato Cereseto.

Gustavo González (presidente de la Cámara de Flota Amarilla de Chubut)

“Hoy llegamos al punto de inflexión donde producir es más caro que vender”

En primer lugar, González señaló: “Yo estoy en la actividad hace 24 años y la verdad es que no tengo recuerdo de ver una crisis tan profunda como la que estamos atravesando ahora y sin una luz de salida, porque no estoy viendo ninguna solución en lo inmediato. La actividad comenzó principalmente con el langostino, pero también con merluza, con unos valores de referencia donde el primer producto mencionado se exportaba por hasta 15 dólares por kilo. En ese momento, donde empezaron a surgir los gremios y los convenios colectivos de trabajo, las personas hacían reparaciones, todo empezó a girar alrededor de un costo de referencia de 12 dólares por kilo. Con el pasar de los años, tanto el volumen de lo que se empezó a pescar como el inmenso desarrollo que tuvo el langostino de criadero, generaron escalonadamente que dichos valores llegasen hoy a un número de cinco dólares y medio. Esos ajustes durante 20 años se fueron tapando con alguna devaluación, en las utilidades de las empresas, pero en el medio siempre había un negocio. Hoy llegamos al punto de inflexión donde producir (seis dólares y medio) es más caro que vender el langostino (cinco dólares y medio). Pasamos de pescar 30.000/40.000 toneladas al año a 220.000 al año. Es decir, al haber más volumen, los números seguían dando bien porque compensabas la baja de rentabilidad”.

En ese sentido continuó: “Los valores de referencia en el mundo han bajado y lo han hecho para quedarse, es muy difícil tener recupero de valor de producto cuando el mismo se ha masificado. Argentina pesca 250.000 toneladas, pero solamente Ecuador produce 2.000 de criadero, con lo cual la oferta que hay de langostino ha crecido exponencialmente. En el medio te menciono las cargas impositivas. Los cánones de extracción, los valores de renovación de licencia, los derechos de exportación, las retenciones, todo eso ha quedado y hoy no hay manera de hacer ajuste por ningún lado para lograr que el negocio sea rentable. La foto son los barcos amarrados sin salir a pescar cuando hay recursos, ya que tenemos un caladero que goza de muy buena salud y que está dando mucho calamar, langostino y merluza”.

Sobre la misma línea agregó: “La próxima temporada que tendríamos por hacer es la de anchoas, pero está muy complicado el hecho de que se pueda realizar, debemos hacer reuniones sectoriales para ver si logramos ajustar un número que permita que la actividad se desarrolle”.

Por otro lado, el titular de CAFACH expresó: “El diálogo con Nación es frío casi nulo. La increíble respuesta que hemos tenido ha sido aumentos en los derechos únicos de exportación del 200%, o sea hay una mirada tan irreal de la situación y un descreimiento de la complejidad que estamos atravesando hoy. Uno está pidiendo ayuda o medidas que alivien el panorama y lejos de eso tenés incrementos impositivos”.

“El Gobierno provincial es quizá quien más se pone en el hombro los reclamos y pedidos de reuniones. El Ejecutivo congeló desde el año pasado el incremento del canon de extracción en aguas provinciales, pero la mayor presión tributaria de la actividad es del Estado nacional”, añadió.

Y concluyó: “Lo veo complicado el futuro. Estaré en la Feria de Barcelona donde tenemos expectativas de poder clarificar la situación de en qué momento nos encontramos”.

Fernando Marcos (subsecretario de Pesca de Santa Cruz)

“Bajar las retenciones podría ser una alternativa para hacer viable el negocio”

“El panorama en general está como en toda la Patagonia, bajos precios hacen que las rentabilidades sean mínimas o incluso se trabaje a pérdida. Con la merluza es clarísimo: muy bajo costo. Nosotros seguimos con actividad en las plantas pero porque tenemos un sistema que no tienen otras provincias que es una cooperativa, en el cual el que más trabaja más gana. Eso hace que el margen de rentabilidad sea mínimo y que las empresas sigan trabajando. Lo que sí me tiene muy preocupado es el conflicto con el SOMU y los barcos que van por los langostinos. Hay mucha gente que depende de esa fuente de trabajo. El problema que tienen ellos (trabajadores) son los precios de venta, hoy avanza el tiempo y vemos que corre riesgo la temporada porque no hay una solución a cortísimo plazo”, comentó el funcionario en primer lugar.

