Federico Sturzenegger dijo que está satisfecho con la caída de la inflación que se observa en los último meses. Pero no tanto. Dijo que ahora se enfrenta el riesgo de la “complacencia”. Hilando fino, podría decirse que es una nueva vuelta de tuerca en la discusión sobre si la inflación es o no “un tema”, como dijo días atrás Alfonso Prat-Gay.

Sturzenegger no eludió la presencia de estas visiones tal vez divergentes entre Hacienda y el Banco Central. Las exaltó como algo positivo y las asumió con calma. "Los diferentes puntos de vista suenan disonantes y hasta pueden llegar a generar inquietud en la sociedad”. Pero no hay nada malo en eso, sugirió. “Es una señal positiva en un contexto de independencia del Banco Central”.

Lo de “complacencia” lo dijo en el sentido de que no hay que relajarse porque la inflación bajó al 1% (sin tomar en cuenta el efecto tarifas).“Es un número altísimo, cuando la inflación llega al 1% es cuando los países serios inician la batalla para bajarla”, alertó.

Sin embargo, recordó que el camino que se está recorriendo es el correcto. Y hasta utilizó la misma escala que minutos antes había usado Prat-Gay. “Venimos de una inflación del 6% en abril, 4% en mayo, 3% en junio, 2% en julio y casi 1% en agosto”. Sturzenegger insistió en que la pelea contra la inflación es una pelea de largo plazo. Y buscó hacerse fuerte en la “independencia” del organismo monetario para, por las dudas, remarcar que no modificará su política monetaria ni siquiera en 2017, “año electoral” recordó.

Por lo que trascendió, ese rumbo inalterable ya se está haciendo notar. El año que viene la asistencia del Banco Central al Tesoro será en 2017 menor a los 160.000 millones de pesos pautados para este año.