Bossio renegó de la actitud del Ejecutivo por las tribunas y habló de un “trasfondo político”

Las repercusiones luego del arribo de las primeras partes de la tribuna al Estadio General San Martín no tardaron en llegar. Molesto con la actitud del Ejecutivo, el presidente de Santamarina, Pablo Bossio, ratificó que el compromiso era realizar las bases para las nuevas estructuras, pero confirmó que en este momento no se encuentran en condiciones de afrontar la inversión que demanda la obra.

Sin embargo, la situación que se desencadenó este martes ante el arribo de las partes, que el propio secretario de Obras Públicas Mario Civalleri se encargó de supervisar, disparó otros cuestionamientos de parte del dirigente aurinegro, que excedieron lo deportivo.

Con duros términos se refirió al modo “clientelar” en que el Ejecutivo entrega los subsidios a los clubes de la ciudad y la situación de desventaja en que deja a la entidad que preside, y lo acusó de “exprimirla” económicamente.

En cuanto a la actividad anunciada oficialmente respondió que “nos avisaron con un día de anticipación”, y objetó la presencia del secretario “cuando en los seis meses de obra en la tribuna Mestelán no se acercó un sólo funcionario comunal a preguntar en qué podía colaborar”.

“Verdaderamente hay un trasfondo político”, aseveró, y disparó que “a Lunghi efectivamente le dolió poner 2.800.000 pesos para las tribunas y eso no es gratuito para Santamarina”.

Sentenció que “quieren hacernos pagar un costo a mí y a mi hermano”, Diego Bossio, director ejecutivo de la Anses, y contextualizó que ser presidente del bloque de concejales del Frente para la Victoria debería ser un elemento circunstancial, pero “lamentablemente es tenido en cuenta por el intendente Lunghi”.

Y amplió las críticas hacia el jefe comunal al señalar que “lleva adelante una política discrecional para con algunos clubes y de presión presupuestaria para con Santamarina”, y renegó de la falta de acompañamiento de la comuna. “Estamos en la B Nacional, representamos a la ciudad por todo el país, tenemos una imagen muy respetada en el fútbol argentino, muy respetable, pero no es acompañado por el Intendente”, lamentó.

Un acuerdo de palabra

En diálogo con el ciclo radial “Dulce o amargo” (104.1 Tandil FM), el dirigente repasó primero el marco en que surgió el compromiso para ajustar la situación ante el ascenso de la B Nacional, y aclaró que “Santamarina no firmó ningún acuerdo”, que sí se selló entre el Ejecutivo y la Liga Tandilense de Fútbol.

Por el contrario remarcó que “nos comprometimos a desarrollar las bases”, y que “fue de palabra pensando en la buena fe de algunos funcionarios”.

En ese marco se mostró molesto por la actitud de dejar en evidencia la falta de las tareas comprometidas para avanzar con el montaje de las gradas, dijo desconocer las razones y adelantó que será uno de los temas a tratar cuando se concrete una reunión “pendiente” con Mario Civalleri, prevista para abordar aspectos atinentes a la ciudad y sobre los cuales realizó gestiones.

“Me interesa saber si hay algún tipo de animosidad para con Santamarina”, expresó y repasó que se trata de una obra de “magnitud” y “mayor a la que en su momento pensábamos debíamos encarar”.

Un presupuesto mayor al previsto

En ese sentido Bossio recordó que la responsabilidad de ejecutar las obras se dio en base a la idea de que “el presupuesto era mucho menor por lo que nos decían los propios funcionarios municipales”.

Pese al panorama pensado, finalmente se encontraron con que las tareas son “de mayor peso económico” incluso al del desarrollo de las tribunas. Frente a ello aseguró que es “muy difícil” para el club afrontar las obras “aún cuando ya cuenta con los materiales” por un monto cercano a los 200 mil pesos, y puntualizó que adquirieron el hormigón, el hierro y parte de la mano de obra.

Así, ratificó que cuenta con los materiales necesarios pero no con los recursos para la mano de obra, y graficó que el Municipio hizo llegar un presupuesto para un contratista de Olavarría de 400 mil pesos “y nosotros conseguimos uno de 140 mil pesos y no lo podemos contratar porque no tenemos los recursos”.

En efecto, la propuesta que le comunicará a Civalleri será que “les ofrecemos los materiales y veremos si el Municipio puede financiar”, aunque sostuvo que “habrá que ver qué voluntad tiene de llevar adelante la obra o si pretenden dilatar y hacer de esto una cuestión política, como parece”.

Tras repasar las cifras del proyecto resumió que “estamos hablando de montos enormes para un club, cuando en realidad nos habían dicho que las bases las hacíamos con 150 mil pesos”.

“Recuerdo a Mario Civalleri decirme que era un trabajo conjunto. Pero en conjunto no hay nada”, repitió, y dijo que Santamarina “está solo con los miles de hinchas que tiene en Tandil, que no es menor. De parte del Municipio nada, y de la Liga, lamentablemente, la espalda”.

“Una política de exprimir a Santamarina”

En su descargo por lo sucedido tras la llegada de las primeras partes de las tribunas, Bossio acusó al Ejecutivo de impulsar una “política de exprimir a Santamarina económicamente lo máximo que pueda”.

Y defendió que el club “va a seguir haciendo donaciones al Estadio”, que “es del Municipio”, enfatizó. Remarcó que la entidad abona un alquiler para su utilización, que prontamente aumentará para el uso de las divisiones menores e infantiles, hecho que, según el dirigente, complica aún más la situación.

“Uno observa que a Santamarina le intentan sacar económicamente todo lo que le puedan sacar”, remarcó.

Sobre esta situación el dirigente hizo referencia al sistema de subsidios que otorga el Municipio a las instituciones deportivas, con una política “clientelar”, y habló de una “discriminación” hacia el club, que, caso contrario, es “el que tiene que hacer donaciones al Municipio”.

“Las consecuencias de las políticas de Tandil están afectando bastante a Santamarina”, resaltó dejando entrever su disgusto con lo sucedido.

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