El Concejo sigue sumando polémicas con sus sedes precarias

El Concejo sigue sumando polémicas con sus sedes precarias

Se inundó el edificio que ocupa actualmente. El vice volvió a hablar de un “nuevo edificio”. Las obras en el ex-Abasto están abandonadas desde hace unos 12 años. El largo peregrinar.

Arrancó en calle Avellaneda cerca del puente, se mudó a Nueva Córdoba frente a la Federal, siguió rumbo al Garden en el Centro, rumbeó después hacia las precarias instalaciones de pasaje Comercio. Amagó con irse a la Legislatura, al Correo, a la estación del Belgrano, a un nuevo inmueble en el ex Mercado de Abasto.

La historia del Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba es una sucesión de alquileres, de sedes prestadas y de escándalos.

Ayer por la mañana, con el agua cubriendo el recinto, el viceintendente y titular del cuerpo, Felipe Lábaque, reflotó por enésima vez la idea de tener una sede propia después de más de 30 años.

“La gente que trabaja aquí no se merece estas condiciones. Hay interés en un nuevo edificio”, balbuceó Lábaque, mientras levantaban bancas, cables e intentaban escurrir alfombras inundadas.

En el acto, le recordaron a Lábaque (quien también aprovechó para quejarse de que el agua le había afectado su clínica) el escaso interés de esta gestión en la sede propia para el Concejo. El edil peronista Esteban Dómina contó que propuso crear una comisión para analizar el tema y que nunca fue abordado por el oficialismo.

El edificio de pasaje Comercio, cerca de La Cañada y Humberto Primero, fue una opción precaria y de emergencia después de que se incendió el Garden Shopping, donde funcionaba el Concejo allá por octubre de 2005.

En aquel entonces, el intendente Luis Juez anunció la construcción de una nueva sede y encargó estudios técnicos. El lugar pensado era el predio desocupado del ex Mercado de Abasto.

En abril de 2007, con Daniel Giacomino como intendente y Carlos Vicente como vice, se comenzó a construir el edificio en la zona del Abasto. Un año después, la obra fue parada por falta de fondos.

En 2010, se vendió una parte del predio y la idea era usar esos fondos para terminar el edificio, lo que nunca ocurrió.

En el medio, un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba encontró graves falencias estructurales y el esqueleto quedó abandonado desde ese entonces.

En la primera gestión de Ramón Mestre se indicó que la ciudad tenía otras prioridades antes que la sede del Concejo.

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