Lo hace todo con el mismo tono. Ya lo hizo cuando dijo que recibió una provincia quebrada. Dulce y delicada como siempre, gestos suaves, atildada hasta en los momentos que pueden provocar alguna alteración, habló, preguntó y se contestó ella sola, como reflexionando. “Si todos los meses, vienen a pedirme plata, con los sueldos que ganan, por lo menos dejen que yo elija a los funcionarios, acá en la provincia pago menos”. ¿Quién lo dijo? Si acertaron, fue Mariu. Quién escuchó, sin palabras fue Don Carlos Fernando.

Por qué es fidedigna la versión. Esta reconstrucción del “diálogo”, fue el entremés más sabroso de un trascendente cambio de timón que consideran inexorable. Y no casualmente ya hubo un recorte del 10 % generalizado a la masa salarial de la planta política, y también debió marcharse Don Marchioli del EMTUR, y ya tiene sucesora ¿con madrina?, se trata de Gabriela Magnoler. Su nombramiento ha comenzado a generar  algún ruido, que tiene que ver con la debilidad política y las internas del oficialismo. ¿Internas en el oficialismo? Si, internas, hay más de una.

No se ponen las pilas. Los municipales aderezan sus legítimos reclamos con consignas políticas, confunden combativos con incendiarios. En los días de paro no se recauda, con lo cual subsidiarlos sale más caro. Es una situación que se repite mes a mes. El municipio sigue cerrado para todos los ciudadanos que quieran llevar a cabo cualquier tipo de trámite. Al mismo tiempo todo se complica y hasta la propia recaudación se ralentiza. Por supuesto, a nadie le conviene esta situación repetida hasta el hartazgo.

La dureza malentendida. Si bien es dable observar que la clave puede ser la herencia recibida,  a esta altura es un relato que se reitera y va perdiendo efecto a favor al pasar de los tiempos y no encontrar una respuesta adecuada a las urgencias de una ciudad que necesita sus instituciones funcionando a pleno.

De comunicaciones edulcoradas. Veamos los últimos movimientos dados por las autoridades comunales de las cuales se ha dado a conocer convenientemente como comunicación pero no como resultado positivo. Recordemos que el lunes 5 del corriente, ya al filo del conflicto con los municipales, el intendente Carlos Arroyo es recibido por la Gobernadora María Eugenia Vidal. La foto se repartió por todos lados y en definitiva es significativa de la nada a la que se arribó en dicha reunión. Todo suena a “verso” sin hechos reales.

Los cajeros automáticos mudos. En el auge de las transferencias bancarias automáticas, debería ser un trámite, o así se resolvía antes. En el medio del conflicto, el jueves 8 y como consecuencia del mismo viaje a La Plata del secretario de Economía y Hacienda, Gustavo Schroeder,  para “rogar” en este caso al que mueve los dineros provinciales, el Ministro de Economía, Hernán Lacunza. La vuelta, sin novedades para la caja de la cual tienen que salir los pagos para los municipales.

Los deberes en casa. Hay una sensación a tarea incompleta, como si el problema estuviera sólo acá. Conclusión, dos viajes en pocas horas de funcionarios locales, intendente y Secretario de Hacienda sin resultado a la vista para cubrir las mínimas necesidades de nuestro partido y por si fuera poco, a destiempo. Si fuera una empresa, esto sería una quiebra, pero es un municipio y los responsables, los que se anunciaban como solución son problema en razón de no arribar respuestas en forma de dinero a los pedidos puntuales de ayuda económica, que para colmo nadie asegura que no vuelva a repetirse.

La cabeza llena de dudas. ¿Son confiables los funcionarios locales para quienes  manejan fundamentales decisiones a nivel provincial? Esfuerzos se hacen, pero… ¿resultan suficientes? ¿Faltarán garantías? Toda ayuda requiere de esto, seguridad de quien tiene que manejar los bienes recibidos.

Y “Arroyito”, ya tiró la pelota lejos. Para colmo, Arroyo hijo, concejal e intendente suplente por estar primero en la lista, explicando que recién dentro de un año, “si tenemos viento a favor”, se saldrá de cubrir falencias de caja recurriendo a pagos con fondos bancarios en descubierto, con intereses que comprometen aún más las flacas finanzas municipales. En definitiva, la foto de Arroyo con Vidal, es sólo eso, una imagen que en los hechos más inmediatos resulta negativa para la ciudad, determinando una vez más un municipio ausente y con suficiente aviso.