Una investigación periodística reveló que la familia presidencial recibió al menos $ 2,8 millones, fruto de la relación comercial con el empresario k Cristóbal López.

Según publicó el diario La Nación en su edición impresa, López pagó a la presidenta Cristina Kirchner y a sus hijos, Máximo y Florencia, por el alquiler de un departamento, una oficina y cinco cocheras Madero Center, el complejo donde también vive Amado Boudou y funcionó "La Rosadita", la financiera través de la cual  Lázaro Báez se sospecha desvío dinero.

López realizó los pagos a través de dos de sus empresas: Inversora M&S y Alcalis de la Patagonia, donde tiene de socio a Fabián de Sousa.

"Sí, en efecto, esos alquileres comenzaron hace al menos dos años, cuando Máximo y de Sousa firmaron el contrato", sostuvieron voceros del Grupo Indalo.

Pero López no es el único empresario cercano a la familia presidencial, que realiza este tipo de maniobras. Báez, quien la semana pasada desfiló por Tribunales, realizó transacciones millonarias a través de su empresa Austral Construcciones en concepto del pago de alquileres de habitaciones a Hotesur, el negocio hotelero de los Kirchner.

El año pasado, Clarín había reveleado este tipo de maniobras a través de una hostería de López, en Barioloche, desde la que se desviaba fondos al hotel Alto Calafate, propiedad de la familia presidencial.

Ahora, una nueva investigación periodística vuelve a poner en cuestionamiento los negocios hoteleros de la familia presidencial con López y Báez, los empresarios que más se enriquecieron durante la "década ganada".