Con la capacidad de compra devaluada

Con la capacidad de compra devaluada

Si se produce un salto en el tipo de cambio, los sectores de ingresos fijos serán los más afectados. Para los jubilados que cobran la mínima, la pérdida en las posibilidades de consumo sería de unos 30 puntos. El antecedente de 2014.

Una maxidevaluación del tipo de cambio, como proponen referentes de la oposición, en torno del 60 por ciento en diciembre, tendría un impacto brusco en la capacidad de compra de los jubilados, uno de los sectores más vulnerables a los movimientos bruscos en la economía. Un salto del dólar de 10 a 16 pesos generaría una caída de alrededor del 30 por ciento en el poder adquisitivo de los jubilados que cobran la mínima, lo cual se calculó a partir de una canasta de bienes de consumo de primera necesidad que seleccionó este diario, en donde se incluyeron alimentos (arroz, carne, leche, entre otros), productos de limpieza y transporte. La jubilación mínima, que hoy permite llenar 24 veces el “changuito” de artículos básicos seleccionados, alcanzaría para llenarlo 17 veces si se realiza la devaluación fuerte el próximo mes.

El ajuste del dólar, pese a los intentos de economistas del mercado de convencer a la población de que no tendrá impacto relevante en los precios, generará un importante incremento en el valor de muchos productos de consumo masivo, en particular, de los alimentos de primera necesidad. Esto fue lo que ya ocurrió en enero de 2014, cuando el tipo de cambio anotó una suba del 16 por ciento y los productos de la canasta básica registraron en menos de un mes remarcaciones de hasta 12 por ciento. Por caso, en los 30 días posteriores a la devaluación de 2014 el arroz registró un incremento del 8,9 por ciento; los fideos, del 7,3; la papa y el tomate, del 6,6; la carne, del 8,9; la leche, del 6,8; el agua mineral, del 8,9; la manzana, del 9,7; el azúcar, del 12,2, y el aceite, del 12,9, lo cual significa que una parte relevante de la suba del dólar se terminó transfiriendo al precio final de estos productos de primera necesidad, un fenómeno que en la literatura económica asociada con las devaluaciones cambiarias se conoce como pass through (traspaso).

El ajuste del dólar del 60 por ciento propuesto por economistas de la oposición tendría un impacto similar en el precio de los alimentos respecto de lo ocurrido a comienzos del año pasado. Si los empresarios hacen un traspaso de la devaluación al precio final de los productos parecido al de 2014, el efecto sería un incremento en el valor de los productos de primera necesidad de hasta 48 por ciento. Por caso, el kilo de arroz, que hoy se consigue por 18,9 pesos el paquete, subiría a 25,2 pesos, con un aumento del 33,4 por ciento. A su vez, se anotaría que el precio de un paquete de 500 gramos de fideos pasaría de 8,4 a 10,7 (27,4 por ciento de aumento), el de 1 kilo de papa de 7,5 a 9,4 pesos (24,8 por ciento), el de 1 kilo de tomate de 14,9 a 18,6 (24,8), el del kilo de carne de 64,9 a 86,6 (33,4), el de un litro de leche de 10 a 12,6, el de dos litros de agua mineral de 10,1 a 13,47 (33,4), el kilo de manzana de 14 a 19,1 (36,4), el kilo de azúcar de 10,5 a 15,3 (45,8), la botella de aceite de 11,1 a 16,48 (48,4) y el litro de lavandina de 8 a 10,4 (30,4).

Una canasta de consumo de productos de primera necesidad compuesta por los artículos que se mencionaron en el párrafo anterior tiene un valor de 182 pesos, en donde se incluyó además el costo de un pasaje en colectivo de 3,5 pesos. Los productos que se enumeraron se encuentran disponibles a ese precio en los grandes supermercados del área metropolitana. La misma canasta con los aumentos por la devaluación y el recorte de subsidios, que elevaría de 3,5 a 10 pesos el boleto de colectivo, aumentaría hasta los 248 pesos. El resultado de este aumento, por tanto, tendrá un efecto de fuerte erosión en la capacidad de compra de millones de individuos con ingresos fijos, entre los que se destaca el segmento de jubilados con haberes mínimos. Los 4299 pesos que cobran por mes les permite comprar cerca de 24 canastas de consumo con los bienes mencionados más arriba. Pero si se produce una devaluación del 60 por ciento, la capacidad de compra de estos jubilados disminuirá casi el 30 por ciento, con lo cual solo podrán adquirir 17 canastas con sus ingresos mensuales.

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