Además manifestó: “Santa Cruz es una provincia que se reconvirtió a merluzera desde el 2016/2017 que se empezó a dejar de pescar como se hacía dentro del Golfo. En Caleta (Olivia) incrementamos un 64% en desembarques de flota pesquera, que básicamente es merluza. Deseado, que era el puerto langostinero por excelencia, bajó muchísimo respecto a un pasado no tan cercano en donde se recibían 30.000/40.000 toneladas de langostinos. El hecho de que la ciudad reciba cada vez menos producto para la descarga nos genera problemas con los estibadores y las plantas, eso se refleja en puestos laborales que se van perdiendo. Debemos resolver con los gremios y con las empresas cuánto vale el cajón por ejemplo, es algo central para nosotros, porque si el precio es demasiado alto las compañías asumen un costo que hoy no pueden absorber”.

Por otro lado, Fernando Marcos indicó en intercambio con este medio: “Estamos en conversaciones con el Gobierno nacional, creo que en el mundo de la pesca todos estamos de acuerdo con la baja de las retenciones. Hace unos meses atrás se las bajaron a varias economías regionales, pero dicho sector mantiene su porcentaje, no se le redujo nada. Esa podría ser una alternativa para hacer viable un negocio cuya continuidad es difícil”.

Acerca del diálogo con el Ejecutivo nacional señaló: “Es complicado, mi interlocutor en Nación es un tipo laburador, pero del otro lado creo yo que en algún momento habrá una respuesta a estos requerimientos de las provincias, sobre todo en la Patagonia”.

“Con las empresas que operan en Caleta Olivia, que son cuatro o cinco que se dedican estrictamente a la merluza, estamos citando a la generación de los productos, imaginate que hacer filette hoy para exportar está justo o con pérdidas de 100/200 dólares por tonelada. Hay productos que tienen valores diferenciales en el mercado, tal es así que hay una compañía que está produciendo medallones a partir de un filette, lo cual lleva a un mejor precio para que se pueda obtener una ganancia. Esto es parte de la política que aplicamos hace algo más de un año, tratar de generar productos y buscar mercados alternativos. Hoy la realidad es que, haciendo lo que siempre hacíamos, estamos perdiendo”, complementó.

“Esperemos que la cuestión no demore muchos meses más en mejorar. Hay empresas que ya están en una convocatoria de acreedores, y eso dejaría miles de persona sin sus puestos de trabajo, lo que generaría problemas en las ciudades”, concluyó el subsecretario de Pesca de Santa Cruz.

Tato Cereseto (empresario pesquero)

“Con estas mismas variables y en este rumbo, el destino está marcado”

“Lo que vemos no es más ni menos de lo que veníamos advirtiendo a viva voz hace más de un año, donde hay un sector que es exportador y las condiciones macroeconómicas no acompañan. Esto es crónica de una muerte anunciada, es decir, con estas mismas variables y en este mismo rumbo, el destino está marcado. Hay una incapacidad de producir y exportar productos del mar, así que no hay nada que nos sorprenda”, mencionó en primera instancia.

“Existe también el factor del contexto internacional. Los productos argentinos no cuentan con mayor valor agregado, lo cual genera que no seamos formadores de precios. Lo concreto es que el mercado internacional es quien fija nuestros precios y año tras año hemos ido perdiendo, los valores fueron bajando lo que llevó a una complicación en cuanto a la estructura de costos. Te encontras entonces con que el langostino está debajo de los seis dólares, supo estar arriba de 12; el 30% del destino de nuestra merluza era Brasil que devaluó, con lo cual dejó de convenirles importar desde Argentina. El calamar está con alarmas encendidas, pero sin grandes problemas al respecto. Pensa que el 80% de la producción se reduce a los tres productos antes mencionados”, añadió el empresario.

Además declaró: “Hoy tenemos varias matrices y todas son complejas. Una fiscal muy compleja para el sector pesquero, una laboral que ha dejado de ser competitiva y una de costos que también ha dejado muchas especies fuera de juego. Los costos de la producción nacional quedaron muy elevados (servicios, combustibles, víveres, etcétera). Es decir, hay una sumatoria de factores que llevaron a que la industria haya quedado en un panorama tan complejo”.

“Para resolver este conflicto hay que sentarse en una mesa todos los actores y hacer una revisión integral de todas las matices: fiscal, laboral y la de costos. Se requiere de mucho diálogo, no como enemigos. Con respecto a los gobiernos, siempre destacamos que tenemos receptividad del Ejecutivo provincial. En lo que tiene que ver con la matriz fiscal en el ámbito nacional hay que hablar con el Ministerio de Economía, terreno en el cual no hemos podido tender puentes. Tengo entendido que ya hubo algunas reuniones y que habría intenciones de comenzar a entender que el problema es en serio y grave”, manifestó Cereseto.

“El empresario pesquero es optimista siempre, de lo contrario no podría sobrevivir ante cambios de la economía tan pendulares. Yo siempre destaco que es muy flexible y se suele adaptar a los cambios de mercado. Por ahora noto posiciones muy marcadas de todas las partes, pero poca predisposición de encontrar puntos de acuerdo”, concluyó.

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