Cabe recordar que Albino es médico egresado de la Universidad de Tucumán, pediatra de la Universidad de Chile, doctor en medicina de la Universidad de Cuyo y se especializó en biología molecular en España. Además, fundó la Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN), en Mendoza en el año 1993.

En su tercera visita a Bolívar, el doctor brindó una conferencia bajo el título “Invertir en Inteligencia” en el salón Isaac Mosca de la Cámara Comercial. Previo a la charla, Albino habló en conferencia de prensa con los medios locales de la importancia de la nutrición en los primeros meses de vida, de la falta de una política de estado para combatir la mortalidad y la desnutrición infantil.

En primera instancia el médico marcó que este tipo de charlas son necesarias porque “desgraciadamente hay pobreza y desnutrición en Argentina, sino no tendrían 64 centros CONIN como tenemos y vamos por 20 más que están en carpeta para que abramos. Eso hace que 4500 niños que están dentro del programa tengan sin duda un futuro mejor”.

En los 21 años de trabajo en pobreza y desnutrición que lleva Albino se logró construir el primer Hospital de Desnutridos en Argentina y el primer Centro de Prevención de Desnutrición en el mundo. “En el fondo del corazón me doy cuenta que no podría haber hecho nada sin la ayuda de tantísima gente que a veces nadie conoce pero han colaborado mucho e hicieron posible transmitir esta pasión, que se acepte el desafío y se vaya por nuevos centros y nuevas inquietudes”, indicó.

Consultado por la alimentación que debe tener un niño en sus primeros años de vida, el doctor ejemplificó su explicación con la campana de Gauss que se inicia en el embarazo y el cerebro tiene un peso de 35 gramos.

“El cuerpo de la campana sería el primer año de vida, donde se hace la gran obra, y el cerebro pasa a pesar entre 900 y 950 gramos. El crecimiento gigantesco lo hace en el primer año, lo que crece en el segundo año es muy poquito y de adulto tiene 1 kilo 200 gramos”, afirmó.

Así mismo, el crecimiento del cerebro que ocurre internamente se expresa al exterior a través del cráneo que nace con 35 centímetros que es el canal de parto y aumenta un centímetro por mes en el primer año. En tanto, en el segundo año de vida crece sólo dos centímetros más y a la mitad de este año se cierra la fontanela anterior y el cráneo pasa a ser una unidad sellada. “La primavera del sistema nervioso central pasó, después vendrá el verano, el otoño y el invierno, pero ya no tendrá primaveras”, graficó Albino.

“La desnutrición siempre está en el noreste del país porque la gente pobre busca el lugar más cálido y húmedo. Argentina no tiene estadísticas y no puedo decir si la desnutrición ha crecido”, dijo más adelante el profesional y agregó “me quedé boquiabierto en Chile cuando el ministro de Salud hace 40 años dijo que tenían las mejores peores estadísticas de América Latina. La mortalidad infantil era de 130 por mil, asumían esa realidad y todas las fuerzas políticas cooperaban sin ser una política de estado. La fundación CONIN se la respetó como si fuese una política de estado y le dijeron al doctor que accione contra esta enfermedad, siempre se mantuvo la protección hacia CONIN y hoy tienen el 7 por mil de mortalidad”.

Albino dejó en claro que la mortalidad infantil es un indicador indirecto de desnutrición y no se puede bajar de esta cifra porque hay niños que nacen con cardiopatías o malformaciones que les producen la muerte.

En el mismo sentido, el doctor aseguró que en la actualidad en Argentina no hay políticas de estado y si la hubo cuando a Sarmiento le entregaron el primer censo nacional, donde en una reunión de ministros se trazó la política de estado para los próximos 100 años y se decidió hacer de la patria una gran escuela. “Yo desde que nací escucho al que sube que dice que el que se fue es un imbécil y que el vivo es él”, remarcó.

“La lucha no es de hombre contra hombre, sino de hombre contra hambre”

“Esta es una cruzada donde deberíamos estar todos comprometidos, los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, el empresariado, las iglesias y también la comunidad”, sostuvo Albino al momento de hablar sobre el desarrollo de un país y la lucha contra la desnutrición.

Para el doctor la nutrición infantil no es costosa, sino que se trata de algo sencillo. “Necesitamos un gran país que se hace con niños leyendo, libertad y responsabilidad. Un niño es todo inversión porque un día va a producir y a empezar a devolverle a la sociedad lo que se invirtió en él, pero cuando la mortalidad infantil es muy alta el “negocio” es pésimo porque al morirse una persona es un desastre individual, social y encima económico, porque se murió en la etapa de inversión cuando todavía no ha podido producir lo que le correspondería”, consideró.

Nuevamente consultado sobre la acción del gobierno actual, Albino declaró no entenderla y sentenció “quisiera pensar que no hay plan, porque si hay un plan es siniestro. Hace unos días leía que estamos por hacer el edificio más alto de América Latina y el 60 % de la población de Argentina no tiene cloacas, ¿cuál es la competencia que estamos corriendo?”.

Luego una vez más el médico tomó a Chile como referencia, en la ocasión dio a conocer que hace un tiempo era una aldea y en 30 años lograron hacer cambios sorprendentes. “La mortalidad infantil en el año 1950 era del 150 por mil, el promedio de vida de los chilenos era de 38 años y el ingreso per cápita era de 400 dólares anuales. Hoy es de 20500”.

Por último Albino declaró tener una gran admiración por Juan Bautista Alberdi y Sarmiento, “los critican mucho, pero la verdad es que los critica la gente que no ha hecho nada”, refirió. A propósito de su respeto hacia esas personalidades de la historia Argentina, el profesional presentó un libro luego de la disertación que lleva por título “Gobernar es poblar”, justamente en homenaje Alberdi.

“Él decía que tenemos que tener 80 millones de habitantes para que nuestro país funcione y hoy, 150 años después, somos 40. Es un país enormemente grande, enormemente rico y peligrosamente vacío. Cuando veo el control de natalidad en Argentina, yo que soy un médico viejo y un hombre de la calle, me pregunto ¿para quién trabajamos?, ¿quién se va a quedar con esto?, ¿cuál es el plan?”, terminó.