La bebida que deberías dejar de tomar a diario si de verdad quieres adelgazar

La bebida que deberías dejar de tomar a diario si de verdad quieres adelgazar

Los refrescos han demostrado su relación directa con el aumento de peso y son responsables de muchos de los problemas asociados con la diabetes.

Cuando se trata de adelgazar y perder peso, internet está lleno de teorías destinadas, teóricamente, a facilitar ese objetivo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esos planes de adelgazamiento no son más que dietas milagro que prometen perder muchos kilos en poco tiempo, pero que terminan por no valer para nada al recuperar rápidamente el peso perdido.

Por eso, médicos y nutricionistas coinciden al recomendar una combinación de dieta y ejercicio como el mejor truco para adelgazar. El objetivo es lograr un déficit calórico, es decir, quemar cada día más calorías que las que ingerimos para que, a la larga, podamos perder esos kilos de más que almacenamos en nuestro organismo y que nos hacen sentir mal.

Para conseguirlo, siempre se apuesta por invitarnos a hacer todo aquello que no hacemos a diario, como la práctica deportiva, comer más frutas y verduras, beber más agua o dormir más horas. Pero, en el fondo, casi siempre que se habla de perder peso se relaciona con eliminar de nuestra dieta aquello que no nos sienta bien, ya sea la bollería, la comida rápida y los alimentos ultraprocesados, etc.

Cómo adelgazar a largo plazo

Un estudio publicado en la revista BMC Public Health y que recoge Yahoo señala que el 20% de las calorías que cada persona ingiere cada día proceden de las bebidas. Es decir, si un hombre consume 2.000 calorías, unas 400 están presentes solo en bebidas. La mayoría proceden de té, café, lácteos, zumos, refrescos y bebidas energéticas y alcohol.

 

Se estima que el 20 % de las calorías que consumimos a diario proceden de bebidas

 

Pero los autores de esa investigación quisieron centrarse en una de esas bebidas que, a su juicio, hacen mucho daño a la dieta de las personas: los refrescos. Dependiendo de la edad, cada persona consume una media de entre 35 y 141 calorías procedentes de refrescos. Y no es de extrañar, ya que un refresco medio contiene unas 150 calorías por lata aproximadamente.

 

Pero, si ese dato ya es de por sí alarmante, lo es más el hecho de que se trata de las conocidas como calorías vacías. Son calorías que no contienen ningún tipo de nutrientes y que, en este caso, proceden completamente del azúcar. De hecho, solo una lata de refresco contiene más de 35 gramos de azúcar; es decir, hay más de 9 terrones en cada bebida.

Cada español consume, de media, más de 3,5 kilos de azúcar cada año. Una cifra que, aunque está muy lejos de los más de 6 kilos que consumen los norteamericanos, sigue estando muy por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Y son precisamente los refrescos los culpables de buena parte de ese enorme consumo de azúcar.

Perder peso y cuidarse

Son muchos los estudios que han demostrado que el consumo de bebidas azucaradas como refrescos o zumos envasados está directamente relacionado con el aumento de peso. La clave estaría en los edulcorantes que se utilizan, con un alto contenido en fructosa que el organismo no puede usar como energía como hace con la glucosa y que termina alojándose en el cuerpo.

Y el problema está lejos de solucionarse, al menos a corto plazo. España ha incorporado un impuesto a las bebidas azucaradas a partir del año 2021, pasando el IVA del 10 al 21 % en un intento por frenar su consumo. Sin embargo, es difícil eliminar los hábitos adquiridos a lo largo de los años y no parece que esa medida sea capaz de frenar el consumo de azúcar entre jóvenes y mayores.

 

Otra mala noticia es que varias investigaciones han demostrado que, incluso haciendo deporte, las personas que consumen refrescos habitualmente seguirán ganando peso. Y lo peor es que no se trata solo de un problema físico, sino que está relacionado con enfermedades graves como diabetes, afecciones hepáticas, depresión o complicaciones cardiovasculares.

 

El exceso de azúcar se relaciona con diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.

 

Eliminar los refrescos y las bebidas azucaradas de nuestra dieta no solo es un primer paso para lograr adelgazar, sino que, al mismo tiempo, es una apuesta por la salud. Agua, café, té o zumos naturales son algunas alternativas para sustituir el consumo de refrescos en nuestro día a día. La báscula lo agradecerá a largo plazo.

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