Arroyo: "Estos cuatro meses me parecen cuatro siglos"

Arroyo:

El intendente encabezó la apertura de sesiones legislativas. Aseguró que es víctima de una campaña de desprestigio y dijo que encabezará la gestión "más exitosa" en los últimos 40 años. 

Como a todo intendente lo sentaron en primera fila, en este caso entre medio de Vilma Baragiola y Alejandro Vicente, dos de sus más cercanos funcionarios de gobierno. Detrás, justo en las cinco sillas que seguían, esperaban escucharlo los jefes militares de la Prefectura, la Base Naval y la Fuerza Aérea y un representante de la Iglesia Católica en nombre del obispo Antonio Marino. A continuación, tomaron asiento Fernando Rizzi, de la Defensoría del Pueblo; Blas Taladrid, de la Ucip y algunos funcionarios de cara joven y nueva.

José Cano, su secretario de Economía, no estuvo presente en el acto. Emiliano Giri, el gurú de campaña procesado por peculado, tampoco. Ellos y otros cercanos, se perdieron este viernes el discurso escueto pero lleno de títulos que pronunció Carlos Arroyo para dejar inauguradas las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante.

Entre el jefe comunal y Guillermo Saenz Saralegui, presidente del cuerpo legislativo, no hicieron uso del micrófono más de 20 minutos. La intervención del edil de la Agrupación Atlántica - Pro fue cortita: primero agradeció los “gestos” políticos de la oposición; luego confió sertirse cómodo al frente del recinto -tras las versiones que hablaban de su salida de ese cargo- y por último aseguró que las puertas de su oficina están abiertas para “dialogar y alcanzar todos los consensos que sean necesarios”. Palabras más, palabras, menos, eso fue lo que Saenz Saralegui dijo antes de pasarle el micrófono a su jefe político.

Cuando escuchó su nombre, se levantó, encaró para la izquierda y subió al estrado. El presidente del Concejo ya le había dejado vacío el sillón desde donde pronunció un discurso que no leyó, porque no lo escribió, porque aclaró que iba a hablar “con el corazón” y no iba a “hacer historia”.

“El pasado es lo único que no podemos cambiar. Me voy a referir a lo que vamos a hacer. Somos concientes de las dificultades que tenemos y todas tienen un común denominador: el económico. Las manifestaciones son cada vez más intensas –dijo mientras en la calle, decenas de artistas marplatenses reclamaban por el cobro de sus sueldos y la continuidad de los programas culturales- porque el pueblo tiene que cobrar y todavía no pudimos pagarles”, admitió, antes de expresar el título de esta nota.

“Estos cuatro meses me parecieron cuatro siglos. Fueron muy difíciles y es la consecuencia de los desaciertos anteriores. Pero quiero que quede en claro que tenemos un proyecto de gobierno intacto”, subrayó y dijo que Cano “ya saldó unos 241 millones de pesos de la deuda” que habría dejado la gestión de Gustavo Pulti. “La Municipalidad tiene continuidad institucional y por eso nosotros vamos a cumplir con los pagos”, prometió Arroyo.

Seguidamente, el intendente insistió con que es “objeto de una campaña de desprestigio”, pero que no tiene dudas que su gestión de gobierno será “la mejor de los últimos 40 años”. “Va a ser sumamente exitosa”, reforzó y pidió tiempo.

Sin hacer mención a las seis bajas en el Gabinete –las dos últimas esta misma semana-, Arroyo aseguró que tiene “un elenco brillante” de funcionario, que “va a ser aún mejor” en pocos meses. “Pero yo nunca pensé en limitar el gobierno a Cambiemos. Necesito y quiero a todas las expresiones políticas. De hecho, he sido ayudado por gente de la oposición, porque tampoco es que todo lo que se hizo antes estuvo mal. E incluso, yo tengo que admitir que algunas veces me he equivocado. Pido perdón por eso. Soy humano”, reflexionó el jefe comunal, que dijo que su paso por el estrado del Concejo “no fue para hacer política barata, sino para convocar a todos”.

“Es que hay que hacer un trabajo por esos habitantes, por ese pueblo que está en la calle, ese pueblo dolorido. No hay represión porque ellos tienen razón, están reclamando por lo suyo”, razonó el intendente y de fondo se escuchaban bombos y cantos de un pedido justo: el cobro de salarios y la continuidad de más de 80 puestos de trabajo.

Para cerrar, Arroyo eligió una frase a su medida: “No voy a levantar la segunda Keops, ni reconstruir los puentes de Babilonia, pero sí voy a levantar de Mar del Plata”.

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