En Argentina hay más de 5 mil basurales a cielo abierto. El número es tan simple como contundente. Y expone un drama ambiental que, por el momento, no encuentra una solución concreta para avanzar contra una problemática del hoy con graves repercusiones en el futuro.

Se trata, sin dudas, de uno de los asuntos que todavía resta resolver y que afecta, a diario, la vida de los vecinos de todos los distritos del país. Y así lo demuestra un cálculo básico. En Argentina hay 2.400 municipios. Por ende, en promedio, hay dos basurales a cielo abierto por cada localidad del país.

Pese a que buena parte de ellos son formales (son los espacios donde los municipios eliminan su basura), hay una gran cantidad de otros que no. Y su erradicación, incluso en la actualidad, parece algo de difícil solución. Sin embargo, las acciones están en marcha.

Para entender, a diferencia de otros sitios de disposición y tratamiento de residuos, los basurales a cielo abierto carecen de medidas mínimas de seguridad por lo que puede encontrarse todo tipo de residuos, incluso patogénicos y peligrosos. Además, tampoco cuentan con la impermeabilidad de los suelos donde se emplazan o la distancia adecuada respecto de las napas, los cursos de aguas superficiales, los centros urbanos u otras áreas susceptibles de recibir los impactos derivados de estas instalaciones.

Sus consecuencias son muy nocivas para la salud. Al no contar con suelo impermeabilizado, los basurales a cielo abierto resultan un foco de contaminación, tanto por la generación de líquido lixiviado como por la emisión de gases de efecto invernadero.

Es por esto que el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Ambiente, comenzó a trabajar con todos los distritos del país en pos de desarrollar un Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto.

Se trata de una iniciativa que se sostiene en una inversión de más de $30 mil millones, alcanzada sobre la base de presupuesto propio y de un préstamo otorgado por el BID, que se encontraba a punto de vencer debido a su subejecución.

Con tres ejes claros: construcción de infraestructura para el tratamiento de los residuos sólidos urbanos; promoción del empleo de la economía circular y fortalecimiento a las recicladoras, recicladores y sus familias; y fomento a la separación en origen, el reciclado, la valorización y promoción de una industria del aprovechamiento de los residuos como insumos de los procesos productivos.

La puja municipal

En esa línea, y como se dio a conocer a través de este suplemento, en Concordia, el municipio que encabeza Alfredo Francolini viene acelerando los trabajos para el Relleno Sanitario “Parque Abasto”, donde está ubicado uno de los mayores basurales a cielo abierto del país.

En los últimos días también se dio a conocer que el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy sumó fuerzas con el Plan Girsu, el programa nacional que entiende a la gestión de los residuos como una cuestión ambiental, pero también sanitaria, social y económica que merece un abordaje integral, y habilitaron junto al distrito de Abra Pampa otra instancia de diálogo y socialización brindando detalles del proyecto Centro Ambiental Puna que resolverá la gestión integral de los residuos de Quebrada y Puna.

Se trata de una zona que representa el 20% del volumen de residuos de todo Jujuy, por sus características y logística, se señala a Abra Pampa como lugar estratégico para instalar este moderno establecimiento.

“Actualmente el 80% de los residuos que se generan en la provincia se gestionan a través del Centro Ambiental Jujuy, ubicado en Palpalá, y con este proyecto se podrá cubrir el porcentaje restante y erradicar los basurales a cielo abierto cumpliendo con el Proyecto Girsu en Jujuy”, indicaron las autoridades.

Por sus características, “será un centro modelo prestando servicios logísticos y educación ambiental a las localidades de la zona”.

En Córdoba, los distritos tampoco se quedan atrás debido a que el gobernador, Juan Schiaretti, puso en marcha la construcción de la planta de tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, en la localidad de Río Ceballos, que beneficiará a las localidades de Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes, El Manzano, Villa Cerro Azul, Agua de Oro, La Granja y La Pampa.

Los trabajos se enmarcan en las acciones que lleva adelante la Secretaría de Ambiente que busca potenciar la economía circular y la del reciclado. Se trata de la obra del Centro Verde E-53 para el corredor de Sierras Chicas que se construye con fondos y financiamiento del Gobierno provincial.

“Es un orgullo para mí decir que esta planta es la primera en Córdoba que dará tratamiento a la basura de manera tal que acabemos con los basurales a cielo abierto. Con orgullo estamos poniendo en marcha la economía circular que significa reciclar todo lo que el ser humano produce y hacerlo de manera natural”, señaló al momento de su lanzamiento el gobernador.

El mapa de la basura

A través de la creación del Mapa Trash se pudo demostrar que el 80 por ciento de la basura en Argentina es enterrada y menos del 7 por ciento es recuperada. La investigación reporta más de 200 basurales y casi el 30 por ciento se encuentra en Buenos Aires, donde vive el 56 por ciento de la población del país.

Se trata del primer mapa interactivo para relevar los basurales a cielo abierto que demuestra a través de fotos satelitales que la mayoría de los basurales -que tienen un promedio de 30 años- están cercanos a cauces de agua, rutas (que tapan la visibilidad con las humaredas e implican un peligro vial), y poblaciones, lo que significa una gran contaminación del aire en el que viven.

“El objetivo es concentrar toda la información en un solo lugar, porque si bien se conocían los datos, estaban desperdigados. Es necesario que la gente comprenda qué pasa con la basura en sus áreas de pertenencia, y tanto los Estados como las empresas responsables de emitir tanta basura deben hacerse cargo de esta problemática”, sostuvo la periodista ambiental Agustina Grasso, integrante de Escritura Crónica e investigadora principal de Mapa Trash.

Justamente en el conurbano, más precisamente en Berazategui, los vecinos de la localidad El Pato se encuentran movilizados debido a que el basural a cielo abierto que había conseguido paralizar volvió a ponerse en marcha.

Se trata de un predio de 30 hectáreas que es destinado para tal fin. Esta resolución generó el malestar de quienes viven en zonas aledañas.

El predio está ubicado en las calles 600 y 517, y había sido utilizado anteriormente para arrojar residuos y quemarlos. Con la reapertura, esta práctica sistemática se volvió a llevar a cabo. Por este motivo, los vecinos se autoconvocaron y volvieron a denunciar una problemática que afecta a todos.