Por: Juan Vargas.

El gobernador Axel Kicillof salió en las últimas horas a tejer alianzas en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires para suspender las PASO 2023, una idea que empezó a surgir con fuerza en algunos sectores del peronismo pero, por ahora, parece difícil de llevar a cabo.

Sucede que si la eliminación de las elecciones primarias llega a aprobarse a nivel nacional, Kicillof quiere que ocurra lo mismo en la Legislatura bonaerense. Pero, los votos que necesita el Frente de Todos para avanzar con un proyecto en ese sentido hoy no están.

Con un escenario complejo, la única opción de Kicillof es partir a la oposición, que le disputa la Cámara de Diputados bonaerense casi en igualdad de condiciones: el oficialismo tiene 42 bancas, mientras que Juntos 41. Hay otros 9 votos dividido en siete bloques que van desde la izquierda a los libertarios, con distintas posibilidades. En el Senado provincial hay paridad de fuerzas: 23 a 23. “Hoy por hoy no están los votos”, le dijo a TN un operador del peronismo bonaerense.

Laderos del Gobernador buscan convencer a un sector del radicalismo de la Legislatura bonaerense. “Hay conversaciones, pero faltan los votos”, le admitieron a este medio.

La izquierda, con dos bancas, no acompañaría el proyecto, ya que usan las primarias para medir fuerzas entre sus distintos sectores. Los libertarios, divididos en dos bloques, quedaron en analizarlo, aunque podrían concretar su apoyo bajo el argumento de que eliminar las PASO permitiría ahorrar dinero estatal.

Más allá de las negociaciones, todo está pendiente de lo que suceda a nivel nacional. Y si bien el oficialismo tendría los votos necesarios para avanzar con la suspensión en Diputados; en el Senado necesitará sí o sí el apoyo de Juntos por el Cambio.

El proyecto de eliminación de las elecciones primarias provoca incluso una división en el oficialismo, porque Alberto Fernández quiere mantenerlas y choca contra la postura de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El Presidente quiere que se mantengan las reglas de juego electorales porque tiene la expectativa de ser precandidato para ir por la reelección, mientras que el kirchnerismo duro con la líder del Frente de Todos a la cabeza quieren eliminar las PASO para complicar las chances de Juntos por el Cambio.

Los gobernadores del peronismo, en especial los del norte del país, presionan para que el dinero ahorrado en las elecciones se reinvierta en obras para sus provincias.

Del otro lado, en las organizaciones sociales del “albertismo”, sin embargo, ratifican su rechazo. Uno de los motivos de los movimientos sociales cercanos al Presidente para rechazar la iniciativa son sus ambiciones electorales: el Movimiento Evita, por ejemplo, busca disputar cargos en la Provincia de Buenos Aires.

También está en contra la cúpula de la CGT: sin el respaldo de los gobernadores, el Presidente se refugia en parte del sindicalismo -con Héctor Daer como su principal aliado- para mantener algo del poder que perdió ante la centralidad de CFK y el desembarco de Sergio Massa.