Las ventas en supermercados informadas por el Indec cayeron un 2,1% mensual durante julio, de la mano de un salario real que en 2025 no terminó de recuperar lo perdido en 2024 y cayó un 0,3% extra. La UIA destacó que la industria se mantuvo estancada en agosto y para la OCDE solo el arrastre estadístico hará su aporte
Por Mariano Cuparo Ortiz
El consumo masivo profundizó su caída en julio y las ventas en supermercados se redujeron un 2,1% mensual desestacionalizado, la contracción más fuerte desde el histórico 10% en el que se desplomaron durante diciembre del 2023, mes de la megadevaluación con la que el Gobierno inició su gestión. En julio, a la caída del salario real y la baja en el empleo se sumaron las primeras señales de volatilidad de tasas frente a la incertidumbre cambiaria. Por ahora, la economía no da señales de repunte: la UIA informó que la actividad industrial se mantuvo estancada en agosto, luego de la fuerte caída de julio y la OCDE redujo su proyección de suba del PBI a una de 4,5% este año.
En junio, la OCDE, algo más optimista con la marcha de la economía, había previsto un crecimiento del 5,2% para la actividad económica en general durante el 2025. La reducción al 4,5% implica específicamente la proyección de que solo el arrastre estadístico explicará la mejora del PBI, con una economía que en realidad, de corroborarse la nueva previsión, se habrá mantenido estancada entre enero y febrero.
Y es que el arrastre estadístico que dejó el dato del PBI 2024 publicado por el Indec, es decir la diferencia entre el nivel de producción con el que cerró el año pasado y el que hubo de promedio mensual, fue del 4,4%. El nuevo número coincide con el de las consultoras reflejado en el REM: esperan también un 4,4%, aunque el Gobierno proyectó un 5,2% en el Presupuesto 2026.
El consumo de los hogares es, por cierto, el principal factor explicativo, mirando desde la demanda, de las variaciones del PBI. Representó de hecho el 72,4% de la demanda agregada durante el segundo trimestre del año. En ese mismo período, además, el consumo privado anotó una baja del 1,1% trimestral desestacionalizado. El dato fue de la mano con un salario de los trabajadores registrados que en lo que va del 2025 no logró recuperar lo perdido durante el 2024. De hecho, cayó un 0,3% real en lo que va de este año. Y, si se lo compara contra los niveles que tenía en 2023, en la previa a la llegada del nuevo Gobierno, sigue un 5,5% real por debajo.
Empezando a contar desde noviembre del 2023, hasta junio, tal como detalló el investigador de la CTA-Autónoma Luis Campos, el sector privado registrado perdió 113.991 puestos, empezando a contar desde noviembre del 2023, una baja del 1,8%. Si se suma al sector público, se llega a una destrucción de 117.191 puestos asalariados de calidad. En junio, según la Secretaría de Trabajo, el empleo cayó otro 0,2% y se proyecta otra baja del 0,2% en julio.
En la industria se perdieron 35.200 puestos entre noviembre del 2023 y el último junio. El sector, creador de trabajo por excelencia, está entre los que más sufren con el modelo de apertura a importaciones, atraso cambiario y, ahora, tasa alta. Desde la UIA remarcaron: “De acuerdo a la estimación de la actividad industrial para agosto se prevé una baja en torno a 3% en términos interanuales. En términos mensuales, luego de la caída de julio, se proyecta que agosto se mantenga en el mismo nivel”. El sector opera un 10% por debajo de los niveles del 2023 y el 2022, según definió también la UIA.
Luego del dato de consumo de los hogares en baja durante el segundo trimestre, el Indec publicó ahora la Encuesta de Supermercados, que reflejó una contracción mensual del 2,1% en las ventas de los grandes comercios, además de una baja del 0,8% en los autoservicios mayoristas.
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