Ceremonias de bienvenida con tono casi religioso en todo el país

Ceremonias de bienvenida con tono casi religioso en todo el país
Vestidos de rojo, el color del oficialismo, la gente cubrió las calles, lloró y rezó emocionada.

Nada de camillas y silla de ruedas. A Hugo Chávez lo vieron entrar “caminando enérgico” al Hospital Militar de Caracas cuando regresó ayer envuelto en medio de la oscuridad y la sorpresa a las 2.30 de la madrugada desde La Habana. En ese proceso perdió la movilidad de sus piernas y la respiración natural, además de la voz, según la información fragmentada que entrega el gobierno. Sin embargo ayer aquí fue noticia que la enfermera del Hospital Militar, Dubraska Mora, vestida de rojo en lugar de su uniforme blanco, declarara a la prensa que el presidente entró al centro asistencial “caminando fuerte y valeroso como sólo él lo sabe hacer él”.

Pese a los reportes oficiales de que la situación de Chávez se había complicado un poco últimamente con nuevos problemas respiratorios, el furor que causó su regreso se sintió en todos los rincones del país. En las plazas Bolívar de varias ciudades se concentraron sus seguidores para expresar su afecto y pedir por su pronta recuperación, aunque el epicentro de la manifestación de solidaridad y apoyo se concentró alrededor del Hospital Militar, situado al suroeste de Caracas, donde una gigantesca pancarta viste la fachada principal del edificio.

Al grito de “volvió, volvió, volvió”, varios centenares de sus seguidores, con banderas venezolanas y fotografías del presidente, llenaron el centro de la capital en Caracas.

Los que fueron al hospital redoblaban su emoción. Allí decenas de manifestantes oficialistas, vistiendo ropas y gorras rojas, con afiches de Chávez con su boina y uniforme militar, se aglomeraron para festejar la presencia del mandatario en territorio venezolano, mientras los conductores de los autos tocaban la bocina en señal de apoyo.

“Vengo a visitar a mi presidente, quiero ver a mi presidente ... lo he extrañado mucho porque Chávez es el espíritu de los pobres”, dijo emocionada Alicia Morroy, una costurera de 46 años, al señalar que decidió apostarse frente al hospital militar porque “Chávez vino caminando según dicen por la televisión y entonces nosotros queremos cerciorarnos que eso es verdad”.

Casi a punto de llorar, Morroy indicó que durante los más de dos meses de ausencia del gobernante estuvo “desesperada”, y que su angustia se incrementó el pasado viernes cuando lo vio en las fotografías que difundió el gobierno. “Cuando lo vi en esa foto yo decía Chávez no está bien todavía porque está en la cama’’, agregó.

“Chávez te amamos, recupérate pronto, cuídate”, exclamaba un hombre de tez morena que no había podido llegar a la restringida zona del Hospital Militar. En La Campiña, sede de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Clara Gómez también lloraba expresando sus sentimientos al comandante: “Te estamos esperando, te queremos, la oposición nunca más volverá”, exclamó.

Una mujer de piel oscura, sin dar su nombre, dijo desde la plaza Bolívar de Barcelona, en el estado de Anzoátegui: “Hace dos días tuve el presentimiento de que Chávez volvía y hoy me lo confirmó la llegada sorpresiva. Le deseamos mucha salud y estamos pendientes de él, que se tome su reposo”. Y arremetió con un sonoro: “Gracias Chávez, te queremos y te esperamos”

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