Sufrió un cacerolazo, críticas a su gabinete y el desplante de sindicatos; también hay malas noticias económicas
BRASILIA.- Cacerolazos. Rechazos de los sindicatos. Malas noticias económicas. Críticas a su gabinete. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, sabía que no iba a tener una luna de miel, pero sus primeros días en el gobierno está lejos de ser sencilla.
El presidente comenzó la semana con un difícil frente político y también económico.
Su primera entrevista televisiva en la que dijo que estaba dispuesto a tomar medidas "impopulares" en beneficio del país fue recibida anteanoche con un atronador cacerolazo que sacudió varias ciudades del país.
Además, tanto la más grande agrupación sindical de Brasil, la Confederación Única de Trabajadores (CUT), cercana a la suspendida presidenta Dilma Rousseff, como la conservadora Força Sindical, se negaron ayer a acudir a una reunión a la que habían sido invitadas en el Palacio del Planalto. La CUT contestó que no reconocía a "golpistas como gobernantes".
La idea de Temer era acordar con las principales centrales sindicales la reforma de las pensiones, una edad mínima para la jubilación y un posible aumento de la cantidad de años de aportes necesarios para jubilarse.
En el convulsionado clima político, cientos de manifestantes se congregaron ayer frente al Ministerio de Cultura en Río de Janeiro, al grito de "¡Fuera Temer!", criticando la eliminación de esa cartera y su fusión con Educación.
A la adversa situación política se suma el difícil frente económico. El Banco Central difundió ayer su informe semanal Focus con previsiones mucho más pesimistas que la semana pasada sobre las perspectivas económicas del país.
En el nuevo reporte se prevé para el presente año una caída de la economía del 3,88% y una inflación del 7% (el informe anterior preveía una caída del 3,86% para 2016).
"Puedo ser impopular"
Sin embargo, en su entrevista televisiva con Globo, Temer intentó mostrarse seguro y casi indiferente a las críticas.
"No necesito practicar actos que conduzcan a una eventual reelección. Puedo hasta ser impopular, siempre que produzca beneficios para el país", dijo en el programa de mayor audiencia de la red Globo.
Aclaró que no tiene intención de presentarse como candidato en los comicios de 2018 y en todo momento se refirió a su gestión como un gobierno de "dos años".
Sin embargo, cabe recordar que Temer asumió la presidencia de Brasil sólo de forma interina el pasado jueves en sustitución de Dilma Rousseff. La mandataria estará separada de sus funciones durante 180 días para afrontar un juicio político que podría terminar tanto con su destitución como con su exoneración, lo que le permitiría recuperar el cargo y completar su mandato.
A pesar de su condición de interinidad, Temer ya hace planes de mediano plazo y dijo que intentará "equilibrar" las cuentas del país y dejar tras de sí un Brasil unificado.
Uno de los temas que levantó más críticas fue la conformación del gabinete presidencial en el que no hay negros ni mujeres. Pero en su entrevista, Temer restó importancia al asunto al afirmar que "uno de los cargos más importantes de la presidencia de la República es el de jefe de gabinete, que ha sido ocupado por una mujer", en referencia a la recién nombrada Nara de Deus Vieira.
De todas formas dijo que está pensando en nombrar a alguien más "del mundo femenino" en algún puesto y no descartó convocar a su joven esposa Marcela, una ex modelo de 32 años que también "es abogada", subrayó.
Mientras se transmitía su entrevista televisiva, Temer debió soportar protestas en varias ciudades del país.
Según informaron medios locales, hubo cacerolazos y bocinazos en Brasilia, San Pablo, Río de Janeiro y Porto Alegre, donde la gente salió además a las ventanas para gritar "Fuera Temer". Según el portal de noticias UOL, el hashtag #ForaTemer se ubicó entre los trending topics de la noche con casi 40.000 menciones hasta entrada la madrugada.
El cacerolazo se sumó a las protestas registradas en varias ciudades.
En San Pablo, un grupo de manifestantes cortó el tránsito en la Avenida Paulista, en el centro de la ciudad. Entre los reclamos, y al grito de "Fascistas, no pasarán", el grupo exigió la salida del presidente en funciones y criticó la cuestión de la ausencia femenina en su gabinete, algo que no ocurre en el país desde la dictadura militar (1964-1985).
Según UOL, también fue cuestionado durante las protestas el hecho de que varios de sus ministros sean investigados por su presunta participación en la trama de corrupción que operó en Petrobras.
Agencias EFE y Reuters
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