¿Copago o no copago? Esa es la cuestión

¿Copago o no copago? Esa es la cuestión

Por Omar López Mato y Juan M. Ibarguren

El problema de la salud en la Argentina nuevamente ocupado espacios en los medios de comunicación con el anuncio de la implementación de copagos para las obras sociales y prepagas. Este solo fue un emergente de la crisis que atraviesa el sistema.

Queremos ofrecer en estas líneas nuestra perspectiva del problema de manifiesta asimetría entre cuotas y valores que perciben los médicos y prestadores.

Desde 2005 el incremento de los recursos disponibles fue de 46 veces para las EMP (Empresas de Medicina Prepaga) y OSN (Obras Sociales Nacionales), mientras el aumento de los costos para las prácticas oftalmológicas fue de 31 veces aunque el aumento de los aranceles fue sólo de 12 veces.

Esta diferencia representa una brecha del 153% entre aranceles y costos en el período 2005/2020.

El sistema de salud está al borde del colapso económico y la situación de los prestadores de salud no tiene alternativas de solución. Esto ya no se reduce a una crisis financiera.

Pero es importante precisar en números que está ocurriendo en nuestro sistema de salud donde en esta crisis terminal las asimetrías se profundizan y son parte del problema.

Cuando afirmamos que el sistema tiene un problema estructural lo podemos demostrar en números, de acuerdo a estudios multicéntricos realizados por Cadime (Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico), la Comisión de Administradores del CAO (Consejo Argentino de Oftalmología) y Cameof (Cámara de Medicina Oftalmológica).

Los recursos del sistema de OSN y EMP, la evolución de costos y aranceles indican que desde 2005 el incremento de los recursos disponibles fue de casi 46 veces en las empresas de medicina prepaga (EMP) y en las obras sociales nacionales (OSN). Al mismo tiempo, el aumento de los costos de produccióń de prácticas oftalmológicas fue de 31 veces, esto supera ampliamente los aumentos de aranceles (casi 12 veces) otorgados a los prestadores independientes, extendiéndose cada vez más la brecha entre estos indicadores.

A este escenario asimétrico por donde lo veamos debemos agregarle algunos condimentos como la inflación, el movimiento del tipo de cambio y las paritarias del sector.

Hasta 2020 la brecha entre los costos y los ingresos de los prestadores ascendía al 153%.

Considerando el estudio realizado por el Ieral de la Fundación Mediterránea. El mismo en el primer trimestre del 2021 concluía:

“El sector no tiene respiro. A pesar de que el ATP permitió un cierto alivio en los momentos más crudos de la cuarentena, su reemplazo en el primer trimestre 2021 por el Repro II, propone un menor financiamiento para las clínicas y sus empleados. Este programa a su vez, coloca a las instituciones sanitarias de gestión privada frente a la espada y la pared: si superan el 35% de la facturación del mismo mes del año anterior, pueden llegar a perder este beneficio.”

Integrando el informe a nuestro análisis, podemos inferir que durante el 2020 y 2021 la brecha del 153% se volvió a incrementar, ya que los costos una vez más crecieron por encima de los ingresos de los prestadores de salud.

La Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) el 30 de julio del 2021, en su resolución 2125/2021, autorizó un incremento en tramos de las cuotas que los afiliados pagan a la medicina prepaga (EMP) cercana al 41,5% en total. Recordemos que hasta ese momento durante todo el 2020 el incremento autorizado llegó al 26%. Lo que hace para los dos períodos un total del 67,5% aproximadamente. La inflación acumulada 2020 y 2021 (proyectada) alcanza a 100% y un casi 70% de devaluación para el mismo período si tomamos la evolución del dólar oficial. Recordemos que por ejemplo en oftalmología el 40% de los costos están expresados en dólares. A su vez las paritarias de la Sanidad se incrementaron en el 2020 del 36,1% y el 45% en 2021.

La brecha del 153% hasta el 2020 se vio incrementada transcurridos 2020 y 2021 y la explicación clara es matemática. Los costos de la actividad prestadora para los dos períodos se incrementaron el 80% considerando las variaciones generadas por la inflación, el movimiento del tipo de cambio y las paritarias como elementos determinantes de la estructura de costos de los prestadores oftalmológicos. Los ingresos se incrementaron un 26% en 2020 y de cumplirse la resolución 2125, ya en 2022 el 41,2%. La simple suma y resta nos arroja que estamos peor que en 2020. Como para explicárselo a un niño de 10 años, 153% + 80% - 26% - 41,2% = 165,8%.

Medicina basada en la evidencia matemática, el remedio es peor que la enfermedad y la brecha es hoy asciende al 165,8%. Esa es la necesidad del sector prestador para cubrir sus costos y por ende poco se podrá hacer con un 9% polémico que para muchos es como una gota de agua en el desierto. Los prestadores de salud deben recomponer sus aranceles el 165% para poder ser viables en una Argentina inmersa en una inflación e inseguridad jurídica que hará crecer esta brecha de no dar soluciones de fondo.

Otro gran problema es que los afiliados a las financiadoras (obras sociales, prepagas, mutuales) quienes se atienden en los centros de salud pagan sus cuotas cada mes para tener cobertura. Luego estas entidades abonan a las instituciones sanitarias los servicios prestados a sus afiliados, pero no de forma inmediata. De esta manera, durante 2020 y 2021, los ingresos de los prestadores privados no sólo fueron afectadas por el tiempo transcurrido entre que un servicio fue prestado y financiado, sino también por la falta de actualización real de los montos. En ese marco los aumentos que se trasladan de manera parcial y tardía no sólo se licúan por la evolución de la inflación, tipo de cambio y paritarias sino que por la extensión de los plazos de pago la situación teóricamente que compensa estas asimetrías termina siendo más negativa que la situación inicial. Se violan los dos principios financieros básicos. El valor del dinero en el tiempo que es clave en Finanzas, en el sentido que siempre un peso hoy vale más que un peso mañana. Y el principio que considera el riesgo, resumido en “Más vale pájaro en mano que ciento volando” es un refrán español que proviene del proverbio latino «Est avis in dextra, melior quam quattuor extra»

El sistema de salud tiene sus aciertos y sus falacias, muchos grises y sus negros. De perseverar esa asimetría la medicina de excelencia que la Argentina supo conseguir sólo será un recuerdo, una nostalgia de tiempos idos. El problema, como se ve, no se reduce a copagos, sino a la corrección guarismo y salvar al gasto en salud de intermediaciones administrativas caras que poco valor agregado le otorgan a las prestaciones. El porque las prepagas y obras sociales no cuentan con los medios para pagar este aumento a pesar de no haber llevado a cubrir el costo de las prestaciones y mantener un desfasaje es tema de otro debate que nos debemos, pero algo debe cambiar.

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