Ante esta realidad fruto de las matemáticas especulativas de las consultoras, pero anidada en la convicción del semblanteo político de la coyuntura, se terminó por aceptar que el desafío es por llegar segundos. Así, el sector de Horacio Quiroga lo explicitó directamente en su campaña, con afiches alusivos, y lo evidenció incluso en su discurso el propio Quiroga, ante una nutrida y enfervorizada concurrencia, en el mega-acto de la noche del jueves, en el club Independiente.

“Venimos a decirles la verdad. Hablamos de manera sincera. En las PASO hubo un claro ganador que fue Guillermo Pereyra del Movimiento Popular Neuquino que hoy, de acuerdo a lo que marcan todas las encuestas, obtendría dos bancas en el senado”, sentenció el intendente capitalino, para después recordar que hay que definir “el tercer senador” y que es su sector, con Marcelo Inaudi, “el único que puede hacerlo”.

Quiroga utilizó el Día de la Lealtad, tan caro a los sentimientos peronistas, sin ninguna ingenuidad. Incluso saludó “a los peronistas de Perón y Evita”. Es decir, al “verdadero peronismo”. Y dijo sin contemplaciones que ese peronismo “no tiene nada que ver con quienes hoy gobiernan el país”.

Curiosamente, la misma línea se bajó en el acto de Hugo Moyano, en la CGT, en Buenos Aires, con motivo del Día de la Lealtad. Al lado de Moyano estaba el sindicalista petrolero y candidato a senador por el MPN en Neuquén, Guillermo Pereyra. En ese acto se le recordó al actual kirchnerismo que no puede arrogarse la representación de los trabajadores, bajo la advocación impostada de las figuras emblemáticas del Justicialismo, Perón y Evita.

Allí, en Capital Federal, el kirchnerismo concentró en la Plaza de Mayo, y fundió en una misma imagen a Perón y Evita con Néstor y Cristina. Hubo infatigables alusiones al carácter presuntamente heroico de la actualidad de Cristina Fernández, la Presidente, que se recupera de la colección subdural. El “fuerza Cristina” se replicó en todos lados, también en Neuquén, por los candidatos Marcelo Fuentes y Nanci Parrilli.

Fuentes había estado el día anterior en Cutral Co, una de las plazas fuertes para el FpV, porque tiene el respaldo del intendente Ramón Rioseco. Juega de local, y confía en que será uno de los distritos que pueden hacer la diferencia. Sin descuidar al capitalino, aunque en este distrito clave, en el que gobierna Quiroga, el gasto mayor lo hace Nanci Parrilli, recorriendo barrios y plantando evidencias de un supuesto olvido municipal de necesidades básicas, que el gobierno nacional estaría ocupado en corregir.

El otro interesado en el Día de la Lealtad fue el sector de Sergio Massa, que en Neuquén juega con el candidato Gabriel Tom Romero. Es un sector que curiosamente tiene muy buena relación también con el MPN, pero no con el sector más cercano al petrolero Pereyra, sino más bien al propio gobernador Jorge Sapag.

Romero paseó por Picún Leufú y San Martín de los Andes el ideario peronista en el Día de la Lealtad, recurriendo también a las figuras de Perón y Evita, pero despegándolas de las más contemporáneas de Néstor y Cristina, a las que combate como si fueran la peste. Desde su sitio, se preocupó por pregonar que es falsa la polarización entre el FpV y Compromiso Cívico. Que hay otros, como él, que tallan en la pelea, siguiendo el empuje de Massa en Buenos Aires.

Lo cierto que no fue un día más del Día de la Lealtad. La campaña mezcló y hasta confundió, en un baile de radicales, liberales, peronistas y filoperonistas, todos mezclados, como clamaba desde las profundidades del siglo XX el inolvidable Discepolín.

El 27, se hará una circunstancial luz, y después, la política seguirá con sus sombras inescrutables, buscando el misterioso camino de los favores ciudadanos.