Alberto Fernández enfrenta una compleja agenda geopolítica bajo la sombra de la denuncia que hizo Matías Kulfas

Alberto Fernández enfrenta una compleja agenda geopolítica bajo la sombra de la denuncia que hizo Matías Kulfas

El Presidente utilizará sus viajes al exterior -Cumbre de las Americas, reunión del G7 y cónclave con Biden- para impulsar su plan de provisión de gas a Europa. Pero las dudas del ex ministro sobre los caños que se usarán en la obra pública podría complicar la estrategia del jefe de Estado

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Román Lejtman

Durante las próximas siete semanas, Alberto Fernández protagonizará una compleja agenda geopolítica: la Cumbre de las Américas, la reunión virtual del BRICS, el encuentro del Mercosur en Paraguay, la cita del G7 en Alemania y el cónclave bilateral con Joseph Biden en Washington. El Presidente tiene intenciones de aprovechar esta inédita hoja de ruta para avanzar en su plan estratégico de ofrecer el gas de Vaca Muerta ante la crisis de abastecimiento causado por la guerra en Ucrania, pero la carta de renuncia del ex ministro Matías Kulfas ya causó una fuerte incertidumbre en Estados Unidos y Europa.

“A propósito de este tema, ratifico lo dicho el viernes al finalizar el acto aniversario por los 100 años de YPF en Tecnópolis: si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la Secretaría de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta”, aseguró Kulfas en su carta de renuncia de 14 páginas que ayer entregó en mano al jefe de Estado.

Alberto Fernández diseñó un plan estratégico destinado a colocar los excedentes de gas de Vaca Muerta en Europa. El Presidente mantuvo conversaciones con Pedro Sánchez (España), Olaf Scholz (Alemania) y Emmanuel Macron (Francia) y su intención era aprovechar su voluminosa agenda internacional para avanzar en acuerdos de financiación de gasoductos y plantas de licuefacción en la Argentina y distribución de gas natural licuado en la Unión Europea.

La carta de renuncia de Kulfas pone en jaque la estrategia presidencial. En Estados Unidos y Europa hay desconfianza sobre la seguridad jurídica de la Argentina y se sigue con muchísimo interés las causas abiertas por corrupción pública contra Cristina Kirchner.

Durante su último viaje a España, Kulfas mantuvo una reunión secreta con importantes gerentes de Repsol. El entonces ministro aseguró que Alberto Fernández abría una ventana de oportunidad para invertir en Vaca Muerta, y los empresarios de Repsol -que aún recuerdan lo que hizo CFK en 2012- le aseguraron que podían olvidar la expropiación y estudiar las posibilidades financieras y económicas.

Esa posible instancia de inversión privada ya quedó en el camino. Y es poco probable que Sánchez puede contestar con una sonrisa afirmativa cuando Alberto Fernández le pregunte -de nuevo- si es posible hacer un acuerdo con capitales españoles para traer a Europa el gas excedente de Vaca Muerta.

El jefe de Estado también hizo una apuesta institucional durante su encuentro con Scholz en Berlín. Alberto Fernández explicó las condiciones financieras que se necesitan para traer el gas desde Vaca Muerta a Alemania -que ya no recibirá ese insumo desde Rusia-, y el sucesor de Ángela Merkel se mostró entusiasmado al respecto.

Alberto Fernández y Scholz trabaron buenas relaciones políticas, y en este contexto, se puede explicar la invitación que hizo el G7 a la Argentina. Alemania organiza las deliberaciones del foro multilateral que incluye a las economías más poderosas de Occidente y el Presidente tendrá la oportunidad de explicar allí su propuesta global de hidrocarburos y alimentos ante las consecuencias económicas y sociales que desató la guerra de Rusia contra Ucrania.

Será una tarea difícil para Alberto Fernández deslindar su propuesta geopolítica sobre hidrocarburos respecto al texto de la carta de Kulfas que remite a Cristina Kirchner y su visión de los negocios públicos y las inversiones privadas. En los países de la Unión Europea que integran el G7 -Alemania, Francia e Italia-, conocen la trayectoria del ex ministro y la relación personal y política que tenía con el Presidente.

Alberto Fernández viaja hoy a Los Ángeles para participar en la Cumbre de las Américas y hacia fines de julio volará a Washington para mantener una reunión bilateral con Joseph Biden en la Casa Blanca. Estados Unidos es clave para el plan de hidrocarburos del Presidente: sin la financiación de Wall Street será muy difícil que el gas de Vaca Muerta llegue Europa en 2023.

En ocho años de mandato, Cristina Kirchner jamás fue recibida en el Salón Oval. Apenas obtuvo una mínima cita protocolar con Barack Obama durante la cumbre del G20 en Cannes (Francia). La reunión pull aside sólo sirvió para ratificar qué pensaban y aún piensan sobre CFK en DC y Wall Street.

La sombra de la carta de renuncia de Kulfas condicionará las presentaciones que hará Alberto Fernández en el exterior para empujar su plan de venta de gas excedente a Europa. El ex ministro sugirió un eventual caso de corrupción que la justicia federal ya empezó a investigar. Y los protagonistas de la zaga -Cristina y Techint- tienen antecedentes penales en la Argentina y el exterior.

Es poco factible que Alberto Fernández pueda anunciar inversiones extranjeras en Vaca Muerta después de haber participado de la Cumbre de las Américas, la reunión virtual del BRICS, el encuentro del Mercosur, la cita del G7 y el cónclave con Biden en Washington. La desconfianza de los inversores globales siempre fue más fuerte que la diplomacia de los presidentes.

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