Quiso verduguear a Duhalde con el juego de cartas y lo elogió.
Fue así porque en el Chinchón restar diez puntos es algo bueno, no malo como podría pensarse a simple vista. Las reglas del juego (vealas completas) indican que pierde el primero que acumula 100 puntos, por eso gana el que en cada mano se queda con las cartas más bajas.
En ese sentido, el que corta y se queda sin cartas en una mano resta diez, lo que lo ayuda a fin de cuentas a no escalar en las posiciones que llevan a la derrota. Las reglas marcan que "el juego termina cuando un jugador quede con una cantidad de puntos igual o inferior a -100 y el resto de los jugadores haya superado los 100 puntos, o se hayan retirado".
En definitiva, Aníbal, sin quererlo, le tiró buena onda a su ex jefe político, Eduardo Duhalde, lanzado en campaña para 2011.
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